ENTREVISTA
Enrique Semo
Para el GDF, cultura y educación son prioridad,
''aun en tiempos de crisis''
Sólo en el Teatro de la Ciudad y en el Departamento
Jurídico se registrará aumento de personal, señala
el funcionario
PABLO ESPINOSA
Habrá un aumento de personal y estructura en el
Teatro de la Ciudad, como una excepción junto con la ampliación
del área jurídica, anuncia el flamante secretario de Cultura
del gobierno de la ciudad de México, Enrique Semo, y plantea que
uno de los graves problemas culturales que padece la urbe más grande
de planeta es el de la equidad y la confusión entre lo cultural
propiamente dicho y el mero entretenimiento ligado al lucro.
En su primera entrevista oficial como secretario de Cultura,
el doctor Semo delinea, define, responde y aclara los temas torales de
la agenda cultural:
-Al entrar en funciones, este 2 de mayo, en la nueva instancia
de gobierno persistía una preocupación doble: la de un presupuesto
insuficiente y la del riesgo de burocratización. ¿Cuál
es el panorama real?
-El
presupuesto está apretado indudablemente, pero no hay una carencia
catastrófica. En general son tiempos de austeridad para el gobierno
de la ciudad de México; la colaboración federal no será
de la misma magnitud de la esperada, pero yo creo que utilizando este presupuesto
muy eficientemente y aumentando los recursos autogenerados podemos salir
adelante este año. El primer preocupado por el peso de la burocracia
es el jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador y en todos
los proyectos prioritarios de este gobierno hay un gran énfasis
en no permitir el crecimiento de una burocracia innecesaria. El segundo
preocupado soy yo, porque ya de por sí heredamos una estructura
del instituto en la cual el peso del personal es demasiado fuerte para
las cantidades que tenemos para operación. Pero te puedo decir una
cosa importante: el único aumento importante que yo preveo de personal
y estructura será la estructura necesaria para el Teatro de la Ciudad
y será básicamente técnica. El resto del aparato,
con la excepción del crecimiento también que estamos proponiendo
de la dirección jurídica, no hay aumento de personal de estructura.
El principio que nos guía es que nosotros funcionamos en un ámbito,
el de la cultura, en donde hay una gran cantidad de gente de alto nivel
que no necesitamos formar, que está formada en su profesión
y que podemos contratar por proyecto y en muchas ocasiones es la mejor
gente. Contratar, entonces, por seis meses, un año, y terminar las
relaciones laborales. En este sentido creo que la gente puede estar tranquila:
no se trata de crear un coloso burocrático.
-¿A cuánto asciende el presupuesto de la
Secretaría de Cultura?
-Nuestro presupuesto del gobierno es de 286 millones de
pesos y ahora lo que hay que preguntar es cuánto son los autogenerados.
Los previstos en función de años pasados son solamente de
seis millones, lo que elevaría a 292 millones pero tienen que crecer
y pueden crecer considerablemente, con patrocinios, fundaciones e ingreso
por boletaje.
-¿Cuál es la política cultural del
gobierno de la ciudad de México?
-En primer lugar ¿por qué crear una secretaría
de cultura en época de crisis económica? Hay quien lo niega,
pero hace dos años que estamos en una seria crisis económica:
crecimiento cero y aunque los índices macroeconómicos estén
bien, la verdad es que la población está mal. Crear una secretaría
de cultura en una época de crisis económica quiere decir
que la política de este gobierno considera que la educación,
la cultura, son actividades que deben mantenerse al mismo nivel e incluso
ampliarse en épocas de crisis económicas y que hay que buscar
la manera de sacrificar otras cosas, pero no sacrificar la cultura. Segundo,
consideramos que el principal problema de la cultura en el Distrito Federal
es la equidad, porque la oferta cultural que existe en esta ciudad es maravillosa,
pero el 85 por ciento de la población tiene acceso solamente a lo
que podríamos llamar el entretenimiento, no a la cultura propiamente
dicha. La cultura es aquello que perdura, son aquellas cosas de valor cuya
calidad las hace perdurables. Lo que la gente ve es un entretenimiento
comercial donde precisamente la no durabilidad es el gran elemento del
negocio. Nuestra tarea fundamental es permitir el acceso del mayor número
de gente a la cultura. Que la cultura sea accesible a la gente y esto debe
expresarse en los precios, en la política de proyectos directamente
dirigidos a los sectores más desprotegidos de la ciudad. Por lo
pronto puedo mencionar los libroclubs y ahora los círculos culturales
que se están creando a petición de la gente de los libroclubs,
que son 750 hasta el momento.
