Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 11 de mayo de 2002
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Expresa que Washington intenta sabotear la venta de alimentos estadunidenses a la isla

Cuba no fabrica armas biológicas, como acusa EU, sostiene Castro

Desarrollar un arsenal de ese tipo hubiera sido "una colosal estupidez", afirma el mandatario

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 10 de mayo. El presidente Fidel Castro desmintió hoy extensamente las afirmaciones de Estados Unidos de que Cuba fabrica armas biológicas, y en cambio acusó al gobierno de Washington de sabotear de esa forma la venta de alimentos que empresas estadunidenses realizan a la isla desde finales del año pasado.

"Se trata realmente de una mentira absoluta, de un golpe artero cohab01-181112ntra la venta de alimentos a Cuba", dijo Castro, en réplica a un discurso que pronunció el pasado 6 de mayo, en la ultraconservadora Fundación Heritage, en Washington, el subsecretario de Estado para el Control de Armas, John Bolton.

En lo que parece ser ahora el factor más dinámico contra el bloqueo económico que hace cuatro décadas aplica Estados Unidos contra Cuba, compañías de 27 estados estadunidenses han vendido casi medio millón de toneladas de alimentos y productos agrícolas a la isla en el semestre anterior, en compromisos cumplidos o pactados por unos 90 millones de dólares, pero sobre todo han explorado en la práctica la potencialidad de un mercado ubicado frente a las costas de su país y que puede alcanzar en ese sector los mil millones de dólares anuales.

Castro vinculó las afirmaciones de Bolton con un esfuerzo de la Casa Blanca por sofocar la maduración del lobby de adversarios (legisladores, empresarios, grupos sociales y medios de comunicación) de la política de represalia económica contra la isla: "Se busca igualmente confundir y desalentar al creciente número de ciudadanos norteamericanos a quienes repugna cada vez más la cruel e inhumana medida contra el pueblo cubano".

Biotecnología

En su respuesta, el líder cubano leyó durante hora y media una voluminosa carpeta, en un salón del Palacio de las Convenciones, en el que reunió a funcionarios del gobierno, directivos e investigadores del sector científico y periodistas, pero no aceptó preguntas de la prensa. Sin embargo, ofreció una insólita relación actualizada de la producción y la comercialización de la biotecnología cubana, habitualmente mantenida bajo extrema discreción.

"Pruebas es lo que tenemos que exigirle. Que presenten la más mínima prueba", dijo en alusión a las acusaciones de Bolton, pero de inmediato señaló: "No las tiene ni puede tenerlas (...) porque no existen ni pueden existir".

"He bajado de categoría", agregó en cuanto se sentó al centro de una larga mesa, frente a su auditorio. "Tengo que contestarle a un subsecretario... pero le contestaría al portero del Departamento de Estado si fuera necesario". Sus últimas palabras también fueron un sarcasmo: "Lo sentimos, señor Bolton. Después de las mentiras, calumnias, embustes e insultos formulados en su discurso del 6 mayo, lamentamos responderle que usted carece de moral alguna para exhortar a Cuba y mucho menos de mandar, con un lenguaje y un tono amenazantes a Cuba, absolutamente nada... En todo caso, usted y su gobierno podrían inspirarse en la decencia y el decoro de la conducta cubana. Puedo asegurar que no cobraremos absolutamente nada por esa transferencia de tecnología".

La acusación, ni real ni viable

Castro puso sobre la mesa, esencialmente, un argumento estratégico: "Nunca nadie ha presentado una sola prueba" de que Cuba conciba o desarrolle armas nucleares, químicas o biológicas. Hubiera sido "una colosal estupidez". Un plan semejante arruina la economía de cualquier país pequeño y aún en ese caso Cuba cometería "el error" de escalar el uso de la fuerza "en el combate con un adversario que cuenta con miles de veces más armas de ese carácter, el cual recibiría como un regalo el pretexto de usarlas".

Ubicó el discurso de Bolton en la línea de endurecimiento de la Casa Blanca contra la isla. Citó la afirmación del también subsecretario de Estado, Otto Reich, de que aviones cubanos llegaron a Venezuela mientras transcurría el efímero golpe contra el presidente Hugo Chávez, versión de la cual el Departamento de Estado estadunidense se desistió días después. "Era al parecer el inicio de una campaña contra Cuba o una venganza por el extraordinario fracaso del golpe fascista promovido por él (Reich) o ambas cosas.

"La idea de destruir a Cuba, una obsesión que lleva más de 43 años, ha conducido y conduce todavía la política de Estados Unidos por un camino tortuoso, lleno de mentiras, errores, fracasos y desaciertos", añadió. "Hasta Colin Powell", dijo, llega a incurrir en "manejos penosos y poco enaltecedores".

Esquivando el golpe, pero aprovechando la hendidura, expresó que si la batería de declaraciones implica un posible acuerdo para el control de armas biológicas, Cuba estaría dispuesta a discutirlo con Estados Unidos, como parte de otros temas de interés bilateral, como la migración, el terrorismo y el narcotráfico.

