BALANCE DE LA JORNADA
Javier Aguirre perdió la gran sonrisa
El técnico nacional, en medio de dos poderosas
refresqueras
Duelo de televisoras en la Copa Libertadores
MARLENE SANTOS A. Y CARLOS HERNANDEZ
Dentro de 28 días México debutará
en el Mundial de Corea del Sur-Japón y el seleccionador nacional,
Javier Aguirre, ha entrado en dudas. El tiempo apremia y su explosivo carácter
aflora ?nervioso? al menor detalle, lo que quedó ilustrado a media
semana durante el incidente con Manuel Vidrio.
El Vasco tiene razón; hay motivos para perder
la calma. Aún espera a Francisco Palencia, mientras Rafael Márquez,
Gerardo Torrado y Cuauhtémoc Blanco, recién llegados, deberán
ponerse a tono.
Se
suma el 'no' definitivo de la FIFA para reducir el castigo a Jesús
Arellano, y para colmo estaría haciendo mella en el entrenador hasta
el rumor de una demanda contra la comisión de selecciones, por asuntos
de publicidad con poderosas refresqueras.
Por cierto, es inconcebible que el titular de la citada
comisión, Ricardo Peláez, ex futbolista y novato en lides
administrativas, desdeñe la versión sobre el Cabrito,
sólo porque la dio a conocer José María Huerta, titular
del sindicato (con orden de registro en la mano), y diga que será
hasta la próxima semana cuando se dará el verdadero veredicto
¿Una semana más de espera?
El lío de publicidad debería serle indiferente
al Vasco, pero resulta que él aparece como la manzana de
la discordia tras haber firmado contrato con una empresa de bebidas gaseosas,
y su acérrima rival es patrocinadora del Tri.
Se entiende entonces cuando de pronto se queja y dice
que como técnico de un club cualquiera se trabaja 80 por ciento
en la cancha y 20 por ciento en diversas cuestiones; "en la selección
es al revés", ha lamentado.
En el plano deportivo Aguirre ha sido indiferente ante
la experiencia o buen momento de algunos jugadores que a estas alturas
ya resulta ocioso mencionar. Su lista parece cerrada y sólo algo
excepcional arrojará a alguien de su casa Big Vasco.
El domingo, en el estadio Azteca, el partido ante Colombia
se presenta como un examen que hay que observar con lupa, aunque él
mismo ha insistido en que sus jugadores están duros por la pretemporada,
con lo que no promete absolutamente nada.
En efecto, hace cuatro años Manuel Lapuente se
hallaba en peor trance, era el centro de las críticas y objeto de
los más pesimistas augurios.
Pero también es cierto que mantuvo al equipo durante
dos meses sometido a intenso trabajo, corrigiendo fallas, curtiendo a sus
jugadores lejos de la familia, ambientándolos en el viejo continente
y picándoles el orgullo.
Hoy es muy distinta la realidad del timonel de la boina.
Es otro contexto ?Copa Libertadores y liguilla con América?, pero
se le acentuó el afán de enclaustrar a sus pupilos y de evadir
a la prensa. Así, ahora Lapuente da más tela para la polémica
con sus imaginativas declaraciones que por lo que deja ver a su miedosa
escuadra.
Los equipos mexicanos Morelia y América, ambos
con gran paso en la Libertadores, se enfrentarán en cuartos de final
y sólo el mejor llegará a semifinales.
El futbol vistoso de los michoacanos está en serio
riesgo de caer agotado frente al estratega experimentado y analítico
que es Lapuente; le gusta aplicar freno de mano, y ante el modestísimo
Cienciano obtuvo un triunfo holgado cuando merecía ganar por la
mínima diferencia.
Ya está lista la liguilla, Santos sufrió
de más y ni siquiera pudo vencer a Tigres para confirmar el cuarto
lugar que ganó a lo largo del torneo, y ahora enfrentará
en condición de favorito al Atlas, equipo que en la etapa final
representa al maltrecho orgullo tapatío.