Rayos, con más de 500 minutos sin recibir gol, tratará de aprovechar los apuros de Aguilas

América, a la espera de un milagro

Lapuente confía en que la concentración en Sumiya tenga efectos mágicos en los de Coapa

El popular equipo América deberá apelar hoy a un milagro para arrebatarle el título de campeón a su aplicado hermano Necaxa, que tiene una ventaja de 2-0 tras el juego de ida, y que amenaza con aprovechar los apuros de Aguilas para colarse por cualquier hueco al frente y refundirlo en el más doloroso de sus fracasos de la última década.

El coloso de Santa Ursula con capacidad para más de 100 mil aficionados lucirá lleno, en su mayoría abarrotado por seguidores americanistas que lo pintarán de amarillo, dispuestos a sufrir y con la esperanza de que los encierros de Manuel Lapuente en la cálida Sumiya tengan efectos mágicos en lo futbolístico, o que al menos reconforten el ánimo y la mentalidad de sus dirigidos.

América es el equipo consentido de Televisa, sin embargo, Necaxa -el olvidado- ha resultado más exitoso y efectivo. Incluso, Rayos es el reducto para castigar a jugadores que se marean por la fama y el encargado de hacerlos resurgir, tal fue el caso en el pasado de Cuauhtémoc Blanco y recientemente de Braulio Luna, "acá les enseñamos a jugar", ha dicho el laureado ecuatoriano Alex Aguinaga.

Luis Roberto Alves, máximo goleador americanista, salió casi humillado del equipo amarillo, cuya directiva desdeñó su aporte. El alzó la Copa en el torneo 1988-89, cuando América obtuvo su cetro más reciente y colaboró con un gol en el juego de ida ante Cruz Azul. Tras un breve paso por Atlante, ahora amenaza con convertirse en verdugo de Aguilas, por lo pronto ya les anotó un gol que no festejó.

Rayos, el equipo de los 90, ganó los títulos en 94-95 y 95-96, bajo la batuta del ahora americanista Manuel Lapuente. En Verano 98 Raúl Arias vivió su primera final, que perdió ante Toluca, pero de inmediato encontró la revancha y al siguiente torneo se coronó al imponerse 2-0 sobre Chivas. Ahora Arias va por su segunda corona en los certámenes cortos.

Necaxa llega como el cuadro más sólido durante la liguilla, con un trabajo defensivo excepcional que les ha permitido mantener el cero en su meta por más de 500 minutos -más de seis partidos-, prácticamente no comete errores y suele ser letal en el contragolpe.

América perdió seguridad y confianza en sus novatos, empero, tampoco ha recibido el aporte ideal de los veteranos como Iván Zamorano, Raúl Rodrigo Lara o Pável Pardo. Así, el equipo, con la mayor cauda de aficionados del país, esta tarde podría llegar a 13 años sin alcanzar una corona, pero, igualmente, hoy está más cerca de ella que nunca antes en ese lapso.