JAZZ

Antonio Malacara

Payín

PAYIN ES UNA bella mujer con la vida dedicada al teatro y con una devoción confesa por el jazz y la canción francesa. Sin embargo, esta segunda pasión había quedado en el perchero la mayoría de las veces; su acelerado y constante ritmo de trabajo como actriz, y la terquedad ésta de los días de terminarse cada 24 horas, la dejaban sin tiempo para cantar tanto como ella quisiera. Pero resulta que hace un año Carmen Salinas (la misma) decidió producirle un primer disco, Payín canta desde el país de..., y las cosas empezaron a cambiar.

VEAMOS: EN AGOSTO de 1997, cuando la señora Salinas estrenó Aventurera en el Salón Los Ángeles, Payín fue seleccionada para el papel de "Consuelo Tejero"; desde entonces ha sido la mamá de todas las aventureras que han desfilado por este exitosísimo musical, de Edith González a Patricia Navidad. No paraba de actuar, de bailar y de orillar a su(s) hija(s) a las liviandades de la vida. Aunque eventualmente se daba tiempo para ensayar algunas piezas y cantar con los cuates.

A FINES DE 2000, se presentó en el foro Stanistablas acompañada por el cuarteto de Juan José Calatayud. Ahí llegaron Carmen Salinas y el Chato Cejudo (hermano de Payín y representante de la Salinas), escucharon el concierto y de inmediato hacieron planes para grabar el disco. No se trataba de la infame historia de siempre, en que ahora la actriz quiere cantar, grabar un disco recurriendo a los trucos de la tecnología para cubrir, en la medida de lo posible, las calamidades de la voz.

PAYIN ES UNA verdadera intérprete, una cantante que tal vez no maneje las técnicas académicas a plenitud, pero que a cambio nos entrega una voz de enorme fuerza y expresividad, con fraseos y modulaciones que se desprenden de las entrañas de un ser evidentemente apasionado por la música.

ADEMAS, EL DISCO en sí era ya todo un riesgo. Los 13 temas que se eligieron para su contenido han sido traídos y llevados por todos lados, en todos los tonos y con todas las intenciones. Desde los ultrarrecurrentes standars como Summertime, Blue moon o Autumn leaves hasta los no menos clásicos y manidos Stormy weather, As time goes by y Night and day. Todo esto y más (Over the rainbow, La vie en rose) por el estilo, en un solo disco.

TAL AGLOMERACION DE hits podía ser desdeñado por los jazzófilos de tiempo completo al vislumbrar en la contraportada una serie de lugares comunes. Por otro lado, los villamelones en busca de estatus seguramente preferirían apantallar a los cuates con las versiones originales de Judy Garland, Billie Holiday o Ella Fitzgerald. Y en cuanto a la infantería de no iniciados, se iban a topar con la casi nula promoción de esta obra.

PERO EL DISCO está aquí y los resultados son de verdad estupendos. Payín hace suyos todos y cada uno de los temas, los acaricia con cuidado para después sacudirlos y arrojarlos con seguridad y destreza. Resulta emocionante ver (Ƒel sonido se ve?) cómo ataca y se balancea en las primeras líneas de Night and day, o cómo rinde tributo a Edith Piaf en una muy rescatable versión de La vie en rose. Esto, sólo por mencionar dos ejemplos. Payín canta desde el país de... es un disco que se disfruta de principio a fin, a pesar de ciertos tropiezos con los excesos de candidez en My man o Blue moon.

OTRO ASPECTO QUE resalta, y mucho, en este disco, es el trabajo instrumental. Los músicos que acompañan a Payín (y los músicos mexicanos en general) han alcanzado un nivel de auténticos maestros. Mencionarlos a todos resulta imposible; es una big band, pero baste mencionar los arreglos de Enrique Nery (piano) e Inocente Díaz (sax alto). Terminando esta nota nos acordamos de la visita de Frank Sinatra a Brasil, cuando exigió viajar con sus propios músicos, pues consideraba que los brasileños no le iban a dar el ancho.

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