Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 2 de mayo de 2002
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Política

PRIMERO DE MAYO

''šQue se vaya Abascal!'', consigna que se multiplicó durante la concentración

Rechazan sindicatos independientes cualquier modificación a la Ley Federal del Trabajo

El CT realizó un acto gris en el Zócalo y luego sus líderes acudieron a Los Pinos

ROSA ELVIRA VARGAS

Eran muchos y se veían contentos. El sol intenso no les restó combatividad ni enjundia. ''šQue se vaya Abascal!'', repetían en cientos de mantas, tantas como aquellas otras en las que prevenían, rechazaban, repudiaban cualquier intento de contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo. Son milagros -por usar términos familiares al funcionario federal- de este gobierno: lograr la unidad del sindicalismo independiente.

Y eran decenas de miles. Para nadie inadvertidos en su fuerza, presencia y determinación.

Todos con demandas muy específicas, según su empleo: ''Señores Fox y Castañeda, el Himno mexicano no se canta en inglés''.

Y en contraste, en el mismo escenario, otra muy distinta fue la forma de celebrar el Primero de Mayo, apenas unas horas antes. El Congreso del Trabajo, que tan ofendido se manifestó el año pasado porque el presidente Vicente Fox no lo acompañó en su concentración en el Zócalo, no tuvo en su apretada tarima principal a nadie del gobierno y sí, en cambio, se presentó diligente a la ceremonia de Los Pinos para escuchar las cifras oficiales del avance y los logros oficiales.

marcha_trabajo_m01dEn menos de media hora, el CT despachó su desangelada concentración en tempranera cita en la Plaza de la Constitución, ya sin asomo esta vez de las reclamantes y furibundas consignas de hace un año, donde en algunas hasta se pedía la renuncia del propio presidente Fox. No son tiempos -pensarían algunos de los líderes- de acercarse demasiado al fuego.

Y para demostrarlo ahí estaba Carlos Romero Deschamps. Recibía saludos y solidaridad de los otros líderes, con los que compartió tribuna, y en cuanto la ceremonia concluyó fue rodeado por decenas de petroleros aglomerados y disputando su cercanía, quién sabe si porque lo quieren y admiran hasta el delirio, o porque de ese modo impedían que el dirigente metido en líos por un presunto fraude con dineros de Pemex respondiera a la prensa.

En cualquier caso, apenas unas pocasprotesta_reforma_m01 frases triunfalistas, las que en el aparente descontrol provocado por sus huestes alcanzó a pronunciar el también diputado federal: ''Los trabajadores petroleros estamos trabajando en armonía y en paz''. Rechazaba además que haya despidos, pero de cómo va la denuncia en su contra, ''no le sabría yo decir'', respondía, mientras era llevado entre remolinos humanos hasta perderse por un costado del Zócalo.

En el otro extremo del gran templete Joel Ayala, el líder de los burócratas, también era asediado, pero por razones muy distintas a la adhesión. Eran los trabajadores del SAT, de Hacienda, que tienen a 23 compañeros detenidos y hay más órdenes de aprehensión, ''por defender la inamovilidad en su empleo''.

Para el líder de la FSTSE, proceder penalmente contra ellos es una medida absurda. ''No somos delincuentes'', dijo. El derecho de inamovilidad está en la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y en las propias condiciones generales de trabajo, ''y si permitimos que golpeen a los de Hacienda, estaríamos permitiendo que lo extiendan a todos'' los burócratas.

En el país trabajan para esa secretaría 14 mil empleados, de acuerdo con su líder, Armando Cervantes.

Pero lo que sí fue irrefutable es que, en esta ocasión, el CT reunió menos gente que el año pasado, cuando no sólo toda la plancha del Zócalo, sino además las amplias zonas de confluencia a la plaza estaban llenas. Ayer, por ejemplo, acceder hasta el área donde se instaló el templete -dando la espalda a Palacio Nacional- era facilísimo. Y las mantas disminuyeron en combatividad y número. Pero hubo una que molestó a muchos, incluso militantes del sindicalismo oficial, que pendía solitaria de la fachada del Hotel de la Ciudad de México: ''Fox con México; los ferrocarrileros estamos con Fox''.