Otro proyecto: Artes por todas partes. Y un tercero: Arte
al aire libre, en el que hemos ganado el zócalo para la cultura.
Son programas donde llevamos lo mejor, lo experimental, lo de vanguardia,
a los grandes públicos. Estamos comprometidos en una transición
de una cultura autoritaria que es la que privó en México
durante 70 años y no son solamente instituciones políticas,
es cultura y se expresa en el trato a la mujer, en la vida en la familia,
en el trato a las minorías, en las elecciones. Nosotros sí
estamos comprometidos a aportar a la transición de una cultura autoritaria
a una cultura de tipo democrático. Yo no creo en una muralla china
entre cultura e ideología. Y tampoco creo que sean lo mismo.
-En esta ciudad conviven el gobierno federal y el de la
ciudad, con orientaciones ideológicas encontradas; ¿cuál
es el punto de encuentro?
-No solamente conviven dos gobiernos sino muchas ideologías
y eso es más importante que las diferencias que existen entre los
gobiernos. Por ejemplo hay un sector muy religioso dentro de la ciudad
de México que realiza su contacto con la cultura en buena parte
a través de la religión. Hay sectores de jóvenes roqueros.
Hay en suma una pluralidad absoluta y yo creo que el respeto a la diversidad
se fusiona con el principio de calidad: lo mejor de lo que produce la sociedad.
-¿Qué beneficios tangibles implica este
cambio de instituto a secretaría?
-Cuando nosotros nos vayamos, dentro de cuatro años
y medio, la gente que ocupe nuestro lugar tendrá en el gobierno
un status, una posición. Como instituto, éramos dependientes
de una secretaría. Tuvimos la suerte de que Raquel Sosa, universitaria,
nos prestó todo el apoyo y toda la libertad. Ahora somos parte del
gabinete: la actividad cultural es parte del gabinete, es una ventaja que
es mucho más que simbólica. Segundo, como secretaría
podemos ejercer una serie de funciones que no puede ejercer un instituto
descentralizado. Podemos, por ejemplo, legislar sobre patrimonio cultural,
crear relaciones horizontales entre todas las instituciones culturales
ligadas al gobierno del Distrito Federal. Vamos a reunir ahora en la Secretaría
de Cultura al Archivo de la Ciudad de México, al Consejo de la Crónica,
a la Filarmónica, al Teatro de la Ciudad. Comienza a haber una estructura
cultural que permite planeación general. Estamos creando la institución,
es decir: que esté más allá de la gente. Eso va a
tomar tiempo pero va a llegar un momento en que va a haber relaciones horizontales
entre todos. Tenemos en la ciudad de México problemas culturales
extremadamente serios. No creo que podamos abordarlos exclusivamente como
gobierno del Distrito Federal, por la magnitud de los problemas. La cultura
no debe ser promovida exclusivamente por el gobierno. En primer lugar están
las comunidades y el ejemplo más importante son las comunidades
rurales. En Xochimilco hay más de cien fiestas anuales, que son
fiestas costosas y exigen largos periodos de preparación y se expresan
en resultados artísticos sumamente sofisticados. Esas fiestas comunales
son totalmente financiadas por la comunidad. Segundo, está la empresa
privada y no me refiero a la parte de lucro que está relacionada
con el entretenimiento. Me refiero a que dan fondos para propósitos
no lucrativos, para ser utilizados en la cultura. Están los órganos
federales, que son de gran importancia. Yo digo: por qué no empezamos
a debatir entre todos los actores que promovemos y apoyamos la cultura,
para llegar a algunas prioridades y así muchas cosas pasarían,
de ser experimentales, a ser positivas. Pongo como ejemplo El Faro de Oriente
como un proyecto probado y que sería eficiente en todas las zonas
desprotegidas de la ciudad de México. Si se lograra un consenso
entre todos los actores, sería un proyecto viable en conjunto. Juntar
esfuerzos.
-¿Cuáles son los grandes pendientes de la
Secretaría de Cultura?
-Me preocupa que la gente crea que la transformación
del instituto en secretaría es un acto de prestidigitación.
Es un proceso de institucionalización y los resultados se van a
sentir, pero gradualmente.