Javier Aranda Luna

Gabriel García Márquez y el cuento de la verdad

El 30 de mayo se cumplirán 35 años de la primera edición de una de las novelas que sacudieron al siglo XX. Cien años de soledad agotó su tiraje inicial en dos semanas. A la fecha se han vendido poco más de 30 millones de ejemplares publicados en 34 idiomas. Sueño de cualquier escritor, pero también de cualquier editor y publicista, esa obra ha sido, desde su lanzamiento al mercado, toda una industria en sí misma. ƑQué hilos tocó Gabriel García Márquez con esa novela? ƑQué hilos sigue tocando ahora?

Pero este año no es sólo el del 35 aniversario de Cien años de soledad: se cumplen 30 de que su autor recibiera el Premio Rómulo Gallegos y 20 del Nobel de Literatura. Pero quizá lo más importante en este 2002, en el inventario de García Márquez, será la publicación del primer tomo de su libro de memorias que empezará a circular en breve.

Vivir para contarlo constará de tres volúmenes: el primero abarca de sus primeros recuerdos en su natal Aracataca (Colombia) hasta la publicación de La hojarasca y el viaje que hizo para irse a vivir a París en 1955; el segundo volumen irá de 1955 hasta la recepción del Nobel, y el tercero estará integrado con los perfiles de personajes que han formado parte de su vida, como Fidel Castro, Omar Torrijos y, entre otros, François Mitterrand.

Muchas sorpresas nos depara, sin duda, Vivir para contarlo. Pienso encontrar algunos en los pasajes donde vida y obra se cruzan para iluminarse. Quizá allí descubra el misterio de aquel fervor con el que Rebeca devoraba tierra en Cien años de soledad y confirme que los amores tan desgraciados de Fermina Daza y Florentino Ariza sean copia fiel de los amores de Luisa Santiaga Márquez y Gabriel Eligio García en sus primeros años.

La presencia de la realidad en las novelas de García Márquez es una constante para quienes conocen bien su obra y parte de su vida. Según confió a su amiga Silvia Lemus, el novelista escribió El amor en los tiempos del cólera en Cartagena de Indias: por las mañanas redactaba y por las tardes solía deambular por lugares o visitar a sus padres para que le contaran, por separado, la historia de sus amores.

Puede decirse así que Florentino Ariza y Fermina Daza son dos personajes totalmente imaginarios, aunque parte de sus vidas y sus actos hayan sido de personas reales. Quizá también descubramos en Vivir para contarlo que el coronel Aureliano Buendía estuvo inspirado en un personaje de carne y hueso que combatiera, como él, en 32 guerras y que en todas perdiera.

En 1965 Gabriel García Márquez vivía en la calle de La Loma número 19. En esa casa escribió Cien años de soledad. Tiempo después, ya con la fama a cuestas, el escritor quiso comprar el inmueble pero no pudo hacerlo: su éxito literario había disparado el valor del inmueble.

Si la vida dispara la imaginación del escritor, el mundo de sus novelas ha influido también en nuestra realidad. ƑQuién no ha sentido mariposas en el estómago después de haberlo leído? ƑQuién permanecerá impasible ante el olor de la guayaba? ƑQuién ante aquellos ''senos atónitos" de El amor en los tiempos del cólera?

Vivir para contarlo es un ejercicio retrospectivo pero será también, fundamentalmente, no hay que olvidarlo, un ejercicio literario. La onda expansiva de Cien años de soledad, iniciada hace siete lustros, aún alcanza a nuevos lectores. Vivir para contarlo multiplicará, qué duda cabe, su presencia entre nosotros.