Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 18 de mayo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Espectáculos
El Ulises de la canción se presentará este domingo en la sala Nezahualcóyotl

La edad me ha alejado de la pasión de la protesta: Georges Moustaki

Lamenta el poder exagerado de EU y asegura que sobre Medio Oriente ''sí soy un revolucionario''

''Para mí México fue uno de mis sueños de niño y ahora es un sitio muy acogedor''

PABLO ESPINOSA

El Ulises de la canción confirma otra vez su apodo, aunque a diferencia del personaje homérico no fue un barco sino un avión -los tiempos cambian- el instrumento que lo trajo a un nuevo viaje. Georges Moustaki llegó anoche a México, procedente de París, por una razón simple y suficiente: porque es tiempo de vivir, como dice claramente su visa de a deveras, y no hablamos del documento aduanal común y corriente sino de la seña que trae estampada -visa y divisa- en la frente y que solamente los que lo entienden, es decir cronopios, poetas, mujeres y seres sensibles, pueden leer: es tiempo de vivir.

Además, y tomando en cuenta que, como dijo André Malraux, el arte es darle a la gente lo que tiene pero que ignora que lo tiene, Moustaki lo dice, lo traduce, lo grita y lo canta por los labios desde el corazón: es tiempo de vivir.

Nacido Giuseppe Mustacchi en Egipto, de padres griegos, hace 68 años, Georges Moustaki no sólo es conocido como la versión musical de Ulises (el de Homero, claro, aunque a Joyce también le encantaría cantar a dúo con Moustaki), sino que también le dicen Le Meteque, sobrenombre autobiográfico que eligió como su destino cuando compuso esa canción, Le Meteque (El fuereño), antes de cumplir un cuarto de siglo de edad y veinte canciones antes de escribir Milord, otra de las composiciones que lo inmortalizaron y que concibió ex profeso para su amante, Edith Piaf.

Moustaki llegó anoche, entonces, a la ciudad más grande del planeta y trajo su visa de lujo e incluso así tituló el recital que ofrecerá este domingo 19, a las 19 horas, en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl: "Es tiempo de vivir", acompañado de músicos franceses, brasileños y, como sucede en sus ya tradicionales visitas a esa sala, un coro mexicano en las butacas coreando sus canciones. (Las localidades están agotadas desde ayer).

En México hay sensibilidad dulce y animada

Antes de abordar el avión, concedió una entrevista a La Jornada desde su casa, en el mismísimo corazón de la Ciudad Luz, muy cerca de Notre Dame:

-El público acostumbra que sus ídolos de muchos años canten en sus conciertos las de siempre. Aun así, Moustaki, ¿hay algo nuevo, canciones recientes?

-Es lo de siempre, es cierto: el amor, los viajes, los amigos, la naturaleza, la vida. Esas siempre han sido las constantes de las buenas canciones. No hace falta más. Pero eso no significa que uno repita, siempre hace uno canciones nuevas, cada canción es nueva. Llevo a México, como siempre otra vez, canciones nuevas.

-Tus discos recientes son en su mayoría recopilaciones y un inédito, ¿ya hay título para éste?

-El más reciente como tal, es decir con canciones nuevas para un disco, data de seis años, Tout reste a dire (Todo queda por decir) y hace dos grabé uno en público. El inédito mezcla cosas conocidas con canciones nuevas, pero no tiene título, de hecho durante muchos años no tuve costumbre de ponerles nombre. Eso es también reciente, poner títulos.

-Tus visitas a México son más que algo familiar, ¿tienes un título para eso?

-México fue para mí uno de mis sueños de niño y después un sitio muy acogedor, desde la primera vez que vine a cantar, en 1975, y desde mi primer regreso, en 1978, y es cierto, cada vez es una cosa familiar y al mismo tiempo una cosa que descubro. Me gusta, por ejemplo, que siempre hay en México una sensibilidad al mismo tiempo dulce y animada.

Soy un poco más filósofo

-Mientras, en tu país de adopción están ocurriendo cosas importantes ¿cuál es tu posición?

-Cada vez que hay elecciones es un incendio, ocurren peleas y esta vez el peligro era la extrema derecha pero yo en ningún momento tuve miedo porque era claro que se trataba, desde un principio, del recurso del espantapájaros: ponen a Le Pen para espantar a la gente.

-En otros puntos del planeta siguen avanzando juntas derecha y ultraderecha, ¿qué efectos tiene eso en quienes cantaron en los 70 a la utopía, en los jóvenes que hoy necesitan algo en qué creer?

-Lamento mucho el poder exagerado de Estados Unidos y de los que están con ellos. Hoy en día no estar con Estados Unidos parece una cosa imposible y eso me molesta mucho, en particular lo que sucede en Medio Oriente y lo que pasa en otros países. Es una vergüenza. El poder sin límite es muy peligroso. Cierto, como dices, hubo en el pasado una utopía pero al parecer la gente no despertaba porque Le Pen por ejemplo tiene 74 años de edad y muchos años diciendo lo mismo pero, claro, por razones electorales lo sacaron para que hiciera el papel de espantapájaros. Quizá sea la edad lo que me haga sentir un tanto alejado de la pasión de la protesta. Soy un poco más filósofo. Puede ser, no sé, pero en lo que concierne al Medio Oriente, que es mi tierra de origen, no tengo duda, ahí sí soy un revolucionario.

-Sigo pensando en quienes cantan tus canciones como una señal de esperanza. ¿Es de ida y vuelta?

-Sí, precisamente hoy me acaba de llegar otra carta. La chica tiene 19 años y me dice: "tú tienes 68 y además me siento muy cerca de tí y lo que dices me ayuda a pensar cosas distintas de los profesores de izquierda. Es una manera de respirar otro aire". Eso es lo que pueden llevar mis canciones.

-¿Sientes esa responsabilidad sobre tus hombros?

-No es una responsabilidad porque yo no tengo afirmaciones, tengo ideas que acompañan los acontecimientos. No conozco el impacto exacto de mis canciones sobre los jóvenes. Lo que sé de cierto es que tengo un afecto, un cariño, una complicidad más que una cosa magisterial. No siento, entonces, una responsabilidad, siento una complicidad.

-Este 3 de mayo festejaste tu cumpleaños 68 ¿tienes una visión distinta de la vida, un paisaje más completo y eso produciría canciones tuyas diferentes, y qué tan diferentes a las del joven Moustaki?

-Son diferentes. Tal vez esa sea la razón por la cual decidí escribir libros, porque en un libro hay más espacio para decir cosas que en una canción. Tengo recuerdos y cosas por decir y al lado de mis canciones quería hacer en un libro un discurso más largo. Por lo pronto, es tiempo de vivir.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año