Leonardo García Tsao
Piruetas y predicciones
Cannes. Por tradición, la organización
del festival programa lo más flojo de la competencia en el último
sábado, a sabiendas que la mayoría de los asistentes -cineastas,
distribuidores, hasta algunos periodistas- se han marchado. No obstante,
el cuarto título francés L'adversaire (El adversario),
tercer largometraje de la ex actriz Nicole García, fue el más
aceptable del país anfitrión. Lo cual no significa que es
bueno, sino simplemente mejor que los horrores de Olivier Assayas y Gaspar
Noé.
Basada
en el caso real de un ciudadano que en 1999 asesinó a su familia
-esposa, hijos, padres- y luego fracasó en su intento de suicidio,
la película recorre en esencia el mismo territorio de L'emploi
du temps, de Laurent Cantet. Es decir, el dilema de un hombre cuya
vida entera está construida sobre la mentira. Aunque la sutil actuación
de Daniel Auteil sugiere la compleja neurosis de su personaje, García
se conforma con mostrar los síntomas sobre una estructura narrativa
innecesariamente rebuscada. Las comparaciones no son favorables a L'adversaire:
Cantet lograba un mayor dramatismo sin necesidad de llegar a la violencia.
La concursante coreana Chihwaseon, de Mi Kwon-Taek,
cerró la competencia con un tono de convencionalismo pintoresco,
al narrar la biografía de un pintor de acuarelas del siglo XIX como
una sucesión de romances y momentos de inspiración.
Más incomprensible fue la decisión de exhibir,
fuera de concurso, Femme fatale, la más reciente realización
de Brian De Palma, cuando la película se estrenó comercialmente
en Francia desde finales de abril. Ciertamente no fue para beneficio de
los invitados extranjeros, pues se trata de otro inútil ejercicio
en onanismo formal por parte de un realizador que se ha vuelto como un
viejo perro circense: sigue haciendo las mismas esforzadas piruetas aunque
ya nadie le haga caso.
Los pronósticos sobre los premios se han complicado
por la calidad casi uniforme de la competencia. De acuerdo con la calificación
de los críticos, El hombre sin pasado, del finlandés
Aki Kaurismäki ha sido la concursante más sobresaliente. Lo
que no le garantiza nada. Ya se sabe que los jurados suelen ignorar la
opinión de los críticos. Además, un jurado presidido
por David Lynch, secundado por el brasileño Walter Salles, el chileno
afrancesado Raoul Ruiz y las actrices Sharon Stone y Michelle Yeoh, entre
otros, promete decisiones muy encontradas.
Aventuremos algunas predicciones. Russian ark,
el elaborado -y aburrido--paseo por la historia rusa de Alexandre Sokurov,
puede llevarse algo por méritos estéticos. La actuación
de Jack Nicholson en About Schmidt reúne las condiciones
necesarias para ser un premio previsible. Por su contenido humanista aparejado
a su calidad cinematográfica, All or nothing, del inglés
Mike Leigh, Sweet sixteen, del también inglés Ken
Loach, y The Pianist, de Roman Polanski, pueden aspirar a premios.
Mientras que la palestina Yadon Ilaheyya (Intervención
divina), la colección de viñetas de Elia Suleiman, quizás
obtendrá algún reconocimiento por el simple hecho de ser
lo políticamente correcto. En el mismo caso se encuentra el documental
Bowling for Columbine, de Michael Moore.
Es dudoso, por otra parte, que los hermanos Dardenne repitan
con Le fils, pues la película no ha convencido como lo hizo
Rosetta hace tres años. Y si bien hay quienes pronostican
algo para Spider, de David Cronenberg, no olvidemos el posible factor
vengativo. Cuando Lynch concursó con Una historia sencilla
hace unos años, el presidente del jurado era nada menos que Cronenberg
y la película no se llevó ni un premio de consolación,
a pesar de ser elogiada por la prensa. La vida da vueltas.