El sacerdocio, sin cabida para quien abusa de jóvenes, expone ante curas de EU
Cero tolerancia con pederastas, propone el Papa
El cardenal de Chicago: hay diferencia entre violar a un niño y acariciar a una adolescente
AFP
Ciudad del Vaticano, 23 de abril. El papa Juan Pablo II intervino este martes en el problema de la pederastia dentro de la Iglesia y propuso el principio de "tolerancia cero" contra los abusos sexuales, al afirmar que "no hay cabida" en el sacerdocio para aquellos que podrían hacer daño a los jóvenes.
La propuesta fue hecha ante la jerarquía de la Iglesia de Estados Unidos, reunida desde este martes por dos días en el Vaticano, a pedido del pontífice, para analizar la crisis provocada por los escándalos sexuales sin precedente que involucran a muchos sacerdotes estadunidenses.
Para el Papa, esos sacerdotes no sólo cometieron crímenes, según la sociedad civil, sino también "un terrible pecado ante los ojos de Dios".
La mayoría de los cardenales y obispos del mundo, y la opinión pública, reclaman firmeza contra los culpables y que se aplique el principio de "tolerancia cero", es decir, que una falta sea suficiente para suspenderles.
"La gente debe saber que no hay cabida en el sacerdocio ni dentro de la vida religiosa para aquellos que podrían hacer daño a los jóvenes", afirmó el pontífice.
La declaración del Papa fue interpretada de varias maneras por la jerarquía de la Iglesia estadunidense.
Para algunos se trata del anuncio de la aplicación del principio de "tolerancia cero", mientras que para otros, como el cardenal Anthony Revilacqua, de Filadelfia, debe ser "estudiada".
Según el purpurado de Chicago Francis E. George y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Wilton Gregory, la propuesta "debe ser interpretada".
"No estoy seguro de que el Papa se refiera con ello a la tolerancia cero. Tampoco estoy seguro de que haya un consenso sobre ello entre los prelados que están aún en Roma", afirmó George durante una charla con la prensa en la sede del Colegio Americano, en Roma.
Para el cardenal de Chicago hay una diferencia entre la "monstruosidad moral" cometida por el sacerdote John Geoghan, quien fue denunciado por abuso sexual de menores 130 veces en 10 años, y un sacerdote que "tras unas copas de más acaricia a una jovencita de 17 años".
"Los dos son crímenes para la sociedad civil, pero son diferentes", dijo el prelado, quien aseguró que "aún no hemos llegado a una conclusión".
El Papa, que en su discurso analizó los errores cometidos por la Iglesia estadunidense en esa situación "por una falta de conocimiento general de la naturaleza del problema", invitó a la cúpula de esos obispos a establecer criterios claros. "Ahora trabajan en establecer nuevos criterios, para asegurar que tales errores no se cometan", dijo en su discurso.
El jefe de la Iglesia católica pidió a los purpurados que no olviden "la fuerza de la conversión cristiana (...) capaz de lograr cambios extraordinarios".
Para muchos expertos, el Papa pretendió con esas palabras señalar que el hecho de expulsarlos del sacerdocio no les impide formar parte de la Iglesia católica, tras un verdadero arrepentimiento.
El pontífice se definió "profundamente afligido" por el hecho de que sacerdotes y religiosos, "cuya vocación es la de ayudar a las personas a vivir una vida santa, hayan causado tanto sufrimiento y escándalo a los jóvenes".
Consideró que "este proceso aportará una purificación al conjunto de la comunidad católica" que la Iglesia "necesita con urgencia si quiere trasmitir eficazmente el Evangelio de Jesucristo con toda su fuerza liberadora".
El problema de la homosexualidad entre los religiosos fue abordado también durante la primera reunión de trabajo celebrada en el Vaticano con el papa Juan Pablo II y los cardenales de Estados Unidos y la curia romana.
"La lucha continúa. Es importante que se combata para que los seminarios y los noviciados no sean dominados por homosexuales", afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, Wilton Daniel Gregory. El tema del celibato también fue discutido "no para ponerlo en cuestión, sino para reforzarlo".
Trece cardenales estadunidenses, el presidente, el vicepresidente y el secretario de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, junto con siete cardenales de la curia (el gobierno) vaticana y un experto en derecho canónico participan en las reuniones, que concluirán el miércoles.