Llenó el Auditorio Nacional en su primera
presentación
Creedence, banda viajera que cantó Molina
para los fans del sonido bayou
ARTURO CRUZ BARCENAS
Creedence en el revival, en un concierto -anteayer,
por dos horas y media- en el Auditorio Nacional, lleno de seguidores del
sonido bayou que en México encontró desde los 60 y
70 -del siglo pasado- terreno fértil en barrios, calles proletarias,
donde las emisiones diarias de una hora se hicieron costumbre de oír
a las 10 de la mañana y a las 6 de la tarde por Radio Capital.
Los
Creedence hoy son memorables. Su primer nombre fue Blue Velvets y su lugar
de origen fue El Cerrito, California, en 1959. Estaba formado por John
Fogerty, el líder y guitarrista; su íntimo amigo Doug Cliford,
llamado Cosmo por su afición a la investigación científica,
baterista, y Stu Cook, en el piano. Faltaba la voz, y llamaron al hermano
de John, Tom Fogerty.
Así surgió Tommy Fogerty and the Blue Velvets,
nombre que no duró mucho. Luego se llamaron Visions, por una semana,
pero ya había otra agrupación denominada The Visions. Tom
se pasó a la guitarra y Stu al bajo. Se contratan con Fantasy Records
y se nombran Golliwods, indefinible y feo.
Cuatro años después adoptan el que los sigue
desde entonces, Creedence Clearwater Revival que tampoco nadie ha podido
descifrar, ni los especialistas en México, pero tan propio de los
años 60. El sonido se ha definido como swamp rock; es decir, música
de los pantanos, que no es tal. Lo cierto es que se alimentaron musicalmente
de raíces del rock y del blues, con artistas como Bo Diddley, Jerry
Lee Lewis, Carl Perkins, Elvis Presley, Bill Haley, Little Richard, Fast
Domino, Roy Orbinson y otros, sin faltar Muddy Waters.
En 1968 lanzaron su primer álbum, de título
homónimo, con el sencillo Suzy Q, tema que tocaron la noche
del martes en el Auditorio Nacional. Luego llegaron los discos Green
River, en 1969, nombre de uno de sus clásicos, de los más
aplaudidos por quienes los han seguido desde chavos.
Ganaron discos de platino, de oro, y sorprendieron en
el Festival de Woodstock. En 1972 ya habían dado al mundo un acervo.
Ese año se desintegran y John Fogerty inició su carrera como
solista. Tom murió el 9 de junio de 1990, a los 48 años.
Revisited
Cosmo, sobre todo, ha mantenido en la escena al
grupo, con el nombre de Creedence Clearwater Revisited. A muchos no les
agrada la idea, pues consideran que Tom -y John- era el alma. No obstante,
por el cariño de muchos mexicanos el conjunto está vigente,
como se demostró la noche del martes.
Iniciaron con Nacido en Bayou, en medio de gritos
y alaridos. La manera de bailar de los 70 revivió y algunos sólo
movían la cabeza, siguiendo el ritmo. Algunas parejas se abrazaron,
muchas eran jóvenes cuando los Creedence estaban en boga.
La música forma parte de la vida. Varios cantaron
¿Has visto alguna vez la lluvia?, otros Proud Mary, de
la que algunos chavos de hoy dijeron: "Esa la he oído". Suzy
Q les mostró que lo pesado bien tocado no tiene por qué
desafinar o ser gratuitamente estruendoso.
Conmotion, que habla del difícil tránsito
en la ciudad, que hace retroceder e irse por la free way. Muy a
lo gringo.
Interpretaron Banda viajera, la híper rápida
que gustaba a los obreros textiles de Naucalpan. "¿Qué dice?"
"No sé, pero está chingona." Las solicitudes; cada quien
quiere oír la suya, pero el consenso se inclina por Molina.
"¿Colina?", expresa una joven reportera que no había nacido
"cuando los crídens". "Yo mejor espero que salga la nota
de agencia para hacer mi nota."
Y así, los Revisited hacen como que se van. Regresarán
tres veces. En la última complacerán a los exigentes. Va
Molina. "¿Es para alguien de apellido Molina?". "Molina,
where you goin' to?/ She"s daughter to the mayor./ Messin' with the sheriff."
Son tantos sus éxitos que a la salida algunos dijeron:
"Estuvo bien, pero faltaron..."