Castro respondió así a los tramos medulares del discurso de Bolton:

-"Es falsa y manipulada la afirmación de que nuestro país haya denunciado reiteradamente la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo. He dicho y lo sostengo que la solución de ese flagelo no se alcanzará mediante la guerra."

-Es "una invención calumniosa, fruto de la mentira y el engaño, afirmar que Castro considera que el terrorismo es una táctica legítimamdf90409 para promover los objetivos revolucionarios". Subrayó que durante la Revolución Cubana nunca hubo objetivos civiles ni inocentes. Pero "ustedes ahora quieren llamar terrorismo a cualquier resistencia armada... serían capaces de calificar de esa forma hasta la lucha de los colonos norteamericanos".

-La versión de Bolton no tiene "siquiera un átomo de verdad". La renuencia estadunidense a revelar fuentes, por considerarlas reservadas, "es un truco demasiado viejo y un argumento demasiado estúpido, que sólo sirve para demostrar la falta de consideración y el bajo concepto que tiene del pueblo norteamericano, cuya inteligencia merece más respeto".

-"Si un científico cubano perteneciente a cualquiera de nuestras instituciones biotecnólogicas hu-biera estado cooperando con cualquier país en el desarrollo de las armas biológicas, o hubiese intentado crearlas por su propia iniciativa, sería sometido de inmediato a los tribunales de justicia como un acto de traición al país."

-La ley cubana antiterrorista prevé de 30 años de cárcel a la pena de muerte a quien fabrique, facilite, venda, transporte, remita, introduzca en el país o tenga en su poder en cualquier forma o lugar agentes químicos o biológicos o cualquier otro elemento que pueda desembocar en alguna forma en arma.

-Bolton nunca citó la supuesta amenaza cubana durante la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Armas Biológicas, del 19 de noviembre de 2001; en cambio, ofreció una lista de países que preocupaban a Estados Unidos.

-"En ningún momento dije (en Teherán, el año pasado) que Irán y Cuba, cooperando mutuamente, pueden poner de rodillas a Estados Unidos. Los que me conocen saben que nunca he usado esa frase."

-En un comunicado conjunto, Cuba e Irán condenaron el "terrorismo en todas sus formas", 127 días antes del 11 de septiembre de 2001.

-"Debo agradecer al señor Bolton los grandes elogios que hace a nuestra industria farmacéutica, una de las más avanzadas de América Latina, y que marcha a la vanguardia en productos farmacéuticos y vacunas que se venden en todo el mundo, según sus palabras textuales. Muchísimas gracias por esta gran publicidad".

-Lo único cierto en el discurso de Bolton es que Cuba está a 90 millas de Estados Unidos.

La biotecnología cubana

En defensa del desempeño de la biotecnología cubana, Castro hizo una sucinta reseña del sector, que incluyó un reporte actualizado y públicamente desconocido hasta ahora de la rama comercial:

-El grupo embrionario se funda en 1979. Dos años después se inicia la fabricación de interferón leucocitario (una sustancia de auxilio cardiovascular). Un oncólogo texano facilita un enlace con Finlandia, donde se desarrolla el mismo producto. Cuba organiza y facilita mecanismos de inspección y certificación internacional.

-Entre 1990 y 1997 se expande el sector y llega a contar con 40 instalaciones. Cuba invierte 80 millones de dólares. La sede central se construye en dos años. Como parte de la Convención Internacional sobre Armas Biológicas, el país rinde un informe anual a Naciones Unidas sobre medidas de fomento de la confianza en la materia.

-Agencias regulatorias internacionales visitan las instalaciones cubanas, como paso obligado para la comercialización. En los próximos años saldrán al mercado más de 50 nuevos productos entre biofármacos, vacunas y diagnósticos. Cuba tiene ya derechos de propiedad intelectual sobre más de 150 objetos de invención y más de 500 patentes.

-La exportación se inicia en 1990. Los productos cubanos del sector llegan hoy a más de 40 países.

-Hay nuevas negociaciones con Malasia, Holanda, España, Brasil, Venezuela, Vietnam, México, Uganda, Alemania y Estados Unidos. Estas se refieren a la vacuna antimeningocóccica y posibles ensayos clínicos de un tratamiento contra cáncer de pulmón.

-Cuba tiene registrados 24 productos entre biofármacos y vacunas, 40 fármacos genéricos de avanzada, cinco productos para el tratamiento del sida, 15 equipos médicos, 24 sistemas de diagnósticos y 60 proyectos en curso.

-La investigación actual se dirige a la búsqueda de 29 nuevas vacunas, ocho contra el cáncer, cuatro de las cuales ya están en pruebas clínicas en Cuba, Canadá, Argentina e Inglaterra; 21 productos novedosos para el tratamiento del cáncer, además de 28 citostáticos.

-La biotecnología cubana ha solicitado patentes sobre 150 objetos invención y un total de 505 patentes.

-El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana recibió en 2000 a mil 500 visitantes, 484 procedentes de Estados Unidos.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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