BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife Rahme
¿Quién querría asesinar al líder
senatorial de EU?
ES NATURAL QUE, en medio de las turbulencias que
provocaron las revelaciones escalofriantes sobre el 11 de septiembre, analistas
como George Monbiot, en el londinense The Guardian (21 de mayo),
cuestionen las investigaciones muy laxas de la FBI sobre las esporas letales
del ántrax que ocasionaron cinco muertos y 11 hospitalizados. Entre
los destinatarios del correo se encontraba nada menos que el líder
del Senado Tom Daschle, un demócrata de Dakota del Sur recientemente
entronizado (en ese entonces), quien le debía su nueva investidura
a la deserción del ex republicano de Vermont Jim Jeffords, ahora
independiente, el que al abandonar las filas de su anterior partido rompía
el empate senatorial entre demócratas y republicanos. La muerte
de Daschle hubiese regresado la mayoría senatorial al Partido Republicano,
por el voto de desempate del vicepresidente Cheney, quien hubiese gozado
así de una inesperada cuan exagerada suerte circunstancial.
LA CONCENTRACION de las esporas de ántrax
consagradas a la lectura mortal de Daschle requiere de laboratorios ultrasofisticados,
con técnicas ultrasecretas y ultracontroladas, que en el mundo entero,
de acuerdo con los expertos científicos, solamente se encuentran
en Estados Unidos; ni en Cuba (como hizo el ridículo en afirmar
el subsecretario de Estado, John Bolton) ni en Irak (como en un inicio
se desinformó, en forma maligna), ni en Marte. Con mayor precisión:
solamente cuatro laboratorios en Estados Unidos (¡sí, en Estados
Unidos!) tienen el equipo y la sapiencia para la conversión en arma
biológica de la cepa Ames del ántrax (extraída de
una vaca infectada en Texas en 1981; obviamente que lo de Texas es pura
casualidad), tres militares y un contratista.
THE WASHINGTON POST; el semanario científico
Science, de excelsa calidad; la revista New Scientist, del
más alto nivel, y la prestigiosa Federación de Científicos
Estadunidenses, señalan que el macabro envío al senador Daschle
provino del Fuerte Detrick, en Maryland, y fue cultivado por el USAMRIID
(por sus siglas en inglés: Instituto de Investigación Médica
de Enfermedades Infecciosas del Ejército de Estados Unidos). Barbara
Hatch Rosenberg, de la Federación de Científicos Estadunidenses,
y otros tres investigadores, sospechan del mismo personaje, un científico
que laboraba anteriormente en el USAMRIID, a quien acusaron ante la FBI
que, por el contrario, se ha encargado de denunciar a los quejosos, lo
que levanta las suspicacias del analista británico Monbiot de que
algo, o a alguien, se encubre.
EL GRUPO DE investigación Project Sunshine,
dedicado a "combatir el uso hostil de la biotecnología", ha descubierto
una serie de programas ilegales de armas biológicas financiados
en secreto por el gobierno, lo que contraviene la Convención sobre
Armas Biológicas y las leyes domésticas. Suena interesante
que Daschle, un anterior funcionario de los servicios de inteligencia de
la Fuerza Aérea, en el Comando Aéreo Estratégico,
haya guardado un discreto silencio respecto de la misiva letal que le fue
enviada con dedicatoria puntual. Pero en relación con las fallas
en la cadena de mando en la FBI, la CIA y la Casa Blanca sobre los polémicos
atentados del 11 de septiembre, llama la atención que Daschle, un
candidato presidencial natural en 2004 (si no le vuelven a enviar otra
misiva semejante y no tiene el cuidado de no abrirla), exija una investigación
independiente especial, que bloquea por todos los medios la dupla Cheney-Bush.
¿A quién le convenía asesinar al senador Daschle?
¿A quién protege la FBI? ¡Qué mundo demencial
de horror y terror ha implantado en el suelo de Estados Unidos el dinástico
nepotismo de la familia Bush, que tiene secuestrada a su nación,
ya no se diga al género humano, en el pánico permanente!
Argentina: swaps por la Patagonia y la Antárdida
LA
PRENSA ARGENTINA ha sido bombar-deada en las semanas recientes sobre
la posibilidad de intercambiar (por el método swap) porciones
de tierra por deuda, que ya parece gustarle a Eduardo Duhalde. Pues al
ritmo que sigue la debacle, multiplicada por la devaluación y el
incremento de deuda (a cuatro veces, por el momento), ni todo el territorio
argentino (el segundo más extenso de Latinoamérica) va ser
suficiente para colmar a sus rapaces acreedores, respaldados por la Secretaría
del Tesoro de Estados Unidos por medio de su instrumentación del
FMI, en el que sigue creyendo, pese a todos los desaires, el lastimosamente
ingenuo presidente interino Eduardo Duhalde.
LOS EX PRESIDENTES, el contrabandista trasnacional
de armas y monetarista sirio-argentino Carlos Saúl Menem y Fernando
de la Rúa, tenían preparados "estudios de factibilidad" (muy
bien asesorados por el también mafioso Domingo Cavallo) para "rescatar"
a Argentina mediante los swaps territoriales. Lo que sucede es que
no entendieron que los terrenos estaban muy caros con la paridad del modelo
de la "convertibilidad" de un peso argentino por dólar que, visto
en retrospectiva, resultó ser uno de los superlativos engaños
del milenio. Ahora los terrenos se han abaratado a la cuarta parte (probablemente
mucho más) de su valor, y el megaespeculador con máscara
de "filántropo" George Soros, con su empresa de bienes raíces
IRSA, después de haber realizado estupendas operaciones en la Patagonia
(el granero del hemisferio sur y pletórica en minerales), además
de la depredadora constructora trasnacional Techint (cuyo director, Agostino
Rocca, pereció en un extraño accidente), y la magnate de
cementos Amalia Fortabat (muy cercana al clan de los Rockefeller, que financia
al Consejo de las Américas, adonde se fue a postrar Fox), han mostrado
su interés en "desarrollar" los terrenos propiedad del Estado.
