Debe reducirse la situación de alarma: expertos de la UNAM
Científicos y autoridades discrepan sobre riesgos
del cianuro robado
Es un asunto de seguridad nacional, afirma Gloria Brasdefer
KARINA AVILES Y LA JORNADA DE ORIENTE
Tlaxcala, Tlax., 28 de mayo. La búsqueda
de las 7.6 toneladas de cianuro robadas en el estado de Hidalgo es un asunto
de seguridad nacional, por lo que urge hallarlas, indicó la secretaria
Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Gloria Brasdefer.
Sin embargo, expertos de la UNAM destacaron que debe
redurcirse la situación alarmista, porque para causar la muerte
de personas no se requieren grandes cantidades del material tóxico
-basta con una décima de gramo-, y por otro lado, es remota la posibilidad
de que el cianuro pueda ser transportado a Estados Unidos con fines terroristas,
cuando en aquel país se vende hasta por Internet.
"Pretexto", presencia de agentes de la FBI
Los especialistas de la Universidad Nacional afirmaron
que no hay razón para que agentes de la FBI participen en la búsqueda
del cianuro. Benjamín Ruiz Loyola, jefe de la sección de
química experimental y aplicada de la Facultad de Química,
consideró que la presencia de los agentes estadunidenses en el país
más bien es el "pretexto" para averiguar otro tipo de asuntos, situación
que refleja que la política exterior es manejada "como un juguete"
por el canciller Jorge Castañeda.
Eduardo Marambio Dennett, Benjamín Ruiz Loyola,
de la Facultad de Química, y Raymundo Cea Olivares, del Instituto
de Química, dijeron que los agentes de la FBI vienen a hacer un
"escándalo" que permita seguir con una cortina de humo para
desviar la atención respecto a que el presidente Bush sabía
lo que iba a ocurrir el 11 de septiembre y no lo impidió.
Los expertos indicaron que la verdadera situación
de alarma es la carencia de una cultura científica y la falta de
información sobre los productos de alta peligrosidad, por lo que
urgieron a legislar en la materia.
En la capital tlaxcalteca, Gloria Brasdefer firmó
con el gobernador Alfonso Sánchez Anaya el convenio de seguridad
pública para 2002, en el que se ejercerán 40.2 millones de
pesos. La funcionaria dijo que la estancia de agentes de la FBI en suelo
mexicano para investigar el robo del cianuro no guarda ninguna relación
con la labor que lleva a cabo el Sistema Nacional de Seguridad, sino más
bien con las labores de la Procuraduría General de la República
(PGR) y con la Secretaría de Seguridad Pública.
Brasdefer rehusó opinar sobre los supuestos fines
para los que fue robado el cianuro. Dijo que este caso sí le interesa
a la dependencia de la que forma parte, pero señaló que la
posibilidad de que sea utilizado para actos terroristas "tendría
que verse con la propia secretaría o con las personas que hacen
esas declaraciones. Yo creo que, como todos sabemos, es un asunto de seguridad
nacional".
En conferencia de prensa, los especialistas de la UNAM
manifestaron que "un terrorista profesional estaría loco si intentara
pasar ocho toneladas de cianuro por una frontera sobrevigilada, cuando
lo puede comprar de aquel lado".
Explicaron que para que una persona muera por cianuro
bastan 100 miligramos, que es la quinta parte de una pastilla de aspirina.
Quien se intoxicó con cianuro muere en cuestión de dos o
tres minutos, de tal manera que no se requieren grandes cantidades para
ocasionar daños a la población.
Por otro lado, es un producto que se puede adquirir por
15 pesos el kilo y no tiene un mercado negro. Señalaron que
los responsables del robo seguramente no sabían que lo que contenía
el tráiler era cianuro.
Manifestaron que si el producto fuera tirado en un espacio
abierto, el área y la población afectadas serían limitadas.
De cualquier forma, explicaron que el cianuro es un material tóxico
y muy soluble en el agua. Uno de los riesgos es que quienes lo robaron
lo arrojen en aguas de río y produzcan una mortandad espectacular
de peces, sin embargo, luego iría disminuyendo el cianuro sin grandes
riesgos para la población.
La sintomatología que se puede presentar es por
tres vías: la persona que lo inhala sufre de mareos, vómito,
pérdida de conciencia, paros respiratorios y cardiacos, y coma.
La que lo ingiere padece de calambres abdominales, salivación intensa
y vómitos, y la que tuvo contacto epidérmico con el material
presenta manchas rojas, es como si la hubiera quemado.