Dedicado para los
que se van y para los que no se atreven a quedarse. En situaciones como éstas es difícil encontrar
remedios; no siempre que nos reunimos es para hablar de
cosas alegres, hoy necesitamos algo más fuerte que un
té, a lo mejor recurrir a la magia.... Y acordarnos de
esa amiga que siempre tiene una respuesta y conoce los
poderes de las hierbas.
Reunidas en la cocina de la casa, el lugar con más
calor, en este ambiente una de nosotras se quedó atrás,
con unas hojas de tomillo entre las manos, frotándolas
con fuerza para darse valor, para tomar una decisión, de
esas amorosas, que tanto trabajo cuesta tomar, que
requieren coraje y un pequeño empujón.
El tomillo no era suficiente, mi amiga por fin habló:
-No sólo necesito valor, díganme, hay algo para
ahuyentar esta tristeza, para poder dormir, para olvidar
los males de amor que me aquejan.
Entonces todas parecíamos tener el remedio. Una
aconsejó "por qué no te bañas con medusa"; y
otra levantó la voz "no, la medusa la va a calmar,
lo que queremos es que se atreva", "mejor
tómate un té de borraja, puede que te embriagues";
una más romántica dijo:
-Mejor hagamos una pócima de pelargonia, claveles
antiguos y pétalos de rosas rojas.
Mi amiga pareció despertar, y contestó:
-No, no quiero nada que tenga que ver con la pasión.
-Entonces necesitas, como lo recomienda mi madre, un té
de mejorana dulce, porque lo que tú tienes es una
inmensa tristeza, ya ves por abusar del romero y de la
bebida del toronjil y ahora qué hacer para que olvides,
si primero le pediste a las varitas de romero que
quemabas todas las mañanas que el amor fuera eterno, si
pudieras lavar con lavanda tu corazón podrías curar tus
heridas, pero la lavanda sólo cura las heridas de la
piel.
Como buenas brujas inexpertas nos hace falta saber
grandes remedios para grandes males.
Visité a Eloína, mujer delicada, de voz pausada, abre
las puertas de su vivero en San Andrés Cholula, en él
cultiva más de 700 especies de hierbas, para todos los
usos. Comenta que cuando niña su pasatiempo era cultivar
y cuidar plantas, ahora, doctora en Ciencias, deja su
profesión por su pasión, desde hace más de seis años
junto con otras personas deciden trabajar la naturaleza
para poder proporcionarnos alternativas naturales.
Entrar al mundo de Eloína fue mágico: conocer las
hierbas, saber cuál es su función, cómo pueden
emplearse, cómo pueden influir en nuestros estados de
ánimo.
La melancolía, la tristeza, la aflicción, el
desencanto, el desamor, qué hacer para mitigar aquello
que nos produce angustia, dolor, depresión. Ella me
contó para qué sirven y de qué manera se utiliza las
hierbas, la próxima vez seguro les daré remedios. Y
así podremos ser mejores brujas.
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