Curso obligatorio de ''valores'' para todo mando en el gobierno

MIREYA CUELLAR

Made in Tec de Monterrey, el gobierno ''del cambio" pretende adoctrinar a todos los "servidores públicos de mando" en los valores del foxismo mediante un curso obligatorio de ética por Internet, cuya premisa es: ''los valores sirven como pautas de conducta ligadas a la moral y asociadas al nivel cultural".

La fecha límite para tomar el curso de la Oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de la República fue el 30 de abril. En él, los funcionarios aprendieron los ''valores ideales'' de la ''cultura organizacional''; el "bien común", la "integridad", la "honradez" y la "generosidad", que son ubicados en la misma escala que el "liderazgo" o la "igualdad". Pero también se presentan los conceptos panistas de "patria ordenada y generosa", en una especie de pastiche entre curso de autoayuda y manual sobre lo que debe hacer el buen funcionario panista.

Antes de poder ingresar al curso Mi código de ética -vía una clave personalizada o contraseña, que se proporcionó en sobre cerrado y por la ruta de las coordinaciones administrativas, desde el más pequeño fideicomiso a las más importantes secretarías-, los funcionarios de "mando" tuvieron que responder al test Oliver, el cual enviaron a un censor sin rostro que estaba del otro lado de la red.

"Este test forma parte del curso y todos los participantes tendrán que contestarlo. Sin embargo, el curso ofrece solamente una oportunidad de presentarlo a cada participante. Esto significa que debe contestarse completamente una vez que se accede a él. Los participantes tienen todo el tiempo que deseen para contestarlo. Sin embargo, como pueden entrar solamente una vez, es necesario que se programen para poder contestarlo sin interrupciones", se les indicó en la dirección www.codigodeetica.gob.mx, después de que cada uno ubicó en el menú a su dependencia e introdujo la contraseña personalizada y su registro federal de contribuyente.

El test Oliver consta de 20 preguntas y los servidores públicos tuvieron que decidir frente a tres opciones. Hubo que poner el número tres frente al concepto más importante y el uno al lado de la concepción a la que se le concedía menor valor. Así, tuvieron que escoger entre:

Todos los "valores" antes mencionados están clasificados por quienes elaboraron el test en cinco grandes grupos: valores políticos, estéticos, social-éticos, teóricos y económicos. A cada funcionario la computadora le devolvió una puntuación después de responderlo y hacer clic en la tecla "enviar", acompañada de una explicación en el sentido de que no había respuestas "buenas o malas; las respuestas indican simplemente las preferencias de los individuos".

Además pudieron ver una explicación de cada valor. Por ejemplo, el político: "busca el poder, el motivo fundamental de su vida es influir sobre los demás, posee un afán de dominio; saber es poder, la verdad se debe subordinar a la política".

El valor económico: "busca la utilidad, no sólo económica, sino práctica. Es la persona que dice: Si el descubrimiento científico no va a ser útil, para qué se gasta tiempo y dinero en investigar". Un ejemplo de un valor económico "práctico" es "ser socio de un club de golf para buscar reconocimiento y estatus".

El estético: "busca la belleza. La armonía y la sensibilidad son sus rasgos básicos. Puede ser de dos tipos; el realizador de la obra de arte (el artista) y el espectador, que no es capaz de realizar pero sí contempla la belleza".

Los valores sociales, se concluye, buscan "el bien" y un ejemplo de ellos es "el altruismo".

Luego empieza el curso -programado para desarrollarse en cuatro horas, de preferencia en dos etapas, de dos horas cada una-, que no es otra cosa que una "guía para el comportamiento" de los funcionarios: "En la administración pública federal no puede dejarse para más tarde que los servidores públicos conozcan el código de ética y conduzcamos nuestras acciones dentro del marco de valores que lo conforman. La sociedad mexicana exige servidores públicos íntegros, que se apeguen a estos valores y faciliten el camino hacia la transparencia en la gestión pública y el combate a la corrupción".

Vienen las lecciones: "¿Qué es la ética? La ética es una disciplina que se ocupa del estudio de la acción humana, es teórico-práctica ya que estudia la intención o lo que mueve los actos humanos. Implica una reflexión filosófica sobre la moral, es decir, cuestionar lo bueno o lo malo de las acciones realizadas por una sociedad.

"La ética habla de lo que son los valores, que tienen como fin la búsqueda del bien. Por lo tanto, la ética nos ayuda a distinguir el bien del mal, lo que es correcto de lo incorrecto en nuestro comportamiento y en el de los demás, tomando como referencia los valores universales, como por ejemplo la libertad, la honestidad, lealtad, respeto, honradez, veracidad."

Muy en concordancia con la doctrina panista, el primer valor que debe cumplir un funcionario de la actual administración es el bien común: "Asumo un compromiso irrenunciable con el bien común, que se refiere al bien de todos (...). Este valor está directamente relacionado con el sentido de la solidaridad (...). El primer comportamiento esperado sería interesarse en programas de desarrollo social para los menos favorecidos, o sea, para aquellas personas que se encuentran en la pobreza extrema".
 

El siguiente tiene relación con el entorno cultural y ecológico: "Adoptaré una clara actitud de respeto y defensa de la cultura y ecología de nuestro país". Aquí "la idea clave es no sólo respetar a otras culturas, sino preservar el valor cultural como parte de las raíces propias. El aprecio por el entorno cultural significa interesarse en evitar que desaparezcan las culturas que son parte de México, lo cual puede lograrse respetando su forma de entender o ver la vida (cosmovisión) y sus costumbres y tradiciones, siempre y cuando no se trate de apoyar prácticas que vayan en contra de la dignidad del ser humano, ni de su bienestar físico y emocional".

