COPAS DEL MUNDO
Vencieron en la final 5-2 a los anfitriones, con
tantos de Pelé, Vavá y Zagallo
Brasil se impuso a ritmo de samba en Suecia 1958
El francés Fontaine se convirtió en el
máximo anotador con 13 goles; su marca sigue vigente
AFP
La
principal característica del Mundial de Suecia de 1958 fue el surgimiento
de jugadores extraordinarios que aún hoy siguen haciendo soñar,
como los franceses Just Fontaine y Raymond Kopa, el portero ruso Lev Yashin,
los suecos Svensson y Simonsson, y los brasileños Garrincha y
un mozalbete de apenas 17 años apodado... Pelé, fenómenos
estos últimos de una selección que iba a dar mucho de que
hablar.
Cincuenta y tres países se anotaron para la competición,
pero algunos, para sorpresa general, no se clasificaron, como España,
Italia y Uruguay, que cayó ante un sorprendente Paraguay.
Otros se estrenaron, como la URSS, que logró llegar
hasta cuartos de final por vencer 1-0 a una Inglaterra debilitada tras
la tragedia aérea del 7 de febrero de 1958, cuando el avión
en el que el equipo del Manchester United regresaba de Belgrado se estrelló.
Fallecieron ocho jugadores, entre ellos tres titulares de la selección,
Roger Byrne, Tommy Taylor y Duncan Edwards.
Argentina volvió tras 24 años de ausencia,
aunque para decepcionar: cayó humillada 6-1 por Checoslovaquia en
la primera fase, en una participación recordada como el "desastre
de Suecia" por las dolidos hinchas argentinos.
Además, fue el primer Mundial al que no asistió
su fundador, Jules Rimet, fallecido en 1956 a los 83 años. Aunque
los franceses, quizás queriéndole rendir homenaje, hicieron
un gran Mundial y lograron ser terceros gracias a una tremenda ofensiva:
Kopa, Piantoni y Fontaine. Este último anotó solito 13 goles,
marca no superada hasta hoy.
Pelé estrena el arco
Suecia fue sobre todo el Mundial auriverde. Brasil reunía
todos los ingredientes: un entrenador intuitivo, Vicente Feola, que aplicó
un esquema desconocido hasta entonces: 4-2-4; un equipo lleno de estrellas
pero muy unido y versátil, unas ansías enormes de conquistar
por fin la Copa y, sobre todo, un futbol sobrenatural, rápido y
muy técnico.
Llegaron sin problema a cuartos de final, donde se enfrentaban
a Gales, partido que ganaron gracias a un gol de Pelé, un
tanto que la mayor estrella del balompié de todos los tiempos recuerda
como el más importante de su carrera, porque fue el primero en un
Mundial.
En semifinales golearon a Francia 5-2. Suecia, por su
parte, hacía lo propio con los poseedores del título, Alemania
del Oeste, 3 a 1.
Y la final, al contrario de las dos ediciones anteriores,
no deparó ninguna sorpresa. Brasil se impuso 5-2, con goles de Vavá
(2), Zagallo y Pelé (2), quien lloró cuando oyó
el pitido final.
"Brasil era imposible de vencer", comentó resignado
George Raynor, el técnico inglés de los escandinavos. La
era auriverde había comenzado.