De ese modo, y fuera de una rechifla sonora que dedicaron trabajadores -sobre todo de la CROM- a Leonardo Rodríguez Alcaine, la nula presencia de siglas del PRI y sus dirigentes, y el detalle de un líder al que se le salió del bolsillo un grueso fajo de billetes, que luego recogió una señora y sencillamente se lo guardó (todo observado por un camarógrafo de Televisa), nada más hubo de sobresaliente en ese apresurado acto.

Luego comenzó el arribo de los contingentes de la UNT y del Frente Sindical Mexicano. Era el otro desfile.

Telefonistas, electricistas, trabajadores universitarios, académicos, de las industrias embotelladora, cinematográfica, del Seguro Social, del INBA, del gobierno capitalino, tranviarios... Una procedencia variopinta, original y lúdica empezó a desfilar cuando ya el Sol pegaba fuerte.

Y pasaban felices ellas, las sobrecargos, y bien plantados en su uniforme los pilotos (los de Aviacsa se presentaron con un avión de cartón con fauces de tiburón y detrás un piloto del mismo material, sacrificado). En contingentes intercalados marchaban los telefonistas y sus gigantescas mantas para repudiar lo mismo la viprotesta_zocalo_m01kvolencia y crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez que los intentos por detener el desarrollo de las telecomunicaciones mexicanas.

Otros del mismo gremio cantaban algo contra el gabinete presidencial y luego la disidencia dedicaba otro gran cartel: ''Hernández Juárez, deja de pensar como empresario y resuelve las demandas de los trabajadores. Acuérdate cuando estabas jodido''.

Y no se detenían -iban juntos- los que ayer depusieron siglas para llevar la voz de quienes están perdiendo poder adquisitivo, o de plano ya hasta se quedaron sin sustento, como los trabajadores de Dina, en Hidalgo, quienes advirtieron que ''si para el 24 de mayo no nos cumplen el convenio de liquidación que firmamos con la Secretaría del Trabajo, vendremos a paralizar la ciudad de México''.

También este año, los creativos trabajadores de la Sedeso elaboraron monigotes gigantescos. Uno muy identificable y mefistofélico era Vicente Fox.

Cumplían su acuerdo de no ir a Los Pinos (y dejar sin sobresaltos y molestias la celebración oficial), pero también daban la bienvenida a quienes todavía el año pasado marcharon con el sindicalismo oficial, como algunos contingentes de la banca de desarrollo, la COR y trabajadores del Metro.

Cuando ya concluía su intervención Rosendo Flores, el líder del SME, y con ello el mitin, arribaban por la avenida Madero los campesinos de Atenco, con machetes y banderas de México. Sus autobuses, explicaron después, fueron detenidos en dos ocasiones por la policía. Primero, en las inmediaciones de la cancillería, y más tarde a la altura de Reforma e Hidalgo, donde incluso hubo empellones y alguno de los uniformados llegó a desenfundar su pistola.

No pasó a mayores y los ejidatarios se incorporaron al mitin que trabajadores de la educación y organizaciones sociales realizaban en uno de los extremos de la plaza. Sin embargo, la presencia en su contingente de una docena de irlandeses (con el rostro cubierto), que vinieron a solidarizarse con los de Atenco, concitó la curiosidad excesiva de algunos medios electrónicos, interesados, más que en preguntarles, en reclamarles por qué como extranjeros hacen política en México.

Y al final, como una hora después, llegaba el Movimiento Proletario Independiente (MPI).

Para esa hora, en la residencia oficial de Los Pinos se realizaba el acto oficial para conmemorar el Día del Trabajo. Dicen que fue soporífero.

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