La Jornada Semanal, 26 de  mayo del 2002                           377
(h)ojeadas
LOS MÉXICOS Y LAS ESPAÑAS

GABRIELA VALENZUELA NAVARRETE

Anamari Gomís,
Ya sabes mi paradero,
Plaza y Janés,
México, 2002.
No tortures tu espíritu –dije.
Aquello que ves no es ambigüedad, ni es pureza. Se asemeja más a la inexistencia.
No estoy aquí para tomar el lugar de nadie.
Ikram Antaki,
El espíritu de Córdoba
En su libro Aspectos de la novela, Edward M. Forster señala lo que para muchos tal vez resulte más que obvio: una novela cuenta una historia y no sirve de nada si no la cuenta. Quienes gustan de entrometerse en las vidas creadas por un escritor son un poco como el marido de Sherezada en Las mil y una noches: quieren saber qué sigue después y casi no pueden esperar a que llegue la siguiente página. Sin embargo, contar una historia no siempre, o más bien nunca, es sinónimo de escribir una novela. "La historia narra la vida en el tiempo, en tanto que la novela –si es buena– se sirve de mecanismos para reflejar además la vida de acuerdo con sus valores", dice el propio Forster.

Desde ese punto de vista, se podrían escribir tantas novelas como historias hay para contar, pero, al igual que sucede con los conflictos dramáticos en el teatro, todas esas historias, en apariencia distintas, a la larga terminan agrupándose en apenas un brazado de variaciones de una misma protohistoria. Y eso es precisamente lo que sucede con la novela de Anamari Gomís: Ya sabes mi paradero es una más de la lista de novelas que cuentan el episodio de la Guerra Civil española y que, para muchos, encabezaría Por quien doblan las campanas, de Ernest Hemingway.

¿Para qué leer entonces una nueva novela sobre los republicanos y los franquistas? "Cuando aislamos así la historia de otros aspectos más nobles por los que se mueve y la mantenemos en alto con el fórceps como un puro y simple gusano temporal que se retuerce interminable, presenta una apariencia a la vez desagradable y aburrida", continúa explicando Forster. "Pero tenemos mucho que aprender de ella [...] Al parecer, además del tiempo, existe algo más en la vida, algo que puede apropiadamente llamarse ‘valor’, algo que no se mide en minutos ni en horas, sino en intensidad."

Nadie que lea la "versión" de Anamari Gomís sobre la guerra españo la podrá acusarla de que le falta intensidad. Además de lo bien documentado de su relato y de los vehículos de traslado literario de los que se vale para recrear una realidad exterior cruenta y reelaborarla en detalles cuidados al extremo, la autora entrega las memorias de Ana Alcaraz y las introspecciones de su marido, Julián Soler, en una amalgama de vivencias que, por su narración, se acercarían a las íntimas historias de los abuelos contadas en una sobremesa de domingo por las que se ven desfilar acontecimientos verídicos sacados de la coraza del libro de texto.

A pesar de que ambas abordan el mismo tema, Ya sabes mi paradero se separa diametralmente de la tradición de Por quien doblan las campanas por el paisaje espacio-temporal en el que se insertan sus personajes: guerrilleros unos, los de Hemingway, que pelean una batalla de apenas tres días y más de seiscientas hojas; exiliados los otros, los de Anamari Gomís, que, al igual que miles más, intentan resistir una guerra de nostalgias y añoranzas por lo que dejaron en España.

Julián Soler es un joven distinto a sus contemporáneos ya desde su nacimiento: hijo de padres españoles que vivían en la Argelia francesa de principios de siglo, criado en París pero con el sentimiento arraigado de ser hispánico. Ana Alcaraz es, por su parte, una andaluza simpática representante de esa generación extraña de mujeres que se debatían entre su "deber de esposa buena y obediente" y el deseo hasta entonces reprimido de tener una opinión propia y de peso.

Como personajes, Ana y Julián son los protagonistas de una historia de "amor del bueno": ella, la compañera ideal de un militante político activo, dispuesta a dejar incluso a su familia y mudarse con él a otro continente con tal de seguir juntos; él, un marido fiel, responsable, siempre preocupado por el bienestar de su familia. Sin embargo, no es la parte erótica o sentimental la que tiene más peso en esta novela: más que típicos amantes hechos "el uno para el otro", Ana y Julián son dos seres cuyas vidas corren siempre paralelas, éste, un personaje casi de tragedia griega, que llora su exilio cual Prometeo encadenado a una tierra que nunca deja de serle extraña; aquélla, un carácter melodramático que, después de lamentar su desdicha, levanta la mirada para escrutar su alrededor y descubrir que también hay papayas rojas y que todos los mexicanos tienen un color de piel distinto.

