martes 14 de mayo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Marcos a la medida

Del diccionario de mexicaísmos

(para uso en Tepito, plaza Garibaldi, y en las escuelas secundarias y prepas de la República)

n Marcos Winocur

Orita". Diminutivo de "ahora".
1. Significado uno: paso inmediato a la acción, que suele subrayarse con las expresiones "orita mismo" u "orita mesmo".
2. Significado dos: no se sabe cuándo. En lugar de situarse en la inmediatez del presente, se remite al futuro y con carácter incierto. Tanto puede significarse un plazo de unos minutos, un ratito, un rato, más tarde, mañana, la semana que viene, un mes, un año, una década, un siglo, un milenio, como... nunca.
3. Disertación académica. Esta plasticidad del vocablo "orita" lo hace único entre los idiomas del mundo e incógnita para la semiótica y semántica. Juntas, no han logrado descifrarlo. Pero no es todo. "Orita" guarda una profunda trascendencia filosófica: es, ni más ni menos, el tragaldabas del tiempo, allí donde, por inciertos e impredecibles, caducan todos los plazos, tanto da unos minutos como un milenio, o nunca. Esto último no es poco mérito. El "nunca" niega, destruye todos los plazos habidos y por haber. Por más prolongados que sean, "nunca" es siempre más.
4. ¡Victoria sobre Míster Tiempo! Ese señor ya no volverá a asustarnos. Como un "vade retro, Satanás", le espetamos a su cara: ¡orita! Y Mister Tiempo, desconcertado, retrocede, debe sentarse a esperar rogando que no le toque el "nunca"...
5. Y todavía nos queda un arma secreta: el "orita vemos". A más de la incertidumbre en los plazos, trae consigo un refuerzo, a saber: una condición para la existencia del "orita": el "vemos". Es decir, si el plazo no fuera el fatídico "nunca" y por fin se cumpliera, todavía queda un paso más: examinar el fondo de la cuestión de que se trate y resolverla, no basta el simple transcurso del plazo... "ya veremos" si tienes razón, no creas que ésta resulta automática al cumplimiento del plazo, no, chiquito, no. Se pensará que lo incierto es suficiente y no hace falta recargar con el "vemos" del "orita vemos". Fíjese que no. Puede que usted se encuentre en situación incómoda, por ejemplo con un revólver en la sien, y por razones prácticas prefiera fijar un plazo con certidumbre, siempre le quedará el "vemos" para cubrirse las espaldas. Y la próxima vez, para tratar la pertinencia de la cuestión cuyo plazo se ha cumplido, no olvide en el closet su tartamuda, que siempre le dará nuevos y nuevos argumentos.
6. Comprendo que el visitante extranjero se sienta un poco desorientado. Gente de letras como Bretón y Artaud salieron maravillados diciendo que México es "un país surrealista", ellos, que estaban en esa onda. Precisamente, el tratamiento "tragaldábico" del tiempo surge en Dalí, pintor surrealista. Me refiero desde luego a los relojes derretidos, motivo recurrente en sus cuadros. Y bien, el visitante extranjero, si recibe por respuesta un "orita" o un "orita vemos" debe dar al interlocutor una cucharada de su propio chocolate, exclamando: "¡No: orita, no! ¡Orita mesmo!" acompañando de un gesto afirmativo de su índice.
7. Expresiones de la familia del "orita", también de uso frecuente, donde se aplica idéntico principio de postergación: ya mero, no me tardo, mañana te pago, la última y nos vamos, luegoluego, y una que es joya de barroquismo: "es casi seguro que ya merito".
Y me voy, a ver si nos tomamos un café. ¿Cuándo? Orita vemos.