El escándalo rompe el acuerdo de facto entre la Casa Blanca, los demócratas y los medios
Admite Bush que fue informado por la CIA de posibles ataques de Al Qaeda
La crisis no es por lo que ocurrió, sino porque se encubrió lo que se sabía, dicen en Washington
El 11 de septiembre pudo haberse evitado, afirman diarios y familiares de víctimas de atentados
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 17 de mayo. Como todo escándalo o crisis política en Washington, el problema no es lo que ocurrió sino la forma como el gobierno intenta encubrirlo.
Pocos aquí creen que la administración de George W. Bush ha-ya contado con suficiente información de inteligencia como para evitar los atentados del 11 de septiembre, pero ahora el problema es que nadie puede asegurarlo.
Después de ocho meses de ne-gar que hubiera tenido indicios o informes de un posible atentado "terrorista" contra Estados Unidos con aviones usados como misiles, esta semana se divulgó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) le informó al propio presidente, en agosto de 2001, precisamente de esto.
En una reunión privada realizada el 6 de agosto en su rancho en Texas, la CIA le informó a Bush de un posible complot del líder fundamentalista islámico Osama Bin Laden para secuestrar aviones estadunidenses.
El director de la agencia, George Tenet, fue calificado como "ca-si frenético" por la preocupación que tenía, desde el 22 de junio, por un ataque por la red Al Qaeda contra Estados Unidos.
El 5 de julio, las fuerzas militares estadunidenses fueron puestas en estado elevado de alerta y, ese mismo mes, las vacaciones de las tropas fueron canceladas ante el temor de un ataque.
Pocos días después, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en Phoenix, Arizona, alertó de la posibilidad de que agentes de Bin Laden estuvieran recibiendo capacitación en escuelas de vuelo en Estados Unidos.
Inteligencia "imprecisa"
A lo largo de los recientes meses al presidente y a su vicepresidente -Dick Cheney- se les preguntó reiteradamente si tenían conocimiento previo de este tipo de ataques y si contaban con cualquier información sobre supuestos operativos de Al Qaeda en Estados Unidos, las escuelas de aviación, o intentos de usar aviones comerciales en un ataque.
Ambos funcionarios respondieron que la Casa Blanca sólo contaba con inteligencia muy general e imprecisa.
De hecho, poco después del 11 de septiembre el propio vicepresidente solicitó al Congreso no realizar investigaciones sobre la falta de inteligencia y los fracasos de la comunidad de inteligencia, ya que el país se encontraba "en guerra" y no era momento para generar controversias.
Pero cuando este miércoles CBS News reveló que Bush sí había sido alertado por la CIA de un posible atentado un mes antes de los ataques, estalló un escándalo.
Desde entonces la Casa Blanca sólo ha tratado de controlar esta crisis política y, poco a poco, se ha visto obligada a confirmar y presentar mayores detalles sobre lo que sabía antes de los ataques, en Nueva York y Washington, del 11 de septiembre.
Hoy el propio presidente debió responder personalmente ante este escándalo. "Si yo hubiese sabido que el enemigo intentaría usar aviones para matar esa mañana, hubiera hecho todo (lo que estuviera) en mi poder para proteger al pueblo estadunidense", declaró Bush esta mañana.
Pero la falta de credibilidad fue expresada, tal vez mejor, por la cabeza de portada del periódico conservador The New York Post: "Bush sabía".
Con estas revelaciones se ha desenredado por primera vez desde el 11 de septiembre un aparente pacto de facto entre la Casa Blanca, la oposición demócrata y los medios de comunicación para presentar un frente unido ante la "guerra contra el terrorismo".
De inmediato, los dirigentes de-mócratas han demandado investigaciones sobre lo que se sabía y cuándo se sabía.
"Lo que tenemos que hacer ahora es enterarnos qué sabía el presidente, la Casa Blanca, sobre los hechos que llevaron al 11 de septiembre", declaró el jueves pasado Dick Gephardt, líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes.
Tal vez más alarmante políticamente para la Casa Blanca resultó que el republicano de más alto rango del Comité de Inteligencia del Senado, Richard Shelby, haya declarado que "había mucha in-formación. Yo creo, y otros creen, que si se hubiera actuado apropiadamente en torno a ella podríamos haber tenido una situación diferente a la del 11 de septiembre".
Mientras tanto, los medios estadunidenses han rescatado su voz crítica y han intensificado sus preguntas a funcionarios del gobierno de Bush, expresando claramente que sienten que se les engañó durante meses.
La Casa Blanca se está defendiendo al señalar que todo este escándalo no es nada más que un intento de los demócratas y otros críticos del gobierno de usar el asunto como arma política en este año electoral.
El vicepresidente Cheney emitió una advertencia a "mis amigos demócratas" de no buscar ventaja política con esto. "Tal comentario es enteramente irresponsable y to-talmente carente de valor de líderes nacionales en momentos de guerra", afirmó.
Pero tal vez lo peor de esta pesadilla política para la Casa Blanca es la reacción de las víctimas de los ataques del 11 de septiembre, en cuyo nombre ha actuado el go-bierno de Bush al lanzar la "guerra contra el terrorismo".
Estupor ante la desidia
La noche del jueves la hija de una mujer muerta en las Torres Gemelas, en Nueva York, fue entrevistada por CNN sobre las nuevas revelaciones.
Ella contestó, como otras personas que también perdieron a sus seres queridos en esos atentados, que no sólo sentía ira, sino que deseaba saber exactamente lo que se sabía en la Casa Blanca, cuándo y qué se hizo con la información de la CIA.
Señaló que la posibilidad de que se contaba con suficiente información como para poder haber evitado aunque fuera una parte de los atentados, le provocaba pensar de que su madre podría estar viva.
Aunque el 16 de septiembre Cheney insistió que la Casa Blanca no tenía conocimiento de "una amenaza específica" y el propio presidente dijo el año pasado que "Estados Unidos jamás había soñado que antes del 11 de septiembre alguien se atrevería a atacarnos" de esta manera, sí existan amenazas específicas.
En septiembre de 1999 un informe federal advirtió que aeropiratas "suicidas pertenecientes al Ba-tallón Martirio de Al Qaeda po-drían estrellar un avión lleno de explosivos contra el Pentágono", reveló Ap este viernes.
También hoy, la Casa Blanca reconoció que las preocupaciones por las actividades de la red Al Qaeda eran lo suficientemente graves, tanto que ya el 10 de septiembre el presidente tenía sobre su escritorio un plan de ataque militar contra Bin Laden.
Pero toda esta información no hubiera provocado la crisis política que se intensifica alrededor de la Casa Blanca hoy día.
Bush y su equipo podrían haber evitado lo que amenaza convertirse en su peor pesadilla política, si sólo hubieran decidido no mantener todo esto en secreto durante tanto tiempo.