Es esta diferencia tan marcada entre los protagonistas lo que sostiene la trama hilvanada por un doble hilo conductor. Con Julián, la escritora se lamenta por la Europa mancillada por Franco, Hitler y Mussolini; se esfuerza por revivir en el Paseo de la Reforma los Campos Elíseos de París, y por re-españolizar la antigua capital americana del imperio de Fernando VII. Mientras tanto, Ana es su medio para asombrar y asombrarse con el jardín del Edén del trópico veracruzano; de acoplarse a una situación de huésped al que no condenan por los actos de sus antepasados; de hacer convivir a Sara Montiel y a Jorge Negrete con La Traviata y Parsifal en un mismo tocadiscos. Hay una tercera línea narrativa, que a su vez se divide en tres partes: Lorenzo, Guadalupe y Lázaro, los hijos de los Soler, todos pertenecientes "a ese mundo raro, distinto del ser mexicano, como diría Guadalupe, el de los hijos de españoles refugiados". Ellos viven en un dilema que difícilmente comprenden: por una parte, Lorenzo, el mayor, nació en España pero no comparte el dolor de sus padres y tampoco se siente mexicano; por la otra, los dos más pequeños son originarios de un país que no pueden compartir con el resto de su familia.

Esta diversidad de nacionalidades entre personajes cercanos entre sí coloca a Ya sabes mi paradero en dos corrientes literarias a la vez. Si la clasificación se basa en el escenario principal, la novela correspondería a la escuela costumbrista, la que transcurre en México, en un tiempo pasado no muy remoto, el mismo de Arráncame la vida de Ángeles Mastretta o de Hasta no verte Jesús mío de Elena Poniatowska, sin que importe si los personajes son mexicanos de origen o por circunstancia. Sin embargo, si se le da más peso a la nacionalidad de los protagonistas, entonces hablaríamos de una novela de personajes extranjeros afincados en México por el sueño del bienestar económico, como en Café cortado de Mónica Lavín, o porque éste fue uno de los pocos países del continente que les abrió las puertas.

Ahora bien, hablar de una novela costumbrista no quiere decir que no tenga novedades estilísticas o que deba obedecer las estructuras previamente creadas. Ya se vio que, por ejemplo, los personajes representan tendencias diversas pero recurrentes en cierto tipo de gente: en Julián se encarna lo español y lo europeo; en Ana, el descubrimiento de lo nuevo; en el doctor Guimarán, la fijación de ideas viejas, rancias, a veces incluso antipáticas ("Si los españoles no hubieran conquistado esto, esta gente seguiría con plumas en la cabeza"). Y este juego de personalidades disímiles se trenza también con los cambios de narradores que abren su abanico y lo giran con salero andaluz de un capítulo a otro, de un narrador omnisciente a uno instalado en el punto de vista de tal o cual personaje, de una carta enviada a la incertidumbre de la España franquista al diario escrito para el pequeño Lorenzo.

Poesía, religión, ópera, política; temas que, por sí mismos o en conjunto, pueden inspirar mil historias; una familia que huye de una guerra para caer en el terror de otra que enfrenta a todo el planeta posee ya de por sí una historia que contar; el chiste es, como dice Forster, "conseguir que el público quiera saber qué ocurre después", en este caso, con Julián y Ana "en la España de México, la del exilio, la de los viejos, la España Mexicana..." •



