El derechista Alvaro Uribe, favorito con entre
48 y 51 por ciento en la intención del voto
Intensifican las FARC los ataques a horas de los comicios
presidenciales
Pese a la militarización, rebeldes colombianos
dinamitan 11 torres de energía y tres puentes
Alrededor de mil 200 mesas receptoras de votos serán
trasladadas de aldeas ante amenazas
REUTERS, AFP Y DPA
Santafe de Bogota, 25 de mayo. En medio de un clima
de violencia, amenazas y sabotajes se efectuarán este domingo las
elecciones presidenciales de Colombia, en las que el candidato independiente
de derecha, Alvaro Uribe, aparece como seguro ganador con entre 48 y 51
por ciento en la intención del voto, seguido por el liberal Horacio
Serpa, con entre 26 y 27 por ciento en su favor.
Aunque algunos ven en Uribe, con un discurso de línea
dura en contra de las diferentes guerrillas, como la posible "salvación
de Colombia", otros temen que por su posición de derecha lleve al
país a una guerra total.
Pero Uribe, quien confía en adjudicarse la victoria
en la primera vuelta electoral, dijo incluso esperar la colaboración
"absoluta" de Venezuela en la lucha antiterrorista y contra la insurgencia.
Mientras
tanto, a 24 horas de los comicios y pese a la militarización de
gran parte del país ante amenazas de violencia, la guerrilla de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) continuó
con su ofensiva armada y de sabotajes al dinamitar al menos 11 torres de
energía y tres puentes, además de sostener combates con el
ejército con saldo indeterminado de bajas en ambos bandos.
En las últimas horas el saldo parcial era de17
muertos. Cuatro militares y cuatro rebeldes murieron, así como varios
más resultaron he-ridos, en combates en una zona rural de Dolores,
Tolima.
Además, se atribuyó a las FARC el secuestro
y posterior asesinato del alcalde Arnulfo Silva, del pueblo de Montañita,
en el sureño de-partamento de Caquetá, donde operan ampliamente
las guerrillas.
Tanto las FARC como el Ejército de Liberación
Nacional, la segunda guerrilla del país, intensificaron los atentados
contra la infraestructura vial y de comunicaciones en Antioquia, Magdalena,
César, La Guajira y Arauca, y a raíz de esos ataques se informó
que quedaron a oscuras unos 70 municipios.
Llamado entre la violencia
Los rebeldes también dinamitaron puentes en Arauca,
César y Putumayo e hicieron estallar un vehículo cargado
con explosivos en Ciénega, en Magdalena, y una bomba de bajo poder
en Rioacha, en La Guajira; lanzaron explosivos en una oficina electoral
de Cocorná, en An-tioquia, y sustrajeron material electoral en Cauca,
donde se enfrentaron a fuerzas del ejército.
El presidente Andrés Pastrana, quien fracasó
en lograr un acuerdo de paz con las guerrillas, hizo un llamado a los colombianos
a votar en forma masiva y en conciencia para elegir al mejor de los candidatos
para sucederlo en el mando.
En ese contexto, expresó su re-chazo a los actos
de violencia para parar a los "violentos", pues señaló que
hay que estar preparados para enfrentar "actos terroristas".
Pastrana, quien dispuso de un dispositivo de seguridad
de 212 mil militares y policías para vigilar las elecciones, admitió
que en 7 por ciento del territorio nacional no se podrán realizar
los comicios ante las acciones de los grupos armados irregulares.
Además, unas mil 200 de las más de 60 mil
mesas electorales serán trasladadas de aldeas amenazadas de violencia
a pueblos o cabeceras departamentales donde habrá vigilancia militar
o policial.
De hecho más de la mitad de los 32 departamentos
del país resultan afectados por la violencia, por lo que habrá
traslado de puestos de votación en los siguientes: Arauca (fronterizo
con Venezuela), César, Bolívar, Córdoba, La Guajira,
Su-cre, Norte de Santander, Chocó, Valle, Risaralda, Cauca, Nariño,
Casanare, Tolima, Caldas, Cundinamarca, Guaviare, Caquetá y An-tioquia,
y en Meta casi la mitad de los 29 municipios no tendrán elecciones
en las áreas rurales, incluyendo los cuatro que formaron parte de
la antigua zona de despeje.
