INFANCIA
España
Sacerdote gay deja su ministerio
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 29 de abril. El cura Don Eladio, párroco de la iglesia de El Salvador, anunció su retiro de la vida eclesial después de conocerse públicamente su homosexualidad.
Eladio Ocaña fue víctima de una venganza de su ex amante, quien difundió entre los habitantes del pequeño pueblo andaluz de Nerja un video en el que se muestra a la pareja sosteniendo relaciones sexuales, lo que motivó el retiro fulminante del cura a "rezar a un monasterio".
Se trata del segundo caso, en menos de dos meses, que evidencia la práctica cotidiana de la homosexualidad en una parte de la Iglesia católica española, como denunció José Mantero antes de ser despojado de "todas sus licencias ministeriales", al convertirse en el primer sacerdote español en reivindicar la compatibilidad entre el sacerdocio y la homosexualidad.
El cura Don Eladio, como le llaman en el pueblo, tiene 43 años y ofició misa por última vez el pasado domingo 21 de abril.
Los superiores de Ocaña, en concreto el obispo de Málaga, Antonio Soto, dice "acompañarle" en estos momentos difíciles, sobre todo tras haber reconocido que ha mantenido una "conducta moralmente irregular"; incluso, el prelado dijo que podría "continuar ejerciendo como sacerdote".
Venganza por despecho
Eladio Ocaña llevaba una vida discreta en Nerja, donde desde hace dos años fungía como párroco de una de las iglesias del pueblo andaluz. Era un sacerdote fiel al protocolo y al dogma de su religión, pero en un pueblo a poco más de 20 kilómetros, Fuengirola, el sacerdote tenía un amante que, despechado por la ruptura de la relación, decidió poner en evidencia la doble vida del religioso.
Las cintas de video pasaron de mano en mano por los vecinos del pueblo, incluso fueron presentadas, sin emitirse, en un programa de la televisión local, que se hizo eco del tema de conversación de los habitantes del pueblo, que siempre han manifestado su apoyo al cura, sea o no gay.
El caso de cura Don Eladio recordó el debate abierto por Mantero sobre la compatibilidad del sacerdocio y la homosexualidad, pero también sobre la "homofobia de Roma" ante esta elección sexual y la conveniencia de hacer del celibato un dogma a cumplir en el ejército parroquial del Vaticano.