lunes 29 de abril de
2002 |
n Una concentración masiva demostró que la vitalidad del lugar trasciende planes de gobierno |
Miles dieron ayer sus nombres para adoptar a los árboles del zócalo |
Martín Hernández Alcántara n |
Como si hubiera querido definir de una vez por todas la polémica de que ha sido objeto en los últimos días, el zócalo de Puebla dio ayer una prueba irrefutable de su carácter de plaza pública principal, cuando miles, poblanos y turistas, se congregaron allí con el único fin de relajarse. Una evidencia simple, contundente y tangible de que la importancia del sitio rebasa por mucho los proyectos de gobierno y las discusiones ideológicas que se suscitan. |
Entre la masa
popular y los templetes y escenarios montados para dos
eventos de esparcimiento convocados por el gobierno
estatal y comunal, sobresalieron tal vez más que nunca
los árboles: 148 troncos decorados con listones rojos y
2 mil 227 certificados de adopción con nombres y
apellidos de niños, adultos, ancianos, familias, scouts,
activistas, académicos, líderes sociales, periodistas y
hasta políticos que se comprometieron a defender los
grandes y vetustos vegetales -que oxigenan a las
principales calles del Centro Histórico de Puebla- del
daño que pretende inferirle el ayuntamiento con su
proyecto de estacionamiento subterráneo. La idea de proteger los árboles de manera tan peculiar la originaron el Colectivo de Mujeres por la Democracia y el antropólogo Julio Glockner. Las integrantes del primero pensaron que la mejor vía para cuidar a los troncos era involucrando directamente a la ciudadanía y por eso elaboraron un documento para que los nombres y patronímicos de gente real sirvieran como escudo simbólico. El segundo planteó el uso del listón colorado emulando la costumbre que se tiene en los pueblos rurales para resguardar del "mal de ojo" a las plantas y los animales. La ocasión para llevar a cabo la fiesta no pudo ser más propicia, pues fortuitamente coincidieron ayer tres asuntos que provocaron una buena afluencia de personas a la plaza de armas. A las 13:00 horas, en la parte norte dio inicio un concierto de la Orquesta Sinfónica de Puebla y dos horas más tarde, en el extremo opuesto, comenzó un festival para los infantes, organizado por el DIF municipal. Durante esos momentos arribó en una docena de camiones un enorme contingente de turistas que aprovechó los pasillos, las bancas, los jardines y hasta las casetas de teléfonos para improvisar comedores donde casi todos degustaron tortas compuestas y agua de sabores. El zócalo demostraba así, con sobrada razón, su vitalidad a los funcionarios de la presidencia municipal. Pero el caudal de vida que se vio ayer nada o poco tenía que ver con la que le quieren fabricar las autoridades, esa que se basa exclusivamente en criterios comerciales. Los visitantes, los dueños genuinos de la plaza, eran en su mayoría personas de clase popular, humildes casi todos que acudieron a disfrutar eventos gratuitos y cuyas compras no se realizaron precisamente en las tiendas o restaurantes que el alcalde panista Luis Paredes Moctezuma quiere ayudar, sino en puestos rodantes de esquites, de nieves, de aguas frescas. Gente que gastó su dinero comprándole un globo o un juguete barato a sus hijos y que, en algunos casos, se dio el lujo de lustrarse los zapatos. Esa gente sencilla, obreros, burócratas, sirvientas, asalariados, amas de casa, inmigrantes del campo, retirados y niños, tal vez no sabía que ayer el Colectivo de Mujeres por la Democracia y los demás que se oponen, a un megaproyecto que tiene visos de capricho mesiánico para ganar la historia participarían en una manifestación simbólica de resistencia. Pero esa gente fue la que acogió con mayor agrado la invitación a proteger el lugar, su lugar, en el que cada domingo se olvidan por un momento las penas de la vida, especialmente las de la injusticia social y económica. Por eso prestaron sus nombres y apellidos En la cruzada de ayer por la defensa de los árboles estuvieron también presentes Voz y Fuerza Ciudadana, organización no gubernamental que realizó una breve marcha por las avenidas que circundan al zócalo, después un mitin en el que se comparó a Paredes Moctezuma con el presidente de la república Vicente Fox Quesada y se criticó la política exterior de éste último, a grado tal de exigir la renuncia del canciller Jorge G. Castañeda. También se apersonaron los miembros del Consejo Nacional Ciudadano por el Desarrollo Social, que dice haber recabado en tan sólo dos semanas y media más de 40 mil rúbricas contra el pretendido aparcamiento bajo tierra. Y aunque los servidores públicos de alta jerarquía en la alcaldía ayer estaban más interesados en el desarrollo de la elección de regidores en las 17 juntas auxiliares, no perdieron la oportunidad de echarle un ojo a la masiva congregación que tenía la plaza. Poco antes del medio día, afuera del Palacio Municipal, el director de Comunicación Social del ayuntamiento, Alberto Pérez Peña, observaba el espectáculo recargado sobre el toldo de un automóvil. Escuchó las consignas contra la administración en la que trabaja y pudo apreciar cómo poco a poco los troncos se iban llenando con los nombres y apellidos de personas a las que su jefe inmediato ha llamado "mentes pequeñas". |