Espera que el Congreso reforme la semana entrante leyes de quiebra y subversión económica

Pide Duhalde tregua a sindicatos ante amenaza de paro

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 11 de mayo. El presidente Argentino, Eduardo Duhalde, manifestó su esperanza de que la próxima semana el Congreso modifique las leyes de quiebras y la de subversión económica, requisitos que pone el Fondo Monetario Internacional (FMI), para brindar su apoyo económico, y asimismo pidió una "tregua" a las distintas agrupaciones sindicales, frente al primer paro general que enfrentará su gobierno, el 14 de mayo.

La popular táctica del escrache (denuncia pública) sorprendió hoy al embajador de Estados Unidos, James Walsh, cuando la protesta surgió ante la puerta de su residencia. La causa: las presiones de Wa-shington y del FMI sobre el gobierno y el Congreso para que se vote la ley de quiebras que terminará de aplastar a muchas empresas argentinas y, por lo tanto, dejará en el desempleo a otros miles de habitantes cuando la desocupación alcance 25 o 28 por ciento.

"Tomamos esta medida porque el embajador suele decir las cosas con mucha claridad, mostrando quién manda en Argentina, y ponen tantas vallas alrededor del Congreso para impedir al pueblo que se exprese", dijo Diego R.

Esto expresa el espíritu general que se advierte en estos días y la indignación de la población, mayoritariamente contra que el Congreso "legisle para otros".

En este contexto, en las recientes horas cientos de personas se expresaron mediante las emisoras de radio en respaldo a la diputada Alicia Castro, del Frente para el Cambio -escisión del Frente para un País Solidario (Frepaso)-, quien el viernes, durante el debate sobre la aprobación de la polémica ley de quiebra, y la derogación de la de subversión económica, exigidas por el FMI, sacó una bandera de Estados Unidos y se la dejó en la mesa al presidente de la cámara.

La idea era que si el Congreso iba "a continuar sesionando para el FMI, mejor arriaran la bandera argentina y pusieran la estadunidense", dijo Castro a La Jornada, al explicar que ha estado analizando con economistas y analistas las consecuencias que va a tener la aceptación de las imposiciones del FMI.

El hecho dejó salir a luz las fuertes contradicciones políticas en los grandes partidos que aún cogobiernan: el Justicialista y la Unión Cívica Radical (UCR).

La ola de protestas contra el pacto bipartidista que permite votar leyes consideradas lesivas para el país y exigidas por el FMI, está tocando sus límites, tanto como la demanda de una política de emergencia para contener la tragedia del desempleo cuando el Instituto de Estadística y Censos dio a conocer que existen ya 18 millones de argentinos bajo la línea de pobreza.

La devaluación, así como la inflación con la subida incesante de precios, salarios congelados y el desempleo creciente, están agravando la situación en varias provincias, al borde de un estallido.

A este descontento popular masivo -a lo que se une la desesperada acción de los pequeños ahorristas atrapados desde el 3 de diciembre pasado por la confiscación de depósitos y sueldos en los bancos- se suma ahora la indignación por el "pacto bipartidista" que permite sancionar leyes rechazadas por más de 85 por ciento de la población.

El gobierno, de su lado, sospecha -y con razones- sobre una conspiración o boicot de los bancos para impedir que el nuevo ministro de Economía, Roberto Lavagna, lleve adelante su plan de levantar el corralito de los ahorros en un corto plazo.

"La banca extranjera amenazó con abandonar el país si avanza sin cambios el plan de Lavagna. No quieren comprometer las garantías en bonos que se entregarán a plazos fijos. Exigen préstamos baratos del Banco Central y alargar el periodo para eliminar totalmente las restricciones de los retiros", señaló el analista Claudio Zoltnik.

Pero también se piensa en conspiración ante los rumores que se propagan desde algunas sedes bancarias poderosas, sobre posibles cierres de sucursales, fugas a Uruguay y feriados bancarios -que no habían existido en ningún momento en los planes de Economía-, lo que arroja otra vez a la gente a los cajeros y tiende a la subida del dólar, cuando éste ya estaba logrando un piso.

Pero Lavagna aseguró anoche que el mercado financiero argentino funcionará normalmente la próxima semana y no habrá feriado bancario ni cambiario, tras asegurar que tampoco se ha registrado salida de depósitos, sino por el contrario, hay un aumento de éstos.

El jefe de gabinete, Alfredo Atanasof, reiteró este el día el desmentido de que se piense instituir un nuevo feriado bancario, lo que calificó de "insensatez".

Por lo pronto, el Congreso dejó para esta semana el debate de la derogación de la ley de subversión económica como exigen el FMI y Washington, en un intento por lograr impunidad para los graves delitos económicos de banqueros y funcionarios complicados.

Duhalde externó este sábado su esperanza de que la próxima semana el congreso modifique la ley de quiebras y la de subversión económica, e insistió en lograr un acuerdo con el FMI como la "mejor solución frente a la difícil y dramática situación".

Durante su programa semanal de radio, Duhalde también pidió una tregua a las agrupaciones sindicales, al señalar que el país requiere de un clima de serenidad, de confianza y de tranquilidad, que no se logra cuando la convulsión de los paros, las movilizaciones y los piquetes generan incertidumbre".

Así, en las provincias regresan las grandes movilizaciones amenazantes y el próximo martes se habrá roto la tregua concedida a Duhalde, cuando el sector disidente de la CGT lance su propio paro.