No obstante, tanto el gobierno de Pastrana como las fuerzas
armadas y las autoridades electorales afirmaron que las elecciones están
garantizadas en 95 por ciento del país, y que habrá transparencia
en la jornada y los escrutinios.
Todo esto, además, pese a varios fraudes que se
denunciaron en las elecciones legislativas de marzo último y que
aún no se resuelven.
Cerca de 24 millones de colombianos están habilitados
para sufragar y escoger presidente de la república entre 11 candidatos,
cuyo ga-nador gobernará a partir del 7 de agosto de este año
y hasta 2006.
Una de las particularidades de estos comicios, y que constituye
un hecho sin precedentes, es que la candidata presidencial Ingrid Be-tancourt,
del Partido Verde Oxígeno, se encuentra secuestrada por las FARC
desde hace tres meses.
El candidato marcado favorito en los sondeos de opinión
es el derechista Alvaro Uribe, un disidente del Partido Liberal que podría
ad-judicarse el triunfo en la primera vuelta si obtiene 51 por ciento de
los votos, el mínimo para evitar ir a una segunda ronda, y las encuestas
le dan aproximadamente esa cifra.
En diversas declaraciones de prensa y televisión,
Uribe ha mantenido un discurso de línea dura contra las guerrillas
y se le acusa de ser apoyado por los paramilitares de extrema derecha,
quienes han hecho proselitismo en su favor.
Sostiene que un eventual gobierno suyo mantendrá
irreversible su política de seguridad, que contempla un plan para
involucrar a un millón de civiles como colaboradores del ejército
en la lucha contra los grupos irregulares.
"No echaremos para atrás nuestra política
de seguridad, así se venga el mundo encima", declaró en un
debate por televisión cuando periodistas lo interrogaron acerca
de declaraciones de la alta comisionada de los derechos humanos de Naciones
Unidas, Mary Robinson, quien sugirió que Uribe era tolerante con
los paramilitares.
Su respuesta fue que "antes que preocuparme por críticas
de algunos organismos, me tengo que preocupar por que cese el derramamiento
de sangre en Colombia. La comunidad internacional tiene la garantía
de que ésta será una política totalmente transparente
en ma-teria de derechos humanos".
Subrayó que su propuesta de seguridad es democrática
para proteger a todos los sectores del país, sean amigos o no del
gobierno, frente "al agresor".
Gesto de buena voluntad
Uribe también declaró que espera la colaboración
del presidente ve-nezolano, Hugo Chávez, en la lu-cha contra el
terrorismo y las guerrillas, como un gesto de buena voluntad del país
vecino.
A la pregunta de supuestos nexos de Chávez con
la insurgencia co-lombiana, respondió que "el gobierno venezolano
está comprometido en la lucha contra el terrorismo".
El principal candidato después de Uribe es Horacio
Serpa, del Partido Liberal, quien promueve temas sociales como la lucha
contra la pobreza y el desempleo, y es más cauteloso en cuanto a
eventuales negociaciones con las guerrillas.
Pese a tener entre 26 y 27 por ciento en las encuestas,
en ésta su segunda vez que va por la presidencia confía en
ganar o al menos pasar a la segunda ronda.
El gobernante Partido Conservador, de Pastrana, por primera
vez en los últimos 60 años no inscribió un candidato
por divisiones internas, pero está apoyando la candidatura del derechista
Uribe.
Así, por primera vez los partidos tradicionales,
como son el Liberal y el Conservador, no aparecen con posibilidades de
obtener la presidencia de la república.
En tanto que las autoridades confían en un vasto
plan de seguridad listo para neutralizar la oleada de violencia este domingo
y permitir las elecciones, el gobierno desestimó la posibilidad
de desmilitarizar una zona del suroeste para facilitar la liberación
por las FARC de 12 di-putados en su poder desde marzo.
A su vez, las FARC rechazaron cualquier contacto con el
gobierno de Pastrana para gestionar la liberación de los políticos
que retiene.