POR CIERTO, la prensa de la Patagonia ha sido muy
generosa en comentar las recientes especulaciones de la empresa IRSA, vinculada
con la casa de bolsa Raymond James argentina y la correduría estadunidense
Merril Lynch (fastidiosamente mancillada), que disponía de información
privilegiada desde la cúpula gubernamental sobre los cambios (todo
tipo de "cambios": desde las divisas, lo que más les importa, hasta
el de las personas) en el Ministerio de Economía. Pues el plan de
los swaps de "deuda por territorio" no es nuevo y data de la reunión
"secreta" de Vail, Colorado, en 1983, y que ahora, al unísono del
proyecto de instalación de bases militares de Estados Unidos (de
la confesión de Ronald Rumsfeld, el secretario de Defensa), puede
orillar a que Argentina ceda sus derechos totales sobre la Antártida,
un territorio de 14 millones de kilómetros cuadrados cubierto de
témpanos de agua fresca (cada vez más escasa a escala planetaria)
y debajo del cual abundan petróleo, gas, uranio y otros minerales
codiciables.
DESPUES DE QUE Argentina, el otrora modelo universal
de la privatización desreguladora, ha sido descuartizada y castrada,
si no es ahora, ¿cuándo entonces aplicarán los ingeniosos
swaps que por medio de la alquimia de la "deuda" están por
convertir el papel chatarra financiero en agua, petróleo
y uranio- ¿Quién fue aquel que se atrevió a desmentir
que existiera la "alquimia del dinero"? (Por cierto, título de un
libro del megaespeculador y "filántropo" George Soros, un invitado
de lujo a la cumbre del "Disenso de Monterrey" por su correligionario Castañeda
Gutman, otro alquimista que transformó la diplomacia en guasa.)
Trampa nuclear de Cachemira: involucrar a Rusia y China
EL FLEMATICO PERIODICO londinense The Times
(25 de mayo) cita a un experto científico respecto de que una "guerra
nuclear limitada" entre India y Pakistán por Cachemira cobraría
3 millones de muertos (1.6 millones de muertos y 900 mil heridos en India
y 1.2 millones de muertos y 700 mil heridos en Pakistán). En una
coyuntura paroxística, Pakistán ha reiniciado olímpicamente
sus pruebas de lanzamiento de misiles de tecnología china y norcoreana
de mediano alcance (el Ghauri 1, de mil 500 kilómetros de
alcance, es más que suficiente para golpear cualquier ciudad de
India). ¿Quién azuza a quien? Suena paradójico que
George W. Bush (supuestamente aliado de Pakistán, pero que prefiere
tras bambalinas a India, para contener luego a China) y Vladimir Putin
(que abastece militarmente a India) no puedan detener a sus aliados en
el subcontinente indio, mientras firman un rimbombante recorte nuclear
en Moscú.
EL PEOR PELIGRO de la escalada reciente entre las
potencias nucleares medianas India (entre 100 y 150 ojivas) y Pakistán
(entre 25 y 50 ojivas), que han librado tres guerras (entre otros factores,
para buscar el control del agua de Cachemira, provincia de mayoría
islámica que busca su independencia, infiltrada por jihadistas,
y que domina los flujos y afluentes del vital río Indo), se centra
en la nada lejana posibilidad de que Rusia (superpotencia nuclear) intervenga
en favor de India, y China (la quinta potencia nuclear) haga lo mismo en
favor de Pakistán, de acuerdo con las apreciaciones espeluznantes
en el muy serio The Boston Globe (25 de mayo) de Adif Najam, profesor
de relaciones internacionales de la prestigiada Universidad de Boston.
El más mínimo error de cálculo en el polvorín
de Cachemira puede involucrar a "cerca de 3 mil millones de seres humanos,
cuatro potencias nucleares (...) que disponen de (la mayor parte de) los
arsenales nucleares del planeta". ¡Uf!
EN UN ANALISIS de John Leyne, el corresponsal en
Washington de la BBC de Londres (25 de mayo), se enfatiza que "Estados
Unidos es acusada de ignorar el conflicto de Cachemira", lo cual constituye
una incriminación sumamente grave. ¿Estará buscando
la facción de superhalcones del equipo Bush que se despedacen
sus dos principales competidores nucleares, Rusia y China (más que
India y Pakistán), que pueden caer en la trampa del "polvorín"
de Cachemira (recrudecido con la guerra en Afganistán del equipo
Bush y que el Times de Londres nos ha advertido se encuentra interconectado
en un "eje de inestabilidad" con Nepal)? En la aritmética geopolítica,
¿una guerra entre Rusia y China beneficiaría a Estados Unidos
-dicho en términos kissingerianos "realistas"-, que reinaría
solo sin enemigos al frente, para salvarse de su inocultable quiebra financiera?
¿A tales dimensiones barbáricas puede llegar la maldad para
embriagarse de poder o para negarse a perderlo? Roguemos porque se equivoquen
los analistas "realistas".