Después aparece la integridad: "Ser un servidor público íntegro está relacionado con otros valores, principios y virtudes que se consideran claves para cultivar la integridad. Implica actuar en forma congruente con las ideas que el propio servidor público profesa y manifiesta. Ser un servidor público íntegro está relacionado, en primer lugar, con el valor de la honestidad, lo que implica decir la verdad en cualquier circunstancia".

La imparcialidad: "La esencia es no conceder preferencias o privilegios indebidos a las demás personas. Dicho de otra manera, no se debe tomar partido para favorecer a alguien en particular".

Los funcionarios también tendrán que ser justos: "El concepto clave esencial del valor justicia es dar a cada quien lo que le corresponde, así como recibir lo que se merece. Se relaciona con la observancia y el cumplimiento de la ley. Justicia es también distribución con equidad: dar lo proporcional al esfuerzo y resultados de un trabajo o de una responsabilidad a quien lo ejecuta o la tiene, es parte del sentido de la justicia.

"El servidor público justo sabrá imponer la sanción que corresponda a quien haya dejado de cumplir con sus obligaciones de acuerdo con las políticas de la dependencia y según la ley."

Siguen, por orden de aparición, la transparencia y la rendición de cuentas. "Consisten en garantizar el acceso a la información gubernamental, sin más límite que el que imponga el interés público y los derechos de privacidad de los particulares, y en la responsabilidad de informar y presentar cuentas claras de mi trabajo (...). Una consecuencia directa del sentido de la rendición de cuentas es la modernización, que es indispensable en los tiempos de cambio y promueve el desarrollo de la comunidad."

La honradez. "Incluye, en pocas palabras, no robar."

La generosidad: "Ser un servidor público que ha desarrollado la virtud de la generosidad implica de parte de él o ella una actitud solidaria y sensible a las necesidades de los demás (...). El servidor público muestra esta actitud generosa no sólo al compartir con los demás los recursos materiales, intelectuales o afectivos, sino también otros recursos intangibles".

Igualdad: "Haré regla invariable de mis actos y decisiones al procurar igualdad de oportunidades para todos los mexicanos y mexicanas, sin distingo de sexo, edad, raza, credo, religión o preferencia política". No incluye las preferencias sexuales, por ejemplo. La igualdad implica "aceptar que todo ser humano es valioso por el hecho de ser persona", abunda.

Respeto: "Respetaré sin excepción alguna la dignidad de la persona humana y los derechos y libertades que le son inherentes, siempre con trato amable y tolerancia para todos y todas las mexicanas (...). Un servidor público comprometido con el valor respeto, lo proyecta valorando en las demás personas su dignidad humana, como la suya propia".

Liderazgo: "Promoveré y apoyaré estos compromisos con mi ejemplo personal, siguiendo los principios morales que son base y sustento de una sociedad exitosa en una patria ordenada, generosa y próspera".

Una vez presentado el concepto de cada valor, se pidió a los funcionarios que reflexionaran en torno a "¿qué ideas integrarías a esta explicación con respecto a este valor?, ¿cómo vivirás este valor en tu vida personal, social y profesional?" o "describe las cualidades que caracterizan a una persona con liderazgo".

En la pantalla de la computadora en la que recibieron el curso virtual, los funcionarios tuvieron siempre dos mensajes: "Somos México" y "Sistema Internet de Presidencia". Y en uno de los ejercicios se explica que el curso fue encargado originalmente por la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo al Centro de Valores Eticos DACS del Tec de Monterrey, campus Monterrey.

En las circulares giradas a las distintas dependencias federales se explicó que el curso era obligatorio para todos los funcionarios "de mando", y ordenado por la Oficina de Innovación Gubernamental de la Presidencia de la República, que dirige Ramón Muñoz, uno de los más cercanos colaboradores del presidente Vicente Fox desde que era gobernador de Guanajuato.

Desde marzo pasado Ramón Muñoz es no sólo el jefe de la oficina de la presidencia para la Innovación Gubernamental, sino también el enlace de Vicente Fox con el Partido Acción Nacional. En su oficina se organiza la sesión con "motivadores", casi todos extranjeros a la que se someten con cierta regularidad los miembros del gabinete y funcionarios de primer nivel.

Se define como el chef del gobierno "para facilitar que las decisiones que se tomen sean de calidad, y vigilar que los acuerdos con los miembros del gabinete se cumplan.

"Permanentemente monitoreo lo que hacen las grandes empresas en el terreno de la administración y lo aplico a la administración publica", declaró recientemente a la revista Política Digital, publicación bimestral de Nexos.

"Tengo la ventaja de haber actuado de head hunter del gobierno: la selección del gabinete la hice con redes, tenía gente que me ayudó a buscar a las personas y a definir sus perfiles".

En esta, una de las pocas entrevistas que ha dado, señaló que el problema más serio que entorpece su trabajo es "la gran herencia de personal del viejo régimen en la administración pública: estoy hablando de gente que no tiene la convicción ni los valores democráticos del nuevo gobierno, y que responden a intereses del pasado. Tenemos un estudio que hicimos con apoyo de las oficinas de inteligencia, pero hay que diferenciarlas de quienes son servidores públicos que hacen su trabajo de manera honesta y están en una posición de pago por ver. Si hacemos una encuesta probablemente encontraremos que en todo el universo de la administración pública, 10 por ciento son promotores del cambio, 80 por ciento están en la posición de pago por ver y el otro 10 por ciento tiene una declarada posición de bloqueo, con el agravante de que está en posición estratégica".