Estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
Hay más niños maltratados que delincuentes
Distorsionada, la información que ofrecen medios sobre delincuencia juvenil: investigadora
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
En la estadística criminal de la ciudad de México la situación de los menores refiere que son más víctimas que aquellos que son detenidos por estar involucrados con algunas bandas delictivas: mientras que el Albergue Temporal de la Procuraduría de Justicia capitalina atendió en el primer trimestre alrededor de 150 menores, desde recién nacidos hasta de 12 años de edad en situación de maltrato, abandono, violencia familiar, entre otras, la Policía Judicial detuvo en el mismo periodo a 94 menores por la comisión de algún hecho ilícito.
María Lidia Anaya Castellanos, directora del albergue, refiere que la principal causa de ingreso de los menores a la institución es como víctimas de maltrato (26 por ciento). Le siguen aquellos que son abandonados (22 por ciento); por descuido, cuando los padres no se hacen cargo de las necesidades básicas de sus hijos (8 por ciento); por extravío y conflictos familiares (6 por ciento) y el resto por otras diferentes causas.
Actualmente en el albergue, con capacidad para 90 menores, se encuentran 52 niños y niñas, quienes deberían permanecer en ese lugar por lo menos tres meses mientras se resuelve su situación.
De éstos, la tercera parte podría reincorporarse al núcleo familiar de un pariente cercano, tíos o abuelos, el resto tendrá que irse a alguna casa hogar pública o privada donde algunos de ellos esperarán más tiempo a que alguien de su familia asuma su tutela. En el mismo periodo, de enero a marzo, la Policía Judicial detuvo a 94 menores: 90 varones y cuatro mujeres, que se habían incorporado a la delincuencia, cifra que representa alrededor de 94 por ciento del total de integrantes de bandas delictivas que detuvo la corporación.
Contra la intención de algunos sectores de la sociedad, que se han manifestado a favor de reducir la edad penal, la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), Elena Azaola, advierte que estos aprovechan la alarma que hacen algunos medios de comunicación cuando ocurre un delito en los que participan adolescentes. Sin embargo, esa información relacionada con el incremento de la criminalidad entre los jóvenes y adolescentes nunca va acompañada de las condiciones sociales en las que se encuentran.
Así por ejemplo, no mencionan que solamente 17 por ciento de los jóvenes tiene acceso a la información y que 24 por ciento de los menores de 16 a 18 años no tienen la oportunidad de trabajar ni de estudiar. En el caso de los menores que son víctimas, ya sea de violencia familiar, abandono o que provienen de familias conflictivas, refiere Anaya Castellanos, la PGJDF cuenta con otras tareas en la Subprocuraduría de Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad, que cuenta con la infraestructura para atender no sólo a los menores, sino también a las familias. Por ejemplo, el Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales proporciona atención psicológica especializada para manejar el estrés postraumático de los menores que fueron víctimas de violencia sexual, además se brinda apoyo psicoterapéutico a los familiares de los menores para ayudarlos a controlar los sentimientos que se generan a partir de que el menor es víctima de violación.
La funcionaria explicó que el albergue cuenta con cinco áreas: trabajo social, "que es como nuestra puerta de entrada a otras instituciones, como hospitales; el registro civil, que además los lleva a comparecer en las audiencias en los juzgados"; el área de psicología, que da terapias grupales e individuales "para tratar de sanar la herida que traen los niños", y que de entrada es la que se inicia el proceso de adaptación del menor, señalándole que su situación, su estancia en el albergue, sólo es temporal.
Cuenta también con un área de nutrición y otra médica que además brinda atención dental a los menores, así como un área pedagógica en la que se trata de mantener el nivel académico de los niños mientras permanecen en la institución.