COPAS DEL MUNDO
Se ampliaron las medidas luego de los atentados del
11 de septiembre
Corea-Japón, el Mundial de la seguridad
Preparados, misiles antiaéreos en la zona de
estadios ante eventuales ataques bioterroristas
AFP
Paris, 5 de mayo. "Todo el dispositivo de seguridad
ha sido revisado y ampliado tras los acontecimientos del 11 de septiembre".
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, advertía
el pasado noviembre en Busan (Corea del Sur) que el Mundial 2002 contará
con medidas extremas de control.
Portaviones estadunidenses y aviones espías serán
movilizados en la península coreana durante la Copa, además
de instalarse misiles antiaéreos en la zona de cada uno de los estadios.
No en vano el italiano Antonio Matarrese, director del
Comité de Seguridad de la FIFA, ha advertido que será el
Mundial más seguro de la historia.
La
policía sudcoreana ha lanzado la operación Copa del Mundo
en Seguridad, cuyas disposiciones más importantes son el refuerzo
de los cuerpos del orden ya existentes y la creación de patrullas
que vigilarán las 24 horas del día los alrededores de los
estadios. Toda persona en posesión de armas ilegales será
castigada severamente.
Corea del Sur decidió también imponer zonas
prohibidas de circulación aérea por encima de los estadios.
Desde marzo, 6 mil 700 poli-cías fueron desplegados
con el fin de reforzar a las fuerzas de seguridad existentes en los aeropuertos,
los puertos y las embajadas extranjeras.
Y es que como transfondo de las medidas de seguridad también
están los 37 mil soldados estadunidenses instalados en Co-rea del
Sur, igual que en Japón, donde hay 54 mil miembros del ejército
de EU.
En Japón todo el tema de seguridad se ha estudiado
minuciosamente. Habrá pasillos separados para el acceso de aficionados
a los inmuebles, millares de poli-cías y redes de protección
anti-hooligans.
El país nipón espera no dejar nada al azar
en materia de seguridad, apartado al que piensa dedicar 21 millones de
dólares.
Las fuerzas del orden se entrenan visualizando filmes
realizados durante el Mundial 1998 y la Eurocopa 2000. Varios partidos,
como Argentina-Inglaterra, el 7 de junio en Sapporo, e Inglaterra-Nigeria,
el 12 en Osaka, han sido declarados de alto riesgo.
Por otra parte, desde el otoño de 2001 Japón
ha reforzado también su arsenal legislativo con el fin de poder
condenar y expulsar inmediatamente a todo elemento perturbador de los partidos.
Los países europeos y sudamericanos enviarán
un centenar de fisonomistas para desenmascarar a los hooligans en
los aeropuertos, los trenes y los estadios.
El número total de policías previstos para
el Mundial en Japón no es conocido, pero habrá que contar
unos 10 mil agentes por prefectura y para la final deberá estar
en alerta unos 44 mil policías de Tokio.
Por otra parte, los confetis, las bocinas y los disfraces
serán prohibidos en los estadios de ambos países, igual que
las botellas de plástico con tapón y los paraguas no plegables.
Los confetis están prohibidos "ya que molestan
el discurrir de la competición cuando son dispersados en enormes
cantidades", indicaron los organizadores del torneo.
"Registraremos a los espectadores unos 30 segundos en
promedio en las barreras de entrada", dijeron responsables de seguridad.
Además, el Parlamento japonés adoptó
por unanimidad una ley que refuerza las leyes de inmigración para
limitar la llegada de hooligans.
Según estas nuevas condiciones, toda persona condenada
a una pena de prisión inferior a un año por violencia podrá
ver rechazada su entrada. Hasta ahora sólo los individuos que habían
pasado más de 12 meses en la cárcel podían ser echados
atrás.
Los bomberos y el personal de ambulancias en Japón
tendrán a mano sofisticadas máscaras para combatir eventuales
ataques de bioterrorismo.
Habrá incluso guardaespaldas para cuidar a determinados
jugadores, en especial la expedición estadunidense, y se vigilarán
las comidas de los equipos.
En Corea del Sur y Japón nadie se podrá
mover durante un mes sin estar controlado.