El monasterio de Rila mantuvo encendida la llama
de la fe en Bulgaria, afirma
Nuevo encomio del Papa a iglesias ortodoxas
Se reúne con el primer ministro de ese país
y con el jefe espiritual de 966 mil musulmanes
AFP
Sofia, 25 de mayo. El papa Juan Pablo II hizo un
nuevo gesto de simpatía hacia las iglesias ortodoxas este sábado
en el monasterio de San Juan de Rila (oeste de Bulgaria), al calificar
el monacato oriental de "don para toda la Iglesia".
"¿Qué sería Bulgaria sin el monasterio
de Rila, que en los tiempos más sombríos de la historia nacional
mantuvo encendida la llama de la fe?", se preguntó el jerarca católico
a su llegada al mayor retiro ortodoxo de los Balcanes, situado 120 kilómetros
al sur de Sofía.
"¿Qué
sería Rusia sin las muchas moradas del Espíritu Santo que
le permitieron vencer el infierno de las persecuciones soviéticas?",
añadió el Papa, cuyas palabras eran apenas inteligibles.
Juan Pablo II, de 82 años, padece la enfermedad
de Parkison y sufre de artritis en una rodilla. Desde que el miércoles
inició en Azerbaiyán esta visita pastoral, la número
96 de su papado, es trasladado, de pie, en una pequeña plataforma
con ruedas y una barandilla en la que se apoya.
"Integra sus limitaciones físicas, que todo el
mundo constata, en su ministerio pastoral", declaró su portavoz,
Joaquín Navarro Valls, y añadió: "Las reacciones de
afecto que recibe le dan valor".
Para el arzobispo Simeón, responsable de las iglesias
ortodoxas occidentales, "ha llegado la hora de que sus colaboradores le
digan que abandone (...) Respetamos lo que el Papa está haciendo,
porque, ¿quién podría hacer algo así?" Exclamó:
"¡Parece Jesucristo en vida!"
Los especialistas interpretaron las declaraciones del
Papa como una mano tendida hacia las iglesias ortodoxas, en particular
al patriarca Alexis de Moscú. En febrero pasado, Juan Pablo II provocó
la ira del clero ortodoxo ruso al elevar al nivel de diócesis a
las cuatro administraciones apostólicas de Rusia.
Por su parte, Alexandre Hubanchev, profesor de liturgia
ortodoxa en Sofía, se declaró "muy decepcionado de que el
patriarca (búlgaro Maxim) no haya besado al Papa" a su llegada el
jueves a esta ciudad. En su opinión, la Iglesia ortodoxa rusa "presionó
en ese sentido, pero nadie lo dirá nunca oficialmente".
A última hora de la mañana, Juan Pablo II
concedió una audiencia privada al primer ministro búlgaro,
Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha. El monasterio alberga la tumba
del rey Boris III, padre del actual jefe del gobierno búlgaro, donde
el Papa se recogió unos instantes.
Por la tarde, de vuelta a la capital búlgara, Karol
Wojtila se entrevistó en la nunciatura apostólica con el
mufti de Bulgaria, Selim Mehmed, jefe espiritual de los 966 mil
musulmanes del país.
Antes de esa reunión, Mehmed declaró en
un comunicado que "la humanidad recordará el pontificado de Juan
Pablo II como un hito. En más de 130 países ha logrado encontrar
un lenguaje común entre los pueblos y su fe, más allá
de las rivalidades religiosas".
El Papa tenía previsto por la noche un encuentro
con la comunidad católica del país, que sólo cuenta
con 60 mil fieles, cantidad equivalente a 0.75 por ciento de la población.