Desde La Habana, el compositor lanzará
hoy su nuevo material discográfico, Expedición
Los jóvenes ya no distinguen entre la verdad
y la mentira: Silvio Rodríguez
Cuba ya no es ni isla ni archipiélago ni nada,
"ahora somos un eje del mal", ironiza
"Hemos escogido Guadalajara para anunciar la primicia
mundial de un proyecto mayor", expresó
PABLO ESPINOSA
A través del hilo telefónico, desde La Habana,
una conversación -que también fue grabada, por supuesto-
con Silvio Rodríguez:
-La canción El baile, incluida en tu nuevo
disco, Expedición, fue inspirada en la ex Yugoslavia bajo
bombardeo y has dicho que la inspiración te podría volver
por "cualquier país al que pretendan salvar a fuerza de metralla,
mientras un coro de vergüenzas aplaude", esa amenaza de "salvamento"
en aras de una supuesta libertad pende ahora sobre Colombia, Brasil, Chile...
-...sobre Cuba, esa amenaza pende también sobre
Cuba -completa Silvio-, y nos acaban de incluir en el elenco del mal, o
en el "eje del mal", como le llamen. O sea -expresa irónico-, ya
no somos ni isla ni archipiélago ni nada, ahora somos un "eje del
mal" ¡qué inserción más trasnochada y tan poco
afortunada!
-¿Hay en contrapartida un eje de solidaridad entre
pueblos, a pesar de los arreglos o sumisiones cupulares?
-Hay demasiados vínculos. Y en el caso de Cuba
y México son ejemplares. Ha sucedido demasiado entre nosotros. Hay
demasiada historia en conjunto, complicidad de pueblo a pueblo, como para
que algún evento menor venga a enturbiar eso. Hemos tenido siempre
un eje de hermandad.
En La Habana, Silvio Rodríguez se prepara para
hacer, hoy, el lanzamiento mundial a la prensa de su nueva grabación,
Expedición. La víspera, concede esta entrevista a
La Jornada:
-Regresas con todo: ya no sólo escribes el texto,
sino también la partitura para orquesta sinfónica en este
disco de retorno, ¿cuál es la carta de navegación,
el plan de vuelo para esta Expedición?
-Tiene
orígenes antiguos. Desde que empecé a componer, sentí
más cosas que solamente la guitarra y la voz, para la música
que imaginaba. Luego, cuando estuve en el Grupo de Experimentación
Sonora, tuve la oportunidad de tomar algunas clases de música con
grandes maestros como Leo Brouwer, Federico Smith, Juan Elósegui,
y eso me preparó para cuando menos plasmar lo básico de mis
ideas musicales. De hecho, en mi primer disco, Días de sol,
que en México salió con el título de Playa Girón,
hay una canción, En el claro de la luna, donde escribí
también la partitura, incluso antes que el texto, porque sentía
que el disco necesitaba una canción más poética desde
lo musical. Ahí prefiguré lo que acabo de hacer ahora con
Expedición, donde a excepción de cuatro temas antiguos,
todo está escrito como una composición integral, no como
una canción para guitarra y voz.
-Tu música denota, entre otras virtudes, abierta
sinceridad, ¿crees que en el mundo pareciera estar ganando la mentira?
-Las mentiras parecen cada vez más verdad, y las
verdades cada vez más mentiras. Es un troque de valores. Por eso
también esa gran confusión en grandes sectores de las juventudes
que no creen en nada porque no pueden ya distinguir lo que hay de verdad
y lo que hay de mentira detrás de cada cosa, porque todo está
tan confundido. Y gran parte de la crisis de valores que padece el mundo
obedece a eso, a que se ha hecho un empleo siniestro del poder que dan
los medios masivos de información y se ha perdido esa responsabilidad
educativa tan grande que tiene el ser humano, esa cosa que empezó
en la Grecia antigua, de tú a tú con un maestro y dos a tres
discípulos, y que ahora se transforma en un cerebro, en un cónclave
y un aparato difusor monstruoso que al segundo está la Tierra llena
de determinadas ideas. Todo eso se ha ido transformando en una abominación.
Y eso antes se llamaba información, educación, respeto al
semejante.
-¿Qué momento artístico de tu trabajo
marca este retorno con Expedición?
-Es un momento en el que no me soporto ni a mí
mismo, es decir que sencillamente me quiero poner un petardo para no sentarme
en ninguna silla y seguir andando. O hago eso o cierro el libro de la música
y me viro para otra cosa. Esta nueva manera de enfocar mi trabajo no es
más que un esfuerzo por continuar, por ponérmela difícil,
por subirme, la parada, por ser capaz de ver que soy capaz de dar un paso
más allá. Pienso que si esa hambre se me quita, mejor hasta
luego.
-¿Cuáles son, entonces, los proyectos?
-Tengo otra idea que ya está casi realizada, y
que es muy hermosa y sería también sinfónica, y una
idea más inmediata todavía es hacer algo así como
canciones urgentes, volver a eso pero con la perspectiva de hoy, porque
cada día abro el periódico y me dan ganas de hacer 10 canciones
nuevas, ¿te das cuenta?
-¿Giras?
-Me he ido apartando de las giras, una porque ese trabajo
me llevó mucho tiempo y otra porque realmente necesito profundizar,
estudiar. El haber estado tanto tiempo dedicado y entregado a la escena
me sacó de la profundización en una serie de materias que
para mí son fundamentales, entre ellas la música. Pero no
quiere decir que no haga giras nunca más. Por ejemplo en diciembre,
en la Feria del Libro de Guadalajara, voy a ir como parte de la delegación
cubana, y voy a tener una participación modesta pero significativa.
Queremos hacer en Guadalajara una primicia mundial a manera de anuncio
de un proyecto todavía mayor, y para eso hemos escogido el ámbito
de esa feria, que es tan importante y ese país, México, que
para mí es entrañable, y conste que no son palabras huecas.
Cuando te digo entrañable te digo que lo siento realmente correr
dentro de mí, y el mensaje para México es que más
temprano que tarde nos volveremos a ver y que ha sido un placer escuchar
por el teléfono a un representante de México, porque el periódico
La Jornada me parece que representa bien el espíritu de México.