KOREA JAPAN
Lograría una gran hazaña si avanza a octavos de final
Velocidad y técnica, armas de Japón
A falta de un goleador, el mediocampista Hidetoshi Nakata es el rey
AFP
Clasificado como coorganizador del Mundial, Japón lograría una gran hazaña si consigue llegar a octavos de final, un logro inédito para este joven y prometedor equipo.
En efecto, los progresos de la selección dirigida por el francés Philippe Troussier son reales. Si en enero 2001, en un partido amistoso, fueron los chivos expiatorios contra los campeones del mundo franceses, encajando una severa derrota (5-0), los japoneses lograron, seis meses más tarde, un merecido empate (1-1) frente a Italia.
La ausencia de un verdadero goleador es una seria desventaja para la selección nipona, en la cual reina el excelente Hidetoshi Nakata como mediocampista.
La experiencia conseguida por Nakata en el extranjero, tanto en Parma como anteriormente en Perugia y AS Roma, es benéfica para todo el equipo.
En varias oportunidades Nakata habló del "abismo" que existe entre el estilo en Japón y en Europa, donde los encuentros son mucho más intensos y el juego es más físico y agresivo.
Aparte de Nakata, son muy pocos los futbolistas japoneses, campeones de Asia 2000, que intentan la experiencia fuera del país asiático. Pero el movimiento parece haberse iniciado. El atacante Naohiro Takahara, que se "exilió" en Argentina, en Boca Juniors, mejora su técnica y, sobre todo, adquirió una nueva visión del juego.
Otros eligieron viajar a Inglaterra, como el portero Yoshikatsu Kawaguchi (Portsmouth), el mediocampista Junichi Inamoto (Arsenal) o el defensor Akinori Nishizawa (Bolton). Están igualmente los que prefirieron Holanda, como Shinji Ono (Feyenoord Rotterdam).
En el Grupo H, Japón deberá enfrentarse a Bélgica, Rusia y Túnez.
Los progresos deberían verse a corto plazo. Los japoneses tienen ya una cierta técnica y una velocidad de ejecución interesante, dos cualidades que les podrían ser muy útiles durante "su" Mundial.
Philippe Troussier
Desconocido durante mucho tiempo en Francia, Philippe Troussier, responsable de la selección japonesa desde septiembre de 1998, destacó rápidamente en su puesto, a tal punto de convertirse en un verdadero ídolo en el país del sol naciente.
Modesto jugador de Segunda División francesa y luego entrenador de clubes galos de nivel inferior, Troussier se exilió rápidamente.
Primero fue seleccionador de Costa de Marfil (1993), posteriormente de Nigeria (1997) y de Burkina Faso (1997-98), antes de dirigir a la selección sudafricana durante el Mundial 1998.
Apodado el Brujo Blanco, cambió de continente en septiembre de 1998 para tomar las riendas de Japón, que acababa de participar sin pena ni gloria en su primer Mundial y se clasificó de oficio como coorganizador de la siguiente edición.
Sus gritos y sus decisiones irrevocables le valieron en Japón el apodo de "el hombre que se enoja". Sus opciones tácticas y sus métodos, en muchos casos demasiado autoritarios, chocan con la sensibilidad japonesa.
Hasta ahora el método da sus resultados, ya que los jugadores fueron mejorando poco a poco. Japón ganó así la Copa de Asia de Naciones 2000, en Líbano.
Hidetoshi Nakata
Hidetoshi Nakata es el jugador más talentoso que tiene Japón, y sobre quien recae la mayor parte de las esperanzas de este joven país en "su" Copa del Mundo.
Poseedor de una excelente visión del juego, sus pases, en muchos casos milimétricos, y sus regates lo elevaron rápidamente al rango de estrella.
Llegado al Mundial Francia-98 con una sólida reputación a pesar de sus 21 años, Hidetoshi Nakata "conoció" el futbol europeo en el campeonato de Italia. Tras la Copa del Mundo defendió los colores del Perugia, donde permaneció dos temporadas antes de firmar con el AS Roma.
En una temporada su palmarés se enriqueció con una Copa de Asia de Naciones 2000 y luego con un título de campeón de Italia con el Roma (2001).
A pesar de las buenas actuaciones, Nakata abandonó la capital italiana por el Parma en julio de 2001, con el que ha ganado este año la Copa de Italia.
Distinguido como mejor jugador de Asia en 1997 y 1998, su nombre apareció en los cuadernos de los agentes europeos. Fue Perugia el que lo contrató antes del Mundial 1998, en el cual Japón descubrió lo que significaba jugar al más alto nivel.
En septiembre de 2000, a punto de firmar con el AS Roma, fue criticado por los medios de comunicación y dirigentes japoneses por haber fallado un penal durante el partido de cuartos de final contra Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Sydney.