Su administración, en riesgo si no consigue
respaldo frente a exigencias del FMI
Reclama Duhalde apoyo a fuerzas políticas ante
la próxima cumbre con gobernadores
Oyó acre homilía del arzobispo Bergoglio,
quien criticó "la decadencia de la autoridad"
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 25 de mayo. A punto de cumplir cinco
meses desde que asumió el poder o, como dicen aquí, "tomó
el timón del Titanic" por mandato de la Asamblea, el presidente
Eduardo Duhalde se enfrentará a una dura cumbre con los gobernadores
del Partido Justicialista, que puede causar el fin de su gobierno si no
consigue apoyos frente a las severas exigencias del Fondo Monetario Internacional
(FMI).
"Solo, sin apoyo, es muy difícil sacar al país
de la crisis, y a mí no me han elegido para seguir hundiéndolo;
entonces lo que requiero de las fuerzas políticas es apoyo para
reinsertar a Argentina en el mundo", declaró Duhalde esta mañana
en el programa radial Conversando con el presidente. "Es muy pesada
la carga de gobernar este país, porque la crisis es muy desgastante",
añadió.
En la catedral de Buenos Aires, el mandatario escuchó
una acre homilía, durante la ceremonia de conmemoración de
la fecha patria (25 de mayo de 1810), en la cual Jorge Bergoglio, arzobispo
local, advirtió que el país está al borde "de la disolución
nacional", a la vez que criticó a los políticos y los intereses
externos que agobian a la nación. El religioso fue severo "con los
que representan a la gente" y pretenden mantener sus "privilegios, su rapacidad
y sus cuotas de ganancias malhabidas".
Bergoglio
pidió estar alertas, pues "una sorda guerra se está librando
en nuestras calles", donde existen intereses que se entrecruzan manejados
por "sórdidas organizaciones delincuenciales, y sólo Dios
sabe qué más, aprovechando el desamparo social, la decadencia
de la autoridad, el vacío legal y la impunidad".
El arzobispo instó a hacer cumplir la ley en momentos
en que el FMI pone como condición para ayudar a Argentina aprobar
una virtual impunidad para banqueros, funcionarios y otros procesados por
gravísimos delitos, en detrimento del país.
"Sabemos bien que este pueblo podrá aceptar humillaciones,
pero no la mentira de ser juzgado culpable por no reconocer la exclusión
de 20 millones de hermanos con hambre y con la dignidad pisoteada."
También criticó los "intereses golondrinas
del mundo que llegan, extraen y parten", y a quienes practican "calculadoras
intransigencias en nombre de coherencias que no son tales"; también,
a aquellos que "narcotizan las conciencias" con el pretexto de "justificar
y demandar más sacrificios, escudándose en la repetida frase:
'No queda otra salida'". Todo esto fue interpretado como alusión
a la debilidad del gobierno frente al FMI.
Duhalde se mantuvo inmóvil mientras escuchaba el
sermón en el templo, donde luego se produjeron incidentes entre
seguidores del mandatario y enfurecidos ahorristas, que los corrieron de
la plaza. Agobian al mandatario la interminable crisis y la derrota sufrida
ayer en la Cámara de Diputados, donde finalmente su Partido Justicialista
perdió la votación para derogar la Ley de Subversión
Económica, como lo pide el FMI, y se aprobó un proyecto con
reformas que impuso la Unión Cívica Radical (UCR).
Así comienza a romperse también el débil
hilo que lo une a sus aliados de la UCR, sin dejar de mencionar que son
muchos los justicialistas que tampoco votaron favorablemente para no enfrentar
la furia popular. Aun así, se sabe que intentará en la próxima
cumbre con gobernadores que se ratifiquen los 14 puntos votados recientemente
por éstos para calmar al FMI, pero que en realidad serán
imposibles de cumplir sin desatar estallidos sociales.
Sumándose a las rupturas internas partidarias aparece
también ahora la figura del ex presidente Carlos Menem, quien al
parecer pretende dar un golpe de efecto y lanzar su candidatura desde Washington
junto al ex presidente George Bush, su amigo y socio.
El país vivió una semana de movilizaciones,
cortes de rutas y calles por parte de desocupados. El presidente también
enfrentó un paro parcial con manifestaciones de la Confederación
General del Trabajo (disidente) justicialista.
La semana culminó con una enorme actividad de las
asambleas barriales, con programas creativos y hasta cabildos abiertos,
y un "banderazo", ayer 24, que fue el comienzo de una jornada de lucha
que cerrará el próximo 29 de mayo con un paro general convocado
por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Lo cierto es que este 25 de mayo permitió advertir
que la política del gobierno de George W. Bush y del FMI, así
como las exigencias de los gobernantes derechistas de Europa, han despertado
un dormido nacionalismo y una andanada de protestas.
Este sábado, en la ciudad de Córdoba, capital
del estado del mismo nombre, vecinos que tomaron el consulado español
fueron desalojados con violencia, y ya en la calle quemaron banderas de
Estados Unidos y España.
En un acto simbólico los inconformes taparon el
nombre de España en una calle, a la que pusieron el de un grupo
indígena local: "comechingones".
La figura de Duhalde se terminó de desgastar en
su reciente gira por Europa, donde fue maltratado por los gobernantes derechistas
por su falta de carácter para enfrentar tanto las exigencias del
FMI como las de su propio partido.
Si después de todo lo anterior los gobernadores
no respaldan al presidente, éste podría finalmente ceder
a la idea de adelantar las elecciones, en momentos en que no puede haber
muchas personas dispuestas a tomar su lugar.
El FMI -que convalidó y se benefició de
la corrupción montada en el periodo de Menem (1989-1999)- ahora
tiene exigencias que sólo parecen llevar al país a una gran
tragedia. El gobierno ni siquiera puede avanzar en un proyecto para limitar
el porcentaje de capital extranjero en medios de comunicación, mismos
que fueron entregados sin miramientos durante el menemismo.
En todo el mundo existen estos límites y controles,
pero el gobierno actual, bajo tan severas presiones, no puede avanzar al
menos en esto, y el país ha quedado a merced de numerosos medios
informativos al servicio de intereses externos, que colaboran abiertamente
con la desintegración, como denuncian diversos analistas. Frente
a ello está la rebelión popular, aún dispersa y fragmentada,
pero con una enorme fuerza.
Cada día más trabajadores ocupan las empresas
quebradas y las ponen a funcionar como cooperativas, experiencia extraordinaria
en un país en crisis. Los rumores, en tanto, se multiplican en un
contexto social de desesperación, cuando la mitad de los argentinos
se encuentra bajo la línea de pobreza y 50 por ciento de los asalariados
sobreviven en la indigencia.