CONVOCATORIA. La Coordinación de Difusión Cultural, a través de la Dirección de Literatura y la Casa del Lago Juan José Arreola, convocan a los jóvenes universitarios de toda la República Mexicana a participar en el Concurso Nacional Interuniversitario de Cuento "Juan José Arreola" 2002, que se celebrará en el mes de septiembre en la Ciudad de México, bajo las siguientes bases: 1.El certamen queda abierto a partir de la publicación de la presente convocatoria. La fecha límite para la recepción de trabajos será el 19 de julio de 2002, a las 15:00 horas. Los trabajos que se envíen por correo deberán tener el matasellos con la fecha límite. 2. Podrán participar todos los estudiantes inscritos en el nivel licenciatura de todas las universidades de la República Mexicana. Los participantes deberán adjuntar a su trabajo una copia fotostática legible de su credencial o de cualquier otro documento institucional que los acredite como estudiantes universitarios. 3. El tema del cuento es libre, con una extensión máxima de diez cuartillas (tamaño carta) mecanografiadas a doble espacio por una sola cara. Se entregarán original y dos copias, firmadas únicamente con seudónimo. En sobre aparte, rotulado a máquina con el seudónimo, se incluirán los siguientes documentos: la constancia mencionada en el punto núm. 2 y una hoja con el nombre completo del participante, edad, título del cuento, seudónimo, dirección, teléfono y/o correo electrónico. El incumplimiento de este requisito ocasionará descalificación. 4. El original, las dos copias y el sobre con los datos de identificación se entregarán a partir del 20 de mayo y hasta el 19 de julio en un sobre de papel manila dirigido a: Concurso Nacional Interuniversitario de Cuento "Juan José Arreola" 2002. Casa del Lago/unam, Antiguo Bosque de Chapultepec, 1ª. Sección, Delegación Miguel Hidalgo cp 11850 México, df. 5. Se aceptará más de un cuento por cada participante. Los trabajos se enviarán por correo o mensajería a la dirección señalada en el punto núm. 4, o se entregarán personalmente en el Departamento de Difusión y Prensa de Casa del Lago, de lunes a viernes, de 10:00 a 16: 00 horas. Teléfonos 5211 6093 y 94. 6. El jurado estará constituido por tres reconocidos escritores y su fallo será inapelable. 7. Se otorgará un premio único de diez mil pesos ($10,000.00) y dos menciones, además un paquete de publicaciones. 8. El fallo será dado a conocer en la edición del 5 de septiembre de 2002, en el periódico Reforma y en la edición del mismo día de Gaceta UNAM. 9. Los trabajos que no resulten premiados no se devolverán y serán destruidos el 30 de septiembre de 2002. 10. Cualquier circunstancia no considerada en la presente convocatoria será resuelta por el jurado calificador.

CONVOCATORIA. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de su Dirección General de Publicaciones invita a escritores, pintores, dramaturgos, diseñadores y caricaturistas, residentes en México, a participar en las diversas convocatorias que la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) lanza para el año 2002, cuyo objetivo principal es fomentar el hábito de la lectura entre los mexicanos. Entre las convocatorias que forman parte de esta Feria, a celebrarse del 9 al 17 de noviembre del presente, figura el XII Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles, en el que los artistas plásticos tendrán la oportunidad de plasmar mundos imaginarios o reales, bajo la constante invitación a la lectura. A los escritores se les invita a participar en el XI Premio FILIJ de Cuento para Niños, cuyos textos deben ser escritos en español; así como al VII Premio FILIJ de Dramaturgia El mejor teatro para Niños 2002, en donde la temática debe orientarse también al interés de los niños. Para los artistas plásticos están: el XIV Concurso Nacional de Cartel Invitemos a leer, en el que pueden participar de manera individual o colectiva, y el VII Premio Internacional del Libro Ilustrado Infantil y Juvenil, donde el talento de los editores mexicanos deberá enfocarse a la temática de la literatura infantil y juvenil clásica y contemporánea. Los libros sometidos a concurso deberán haberse publicado durante el periodo comprendido entre noviembre de 2001 y septiembre de 2002. La fecha de cierre de trabajos es el 4 de octubre de 2002, hasta las 14:30 horas. Los interesados deberán dirigir sus trabajos a: Dirección General de Publicaciones del Conaculta (Av. México Coyoacán núm. 371, Xoco, CP 03330, México, DF). Para mayor información comunicarse a los teléfonos: 5605 8589 y 5605 6565, extensiones 167 y 180. Las bases pueden consultarse a través de [email protected]. Los trabajos únicamente se reciben de 9:00 a 14:30 horas, de lunes a viernes. La ceremonia de premiación se llevará a cabo en el marco de la XXII FILIJ, del 9 al 17 de noviembre de 2002, en el Centro Nacional de las Artes.