Los valores
empresariales
Cuando ya todo
estaba perdido y el periódico local El çngel de
Puebla, mejor conocido como el AL, había
cerrado, el periodista Germán Benítez, ex
directivo editorial de esa empresa informativa,
acudió a cobrar su liquidación, pero se
encontró una nueva amarga sorpresa: al ver el
monto que se le pagaba por sus años de servicio
halló que se le estaban descontando sin
justificación alguna algo así como siete mil
pesos.
De inmediato, el veterano informador acudió con
los responsables del pago para reclamar.
Tal vez el diálogo fue así:
Germán Benítez: "¡¿Por qué me están
descontando esta cantidad?!"
Responsable del pago: "¿Se acuerda usted
don Germán de aquella vez cuando se le murió un
familiar?"
Germán Benítez: "Sí, lo recuerdo."
Responsable del pago: "¿Y se acuerda usted
que al otro día del deceso apareció una esquela
en nuestro periódico?"
Germán Benítez: "Sí."
Responsable del pago: "Pues esa esquela se
la cobramos, don Germán y su costo le fue
descontado de su liquidación."
Si ese fue el trato que le dieron los dueños del
AL a uno de los empleados más fieles durante el
tiempo que ese diario estuvo en circulación,
¡imagínese usted, querido lector, cuál le
habrán
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concedido al resto de los
laboristas! Sí, los promotores de "la
empresa con compromiso social", quienes
pregonan a diestra y siniestra la búsqueda del
"bien común", el rescate de los
valores de la "persona humana",
"la nueva cultura laboral" y la
reciprocidad en la relación entre patrones y
empleados no han podido cumplir siquiera con los
preceptos mínimos de la Ley Federal del Trabajo.
Eso sí, en la edición de abril de la Gaceta
Soluciones, el medio de difusión oficial de la
Confederación Patronal de la República Mexicana
en Puebla, el presidente de ese organismo,
Herberto Rodríguez Regordosa, amigo de los
dueños del AL -Gerardo Navarro, Fernando Limón,
José Manuel Rodoreda Artasánchez y Jorge Espina
Reyes- publica una editorial para el recuerdo.
Del texto referido reproducimos un párrafo
revelador de la incongruencia empresarial:
"Queda claro que debemos empeñarnos en
construir un nuevo andamiaje de reglas, de leyes
e instituciones. No podemos construir un país
nuevo con las reglas y los viejos vicios de un
régimen que ya pasó a la historia".
Al parecer los amigos de sir Herberto no leyeron
el editorial, pues con sus ex empleados del AL se
han comportado a la más tradicional usanza
priista y aún peor. |
Lo que sucede con los despedidos
del çngel hacen recordar los casos de las
empresas corenas como Kukdong, donde
prácticamente los derechos de los trabajadores
son inexistentes.
Conforme pasan los días se van descubriendo
nuevas triquiñuelas de los dueños del AL: no
sólo no avisaron con tiempo a sus laboristas que
la empresa estaba en riesgo de quiebra, no sólo
se niegan ahora a pagar una liquidación justa y
conforme a derecho, no sólo se ocultan y evaden
responsabilidades. Ahora también se sabe que ni
siquiera estaban al corriente en las cuotas que
tenían que pagar al IMSS para que sus empleados
tuvieran los servicios médicos a los que tienen
derecho.
Lo más grave de este asunto es que la mayoría
de los dueños del AL son o fueron líderes
empresariales, lo que hace suponer que su
desacato a las leyes laborales es una práctica
común en ese sector que tanto gusta darse golpes
de pecho y de ver la paja en el ojo ajeno sin
observar la viga en el propio.
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