MELON
Luis Angel Silva
Llamen a los bomberos
EL TEATRO DE LA CIUDAD y el Zócalo capitalino deben
de estar humeando después de las actuaciones de la Orquesta Aragón
que, con su calidad, encendió esos foros. ¡Qué manera
de tocar! Sus dos presentaciones mostraron que esta agrupación está
en otro nivel en relación con lo que se ha presentado en esos mismos
escenarios, a pesar de lo que digan los cultos villamelones empeñados
en llamarme agresivo y díscolo.
LA
ARAGON SENTO cátedra de profesionalismo ejecutando el estilo de
charanga con todos los hierros, cada cosa en su lugar, sin golpes superfluos,
manteniendo al público en sus asientos, como debe ser en un concierto.
Casi al final los neófitos no pudieron contenerse y trataron de
matar sus ansias de novilleros ¿bailando?, sin darse cuenta de que
la música de la Aragón es también para llenarse los
oídos con la belleza de su sonido, el cual es bocado de cardenal.
EN UNA ENTREVISTA hecha a Rafaelito Lay por Gerardo Arreola,
el heredero y actual director de la perla de Cienfuegos, ¡y qué
perla!, se mostró amable al decir que "en México sí
saben bailar". Pero lo cierto es que los bailadores mexicanos no le han
encontrado la cuadratura al círculo, siguen sordos y no observan
que el secreto radica en marcar los golpes del tambor.
SI USTED, MONINA, sabe música, esto se traduce
en marcar segundo y cuarto tiempos, así de sencillo. Tampoco faltaron
los que pedían Son de la loma. ¡Qué falta de
respeto! Cada orquesta del nivel de la Aragón tiene su propio repertorio.
La chaviza sigue mal ubicada, se niega a reconocerlo, no quiere aprender
y sigue en el error. Espero que los seudoconocedores hayan notado la forma
de frasear de los cantantes. Los matices, para que me entiendan los legos,
se refieren a la intensidad del sonido, a veces fuerte, otras débil.
Un difícil fácil y viceversa
LA PROPIEDAD CON que estuvo presente el cinquillo (La
reina Isabel), el acoplamiento de los violines, que parecen uno solo, y
qué decir de los solistas. En fin, como diría Maelo, hacen
un difícil fácil y un fácil difícil. Cuando
una orquesta suena mejor en vivo que en grabaciones, simple y sencillamente
hay que quitarse el sombrero.
EN EL ZOCALO fue otra cátedra de cómo hay
que poner a gozar al personal que terminó por acercarse al escenario
a rendirle ovación tras ovación a estos cubanos que, al preguntarles
algunos reporteros acerca de la situación telefónica tan
de moda en estos días, respondieron que lo de ellos es la música,
como debe ser. Hubo varios encores que gentilmente los de Cienfuegos
cumplieron como profesionales que son.
ME FALTAN PALABRAS para hacerle entender, mi nagüe,
el estado de ánimo en que me encuentro, mejor dicho, en que me dejó
la Orquesta Aragón, a la que deseo un pronto retorno a esta su casa.
PARA TERMINAR, AHORA que están de moda las disculpas,
ofrezco las mías por no platicarle, mi asere, de Kasse Mady Diabate
y los músicos de Malí, pero no hablo de lo que no sé.
Aunque me gustó lo que presentaron, sólo puedo decirle, mi
enkobio, que es parte del origen de la música cubana que,
según tengo entendido, es la fusión de Africa y España.
Y AHORA SI me piro porque me hablan por teléfono.