Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 29 de mayo de 2002
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Cultura

Celebra la proliferación de dramaturgos jóvenes a pesar de ''su visión lóbrega'', pondera

Tengo la fortuna de hallar respuesta a lo que escribo, dice Carballido

La prisionera es la segunda obra de su autoría que se estrena en la UNAM

La próxima escala del escritor será la ciudad de Colima; allí recibirá un homenaje

CARLOS PAUL

emilio_carballido_6ws"ƑPor qué escribo? Contestaría en tres palabras: porque me apasiona. Es mi vocación. ƑPor qué teatro antes que otros géneros? Porque tengo la facilidad natural. Escribo por placer, lo demás son adornos y resultados, y si lo que uno produce halla respuesta, es una fortuna extraordinaria. La he tenido."

Es el sentir de Emilio Carballido, quien cumplió 77 años el pasado 22 de mayo, festejo enriquecido con dos recientes galardones: el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2002 (18 de mayo) y el Ariel de Oro por su trayectoria de guionista de cine, que recibió este lunes.

Nacido en Córdoba, Veracruz, en 1925, es "uno de los dramaturgos más escenificados en Latinoamérica", ganador de innumerables reconocimientos en México y el extranjero; su amplia producción literaria en teatro, novela y cuento está integrada ''hasta el momento por más de 200 obras".

Entre su más de medio centenar de guiones destaca la adaptación de la novela Macario, de Bruno Traven; La adoración de los magos, Los novios y el del largometraje El águila descalza, que le valieron una Diosa de Plata y un Ariel.

Amante de la ópera

Carballido, además de profesor y promotor cultural, es fundador y director de la revista de teatro Tramoya desde hace 27 años.

Viajero incansable, sea por Europa o América, para impartir un taller, recibir un homenaje o ver la presentación de alguna de sus obras -como la visita realizada el año pasado a Serbia, donde presentaron su Rosa de dos aromas-, para el dramaturgo los viajes ''han sido siempre una renovación de mí mismo, un cambio de visión, algo que me permite ver mejor México y mis entornos.

''Realmente conocí mi país hasta que hice el largo viaje a China con Guillermina Bravo, en 1957. Ese viaje comenzó porque fui a cobrar tarde al Instituto Nacional de Bellas Artes. Allí me la encontré con una caja vacía y me dijo: 'vámonos a tal y tal lugar, Ƒpor qué no vienes?' Yo dije por qué no y a mediodía nos fuimos. Fue un viaje extraordinario.

''Cuando uno viaja percibe todo. Voy buscando distintos espectáculos, pero sobre todo ópera; soy amante de ella desde niño. He tenido la fortuna de ver La guerra y la paz con un reparto de 140 personajes. Son oportunidades únicas. Además de que (los viajes) nos dan un parámetro para conocer la vida diaria de otros países y las corrientes que se mueven o las novedades que siempre llegan acá muchos años después."

Distinguido con los premios Casa de las Américas (1962) y el Nacional de Ciencias y Artes en lingüística y literatura (1996), el escritor se dice ''contento'' de la cantidad de jóvenes que escriben teatro. ''La proliferación de talentos ha sido notable." Sin embargo, señala, ''me sorprende una coincidencia de visión lóbrega, como si todos hubieran sido alumnos de (Jesús) González Dávila, pero no sé si es por influencia de él o si la realidad ha cambiado tanto que no advierto que así se impone. Es como una bogotización de la ciudad; cada vez pasan más cosas espantosas estilo Bogotá, sobre todo el atroz problema de los niños de la calle. Por encima de todo, a los muchachos (dramaturgos) se les ha impuesto una visión negra y cerrada del mundo que los rodea, lo cual me alarma, porque seguramente así lo ven."

Atrapar las formas de la fantasía

Sobre el proceso creativo, el maestro Carballido expresa: ''Siempre piensan que uno escribe de manera racional. Escribir es una especie de sonambulismo, es instintivo sobre algo que uno sabe. Las historias se aparecen solas o llegan entre sueños o se proponen de algún modo interesante ante nuestros ojos. No es algo que uno invente, no es que uno cree un personaje de un modo deliberado como un monito de barro. Aunque se invente a un personaje, siempre es alguien que uno conoce, como en el caso de La prisionera", obra que se presenta en Centro Cultural Universitario, y que es el ''segundo estreno del dramaturgo en la UNAM.

''En los talleres -explica- busco hacer entender al alumno que existe un proceso, una artesanía que sirve para atrapar las formas de la fantasía, para capturarlas de un modo metódico y no permitir que escapen. Eso es realmente un taller de composición, según un servidor. La teoría, que la hay, saldrá de lo que propongan las obras de los alumnos o servirá para el momento en que aparezca algún problema.

''Uso a Aristóteles y a G. S. Lessing, y cuando conviene para algunos trabajos literarios utilizo Drama y poesía, de T.S. Eliot."

Forjador de varias generaciones, Carballido dice que cuando ha recibido los premios más importantes de su vida ''uno se siente medio estúpido de momento. No sé si sirvan de manera práctica, no lo veo así. Es un reconocimiento de que lo hecho por uno sirve, de que uno no anda tan equivocado con su obra y que la gente no sólo la acepta, sino que da recompensas por haberla hecho. Es muy importante en una carrera ese tipo de confirmación".

Enamorado de Francia, ''donde he tenido grandes montajes", y de los países asiáticos como China, porque allí ''recibí una lección inmensa de teatro y de arte'', a Carballido la Opera de Pekín lo cambió por completo. ''Mi primera obra después de ese viaje fue Los leones, que no tiene nada que ver con toda mi obra anterior. El teatro chino me hizo ganar una gran libertad, al igual que el japonés".

Sin una hora determinada para escribir, pues ''eso sería burocracia", lo que hace es que ''escribo cada vez que se me da la gana y escribo muchas tonterías en libretas, sobre todo cuando voy de viaje; siempre viajo con ellas. Escribo a mano y copio a máquina, no se me da la computadora", explica.

Como novelista, ''tengo como 15 o 17 novelas, la más reciente es Egeo. Este género, a diferencia de la dramaturgia, ofrece un contacto diferido, es una satisfacción diferente, pues uno ve el efecto después, no es el contacto inmediato con el público que tiene el teatro".

Para el escritor, a quien le tocó vivir ''un México cerca del siglo XIX y el inicio del XXI, es una especie de privilegio vivir tanto cambio. Innovaciones tecnológicas, hechos políticos, como el derrumbe del PRI, y esta lamentable entrada del PAN, qué tristeza. Tanta ilusión en el cambio. En fin".

El próximo viaje de Emilio Carballido será a la capital de Colima, donde impartirá un curso sobre composición y allí se le rendirá otro homenaje. Además, Editores Mexicanos Unidos ''va a sacar de golpe, en estos días, cinco libritos con sendas novelas. Dos inéditas: Dos llaves y una lanza y La Venus Quetzalcóatl, y tres antiguas: El norte, Un error de estilo y Noveleta oxidada''.

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