"La pobreza, la inseguridad o la corrupción, algunas caras con las que se presenta"
México enfrenta a un enemigo poderoso: Macedo
Durante la ceremonia del 5 de mayo, el procurador lanzó un llamado a la unidad nacional
CIRO PEREZ, ROSA ELVIRA VARGAS, JESUS ARANDA Y VICTOR BALLINAS ENVIADO Y REPORTEROS
Al encabezar en Puebla, en nombre del Presidente de la República, el acto por el 140 aniversario de la Batalla de Puebla, el procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, hizo un llamado a la unidad nacional por encima de las diferencias ideológicas.
Reconoció que en esta nueva etapa de la vida del país México desafía a un enemigo muy diferente de aquel al que vencieron los soldados bajo el mando del general Ignacio Zaragoza, aunque éste es "igual o más poderoso porque presenta varias caras y opera por diversos flancos; difícil porque en ocasiones no podemos visualizarlo o identificarlo; peligroso porque no sabe de honor, y arbitrario porque no reconoce leyes ni reglas".
Macedo de la Concha se refirió a la pobreza, la discriminación, la inseguridad, la intransigencia, la marginación, la corrupción, la delincuencia, la impunidad y la apatía, que son algunas de las formas con las que ese enemigo se presenta. "Nos corresponde a las mexicanas y los mexicanos de hoy combatirlo con las armas de la justicia, la educación, la cultura de la legalidad, el respeto, el derecho, la tolerancia, pero sobre todo con la unidad nacional."
En tanto, en la ciudad de México el oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Rigoberto Castillejos, dijo que aquella gesta del 5 de mayo de 1862 demostró que México sabe resolver con decisión y voluntad sus problemas y las situaciones más adversas, y comprobó que con unidad y patriotismo "hemos superado las cricunstancias más difíciles que en cada época han puesto a prueba nuestras voluntades".
Señaló que de todas las vocaciones, ninguna es más grande que ser llamado a defender a la nación, y de todos los compromisos ninguno es más honroso que "servir a nuestro pueblo". En este acto, realizado en el Campo Marte, estuvieron presentes el presidente Vicente Fox, acompañado por los secretarios de Defensa y de Marina, así como por los representantes de los poderes Legislativo y Judicial.
Ante mil 800 conscriptos -mil 600 del Ejército, entre ellos 200 mujeres voluntarias, y 200 elementos que realizan su servicio en la Armada de México- que representaban a casi 500 mil jóvenes que cumplen con su obligación ciudadana en todo el país, Castillejos Adriano evocó gestas como la que ayer se conmemoraba, y dijo que gracias a esas acciones militares, que rubricaron grandes patriotas, "somos en la actualidad un país con rumbo y con destino".
Enlace televisivo
En un acto similar, en la explanada de la Secretaría de Marina, 581 marineros del Servicio Militar Nacional realizaron el juramento a la bandera, mediante un enlace televisivo desde el Campo Marte, donde el presidente Fox, a nivel nacional y en forma simultánea, tomó la protesta a todos los conscriptos del país.
En Puebla, el procurador Macedo afirmó que sustentados en los inamovibles principios históricos que defendieron los combatientes del 5 de mayo, México comienza el siglo XXI desde perspectivas radicalmente nuevas.
El gobierno de Vicente Fox, dijo, parte del reconocimiento de la necesidad de cambiar y renovar estructuras, siempre de acuerdo con la voluntad mayoritaria y con respeto a los otros dos poderes de la Federación; de formar consensos a partir del diálogo fecundo basado en el reconocimiento y respeto a las diversas posturas ideológicas.
Previamente, al clausurar en la capital poblana el primer Coloquio Nacional sobre Justicia Alternativa, Macedo de la Concha sostuvo que el gobierno foxista se ha planteado como prioridad trabajar de la mano con las otras instituciones del Estado en el diseño y aplicación de una estrategia que permita hacer más eficiente la procuración y la administración de justicia en el país.
"Hoy, federalismo no es división; por el contrario, es unidad. Hoy requiere de la participación de todos los poderes federales y locales en la atención de los problemas económicos y sociales, inspirados sólo por el interés superior de la nación", dijo, luego de destacar que esta nueva realidad se aprecia en los 18 acuerdos adoptados entre los procuradores generales y los presidentes de tribunales superiores de justicia.
