Robert Fisk
Sharon a EU, por la cabeza de Arafat
En medio de la operación israelí más sanguinaria en los territorios ocupados desde la guerra de 1967, Ariel Sharon partió ayer para Washington, con el beneficio de la descripción que Bush hizo de él como "hombre de paz" y decidido a convencer a los estadunidenses de abandonar a Yasser Arafat. No bien su avión había despegado de Tel Aviv, su ejército volvía a irrumpir en la población de Tulkarem, en la franja occidental, y un tanque abría fuego en Jenin, matando a una mujer y sus dos hijos. El ejército israelí expresó más tarde su "profundo dolor" por esas muertes.
El muy publicitado plan de "paz" de Sharon -que tratará de imponer al gobierno estadunidense esta semana- parece contener tres demandas, la primera de las cuales es el remplazo de Arafat por un líder palestino más adaptable a los deseos palestinos. Habrá que reconstruir la Autoridad Palestina y colocar bajo un liderazgo único sus servicios de seguridad, aunque no se sabe con certeza quién llevaría a cabo tal tarea. Podrían iniciarse negociaciones para constituir un Estado palestino, pero sin participación de Arafat. El plan, sin embargo, no intenta detener la construcción ilegal de asentamientos judíos ni hace referencia alguna a Jerusalén.
Sharon planea presentar también a Bush un libro de más de 100 páginas con el que pretende probar que Arafat ha estado íntimamente ligado al "terrorismo" contra Israel. El volumen, con faltas de ortografía y referencias a la Unión Europea como "Unidad Europea", sugiere que Estados Unidos y fondos procedentes de ese país han financiado los ataques palestinos a Israel, y asegura que un oficial palestino que ha colaborado estrechamente con la CIA durante siete años es un líder "terrorista". Sin embargo, cuando Sharon presentó sus "evidencias" a los periodistas, ayer en Jerusalén, tuvo grandes dificultades para explicar a los reporteros por qué su gobierno, después de nombrar repetidas veces a Arafat y a uno de sus subordinados, Tawfiq Tarawi, como organizadores de actos "terroristas", acababa de dejarlos en libertad. "Es una buena pregunta", contestó Dani Naveh, ministro de asuntos parlamentarios. "Para mí, lo más importante es que Arafat no tome parte en las pláticas de paz en el futuro."
Es evidente que se ha invertido mucho trabajo en la preparación de la quinta visita de Sharon a Bush. Los informes de la prensa israelí señalan que el viaje del primer ministro a Washington fue arreglado personalmente por Ephrain Halevy, dirigente del Mossad, el servicio secreto israelí. Un día antes de que Sharon partiera, docenas de oficiales del ejército y la fuerza aérea del Colegio Nacional de Seguridad de Israel llegaron a Estados Unidos para celebrar una semana de reuniones con oficiales estadunidenses, en un viaje pagado por la Universidad Nacional de la Defensa, que forma parte del Pentágono.
El primer ministro israelí hubiera deseado que el sitio a la Basílica de la Natividad hubiera llegado a su fin para cuando su avión partió para Washington, pero ayer aún proseguían las negociaciones, en las que participan diplomáticos estadunidenses y británicos, para decidir el destino de los 20 palestinos a los que Israel desea encarcelar. Puede que se les ofrezca asilo en Jordania, lo cual está muy lejos de la demanda inicial israelí de encerrarlos, e incluso la cifra de personas "buscadas" por Israel que se encuentran en la basílica ha disminuido. En cierto momento del mes pasado los israelíes afirmaban que había más de 200 hombres armados en la iglesia.
El diario israelí Haaretz reportó ayer que unidades del ejército israelí combatían por "los despojos" de sus operaciones en la franja occidental, después de apoderarse de docenas de autos Land Rover de fabricación británica de la Autoridad Palestina. Estos vehículos se han entregado a la división logística israelí, bajo las órdenes del general Shaul Mofaz, jefe del Estado Mayor. No se sabe si fueron pagados con dinero estadunidense.
Traducción: Jorge Anaya
© The Independent