El hombre que nunca estuvo realiza su
periplo en México
Como a Cain, nos interesa la vida de la gente de trabajo
en el cine: Ethan Coen
JORGE CABALLERO
El hombre que nunca estuvo (The man who wasn't
there, EU 2001), nuevo trabajo cinematográfico de los hermanos
Joel y Ethan Coen, comenzó su recorrido comercial en nuestro país.
Situada en el verano de 1949, la historia presenta a su protagónico,
Ed Crance (Billy Bob Thornton, espléndido), un gris peluquero que
vive en una pequeña ciudad del norte de California. Insatisfecho
con su vida, la infidelidad de su esposa, Doris (Frances McDormand, encantadora),
ofrece a Ed la oportunidad de practicar un chantaje, el cual supone lo
ayudará a cambiar su triste situación. Sin embargo, a medida
que sus planes se van desplegando, se descubren secretos cada vez más
oscuros, hasta llegar al asesinato.
El hombre que nunca estuvo es una historia de pasión,
crimen y castigo, presentada por completo en un glorioso blanco y negro.
El filme reúne a los hermanos Coen con muchos de sus frecuentes
colaboradores creativos a ambos lados de la cámara, entre ellos
la señora Frances McDormand (quien obtuvo el premio de la Academia
a la mejor actriz por Fargo) y al fotógrafo Roger Deakins.
En su presentación mundial en la edición pasada del Festival
Internacional de Cine de Cannes, El hombre que nunca estuvo ganó
el premio al mejor director.
A primera vista parecería que la cinta remite nuevamente
a Joel y Ethan Coen a su género iniciático que exploraron
en su debut cinematográfico, Blood simple (EU, 1984); sin
embargo, este filme representa un viraje en su trabajo, que incide en un
aspecto particular del género que los Coen describen como: el mundo
de James M. Cain.
La literatura en el cine
Cain
fue un autor de literatura amarillista por excelencia. Sus historias de
crímenes aún son admiradas por la agudeza de sus diálogos
y de sus caracterizaciones, así como por el estilo directo e inmediato
de su narración. Sus novelas más famosas sentaron la base
de tres clásicos de la época: Double indemnity (1944),
de Billy Wilder; Mildred Pierce (1945), de Mi-chael Curtiz, y The
postman always rings twice (1946), de Tay Garnett.
Al igual que en la obra de Cain, El hombre que nunca
estuvo ocurre en los cuarenta: "La película está fuertemente
influida por la obra de Cain; es el mismo tipo de historia", declara Joel
Coen, y agrega su hermano: "Con la excepción de que aquí
hay un tipo que no es precisamente un héroe. Pero cuando se piensa
en ello, las historias de Cain casi siempre tienen como protagonistas a
estos antihéroes: perdedores, personajes que llevan una existencia
monótona y banal. A Cain le interesaban las vidas de gente de trabajo,
de vendedores de seguros, de empleados de bancos, de constructores de puentes.
Esa fue la clave que nosotros tomamos".
Sin embargo, la inspiración para El hombre que
nunca estuvo no proviene de una obra en particular de Cain, sino de
una película que los hermanos Coen filmaron hace algunos años
en Carolina del Norte, The hudsucker proxy (1994). Así lo
recuerda Joel: "Filmamos una escena en una peluquería, y en la pared
había un póster donde se veían diferentes estilos
de cortes de cabello de los años cuarenta. Era un decorado fijo
del set y nosotros siempre lo mirábamos; empezamos a pensar en una
persona que realizara esos cortes de cabello, y así la historia
comenzó a cobrar forma. Realmente surgió a partir de ese
póster.
"Escribimos sobre el personaje de Ed Crane, que trabaja
en la peluquería de su cuñado, quien no está conforme
con su vida pero no sabe cómo cambiarla. De lo que está seguro
es de que no desea pasar el resto de sus días cortando el cabello.
Cuando un cliente le hace saber que hay una forma de enriquecerse invirtiendo
en la limpieza en seco, se siente intrigado. Y a partir del momento en
que se entera de que su esposa tiene un affaire con su jefe -casado-,
el dueño de una tienda, se desencadena una serie de eventos con
trágicas consecuencias para todos los involucrados."
A pesar de que en la historia se perpetra un crimen, continúa
Joel: "Nos interesaba mostrar lo que el personaje realiza como peluquero".
Agrega Ethan. "Deseábamos examinar con exactitud cómo era
estar día tras día cortando el cabello una y otra vez, y
ese fue el telón de fondo de la historia del crimen. La mayoría
de las historias de crímenes tienen lugar en submundos. Son historias
de gente pequeña, mezquina, que realiza acciones repugnantes y donde
nadie termina feliz. En parte, el filme se trata de eso, y en parte no.
El hombre que nunca estuvo se trata de gente común, americanos
medios que se ven embarcados en una espiral incontrolable. El crimen es
una especie de circunstancia involuntaria y el héroe tropieza con
ello."