Otro ataque, pesadilla de estadunidenses
Casi la mitad de la población se siente insegura y 90% desea más vigilancia
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 10 de mayo. Los militares ya no vigilan el Capitolio y la aviación comercial ha vuelto a la normalidad en esta capital, pero las patrullas continúan interceptando cualquier camión que se acerque demasiado a los edificios federales y algunos ciudadanos prefieren ya no usar el metro por temor a un ataque.
Casi la mitad de la población estadunidense se siente insegura, según un reciente sondeo de la Universidad de Michigan. La mayoría cree que es probable que ocurra otro ataque "terrorista" en el "futuro próximo".
Los que se mantienen al tanto de las noticias o leen periódicos son quienes se sienten más inseguros, y las alertas sobre posibles ataques, que se emiten continuamente, sólo aumentan la sensación de inseguridad, explicaron expertos de la universidad encuestadora.
Ojalá y la gente insegura no lea el nuevo informe de la Brookings Institution, prestigioso centro de investigaciones con sede en Washington. En él se ofrece una especie de guía de los tipos de ataques que podrían realizarse contra este país, sus efectos y posibilidades.
Por ejemplo, los expertos señalan que un ataque biológico "eficiente" (o sea, con ántrax, ébola o viruela) podría causar un millón de muertos de manera rápida. La posibilidad de este tipo de agresión, indica el informe reciente, se considera "sumamente baja".
Más peligroso que un ataque biológico, aunque también con una posibilidad "muy baja", es la detonación de una bomba nuclear. Si esta lejana posibilidad llegara a suceder, de acuerdo con Brookings, el saldo en una de las principales ciudades estadunidenses sería mayor a 100 mil muertos.
"Analíticamente es imposible precisar qué tanto riesgo deberíamos, como sociedad, estar preparados a correr", explica el informe de Brookings. Sin embargo, brinda una guía del tipo de ataques que se deberían impedir. Entre ellos figuran, obviamente, los "biológicos eficientes" y con bombas nucleares.
Pero existe otra clase de agresiones sumamente peligrosas. Por ejemplo, un ataque "exitoso" contra una planta nuclear o química que, también, tiene una "probabilidad muy baja de ocurrir", según el informe, podría ocasionar al menos 10 mil muertos.
Otros atentados considerados de "baja probabilidad" (no de "muy baja") son los biológicos o químicos ineficientes, que podrían tener como objetivo un rascacielos o un estadio deportivo, lo cual provocaría unos mil muertos. Existen también los "convencionales" contra un tren o un avión (250 a 500 muertos), o los suicidas (50 a 100 muertos).
Con este tipo de información precisa no es difícil entender por qué 84 por ciento de la población está pendiente de otro atentado terrorista en un futuro próximo. El efecto de este temor, señalan los investigadores de la Universidad de Michigan, es que todos desean más seguridad aunque sea a costa de menos libertad. Así, 70 por ciento de los encuestados se declaró dispuesto a ceder parte de sus libertades civiles a cambio de mayor seguridad, y 90 por ciento desea más policía y favorece mayor participación de militares en tareas policiacas.
Aunque no hay pruebas de que más policías o militares provean una mayor seguridad, en esta coyuntura la gente quiere cualquier cosa que la haga sentir más protegida. Y con cada alerta gubernamental de un ataque potencial y más información en los medios sobre probabilidad y posibilidades de agresiones, se incrementa el número de personas que desean mayor resguardo, informan los encuestadores de la Universidad de Michigan.
Por lo tanto, se solicita que esta nota no circule en Estados Unidos.