Macedo de la Concha convino en que impulsar la conciliación, la mediación y el arbitraje evitará rigorismos legales y gastos excesivos a los que en muchas ocasiones se enfrenta la sociedad al momento de exigir ante las autoridades los derechos consagrados en su favor. Los que menos tienen son los que mayor acceso deberán tener a la justicia, aseveró.
Al referirse al primer juzgado de defensa indígena, que creó el gobierno poblano, destacó que la reforma constitucional en la materia es la promoción de sistemas espontáneos que son esencia de la justicia comunitaria o costumbrista que tantos beneficios ha mostrado en algunos países de América Latina.
También, agregó, significa el reconocimiento de los usos y costumbres de los pueblos indios, de su autonomía, de su tradición jurídica, pero salvaguardando el respeto irrestricto a la dignidad y a los derechos humanos, por ser éstos los que dan razón y vida al Estado como organización jurídico-política.
Y nada ocurrió...
En la ceremonia del Campo Marte, la gigantesca bandera de México frente a la que los conscriptos jurarían fidelidad a la patria, por un desperfecto en el motor que la izaría, simplemente no se elevó.
Cuando el presidente Fox accionó el botón para izar el lábaro patrio del asta monumental de 100 metros de altura que se encuentra en el lugar, nada ocurrió. Tras varios intentos, el mandatario y sus acompañantes, los secretarios de Defensa y de Marina, el jefe del Estado Mayor Presidencial y los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, debieron tomar su lugar en el presidium mientras los cadetes permanecían con el pendón tricolor en los brazos.
La bandera nacional ubicada en el Campo Marte forma parte de las llamadas monumentales que durante el sexenio pasado se instalaron por decenas en varias partes del país, principalmente en litorales, ciudades fronterizas y poblaciones significadas en el calendario cívico nacional por alguna efeméride histórica.
Fue a mitad de la ceremonia -y para fortuna de los organizadores, cuando aún el Presidente no leía la arenga del juramento a los soldados de la clase 1983, anticipados, remisos y personal femenino voluntario- cuando se elevó majestuosa la bandera, que mide 50 por 28 metros y tiene un peso superior a los 300 kilogramos. En ese momento más de un jefe militar pudo respirar tranquilo.
Para nadie pasó desapercibido el detalle, y al término del acto un general de división comentó informalmente que la falla en el motor que opera el mecanismo de izamiento se debió a que no es el adecuado para este tipo de astas. De ahí que esas fallas sean frecuentes, comentó.
Pocos miembros del gabinete fueron convocados a la ceremonia de ayer. Pero de los que asistieron, y no obstante la mañana brumosa, hubo dos, Jorge G. Castañeda y Alejandro Gertz, a quienes ninguna solemnidad los motivó a despojarse de las gafas oscuras.
La plana mayor del Ejército, escolares con banderitas y disciplinados conscriptos estuvieron atentos a la ceremonia. No hubo desfile. Simplemente los honores correspondientes, el discurso del general Castillejos y la toma de protesta. Media hora fue suficiente para todo ello.
Campesinos en resistencia
En San Salvador Atenco, durante la escenificación de la batalla de Puebla, los campesinos en resistencia advirtieron "al presidente Vicente Fox que esté preparado para su derrota, como la sufrió el ejército francés a manos de los mexicanos, porque nosotros vamos a dar la vida como la dieron nuestros padres".
Los cañoncitos del bando francés y de los chinacos (mexicanos) se detonaron una y otra vez este domingo. No dejaron de sonar, pues se usaron en ellos más de 250 kilogramos de pólvora.
Desde temprana hora, los labriegos de San Salvador Atenco se alistaron para formar parte de la escenificación de la batalla. Decenas de ellos se vistieron de chinacos, con pantalones de manta, paliacates, cintas rojas, bolsa de hilo al hombro y rifle en mano, además de su machete y sombrero. Otros se ataviaron como soldados franceses del siglo XIX, con pantalón rojo y camisa azul, sombrero largo y botas militares.
Esta ocasión la escenificación, que se realiza cada año en este municipio, tomó un significado especial. Los campesinos empuñaron en lo alto su bandera, con la consigna de luchar por sus tierras, que el gobierno federal les expropió para la construcción del aeropuerto alterno al de la ciudad de México.
CON INFORMACION DE JAVIER SALINAS