El escritor recibió el galardón en el Día Mundial de la Lectura y el Derecho de Autor
Cervantes revela con lucidez nuestro precario paso por la Tierra: Mutis
''Difícil, hallar en las letras de Occidente un destino más adverso y sembrado de injusticias''
Humanista siempre dispuesto a romper una lanza por la libertad, pondera el rey Juan Carlos
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 23 de abril. El escritor colombiano Alvaro Mutis recibió hoy en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el Premio Cervantes de Literatura 2001, uno de los galardones más prestigiosos en lengua española. El novelista y poeta elogió al autor de El Quijote, quien a pesar de una ''desventurada trayectoria vital" logró con su obra ''mostrar con lúcida evidencia nuestro precario paso por la Tierra".
Mutis se convirtió hoy, a sus 78 años y con una carrera literaria que se remonta a finales de los años 40, en uno de los 27 escritores iberoamericanos que forman el selecto grupo de los reconocidos con el Premio Cervantes, entre ellos Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes y María Zambrano.
Novela fundacional
La importancia de ese premio para Mutis tiene dos raíces: su veneración desde niño a la fantasía y lucidez desplegada en la obra de Cervantes y los vínculos familiares que mantiene el escritor con España, tierra que ha estado presente en su vida a través del arte, de la historia o de la literatura.
En un breve discurso, sólo equiparable al que pronunció Borges en su día, Mutis y Maqroll el Gaviero -su alter ego literario- dialogaron con el propio Cervantes en el paraninfo universitario, recinto que cada 23 de abril, Día Mundial de la Lectura y el Derecho de autor, se convierte en un festín de la escritura y en el que se recuerda el aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616).
Ante el jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, escritores y académicos de la lengua, Mutis confesó sentir ''veneración" por Miguel de Cervantes, pues ''es difícil encontrar en todas las letras de Occidente un destino más adverso y sembrado de injusticias" que el del autor de El Quijote, obra cumbre y ''fundacional" de nuestra literatura.
La ceremonia la abrió el director general del Libro, Fernando de Lanzas, quien en su calidad de secretario del jurado del Premio Cervantes dio lectura al acta sobre la concesión del galardón a Mutis, colombiano residente en México.
El galardón, dijo Mutis, ''me ha despertado las más antiguas y entrañables vetas de mi conciencia", tanto por lo que ha supuesto a título personal como porque ha incrementado su ''veneración indeclinable" hacia Cervantes. ''Creo que es difícil encontrar en la historia de las letras de Occidente un destino más adverso, más sembrado de injusticias, olvidos y amargos altibajos, que el que debió padecer el entrañable autor de una obra literaria incomparable y luminosa", expresó el galardonado con la voz quebrada por la emoción.
Personaje sin sosiego
Mutis comenzó su periplo literario muy joven, cuando publicó en Bogotá su primer poemario, La balanza (1948), en el que según confesó el propio autor ya estaba presente Maqroll el Gaviero, personaje de ficción que se convirtió en el protagonista de las vicisitudes de su obra narrativa y poética: Los elementos del desastre, Ilona llega con la lluvia, Caravansary y Summa de Maqroll el Gaviero, entre otros.
Mutis resaltó que ''Cervantes no tuvo un momento de sosiego, sufrió las injusticias más crueles, los ataques de sus contemporá-neos y los problemas familiares más agobiantes, pero a pesar de todo eso o quizá por ello fue capaz de levantar una obra insuperable", que además lo acompañó en los largos viajes a ultramar que emprendió desde niño, quizá el origen de sus aventuras literarias en ultramar, que evoca a través de Maqroll, ''personaje con características quijotescas o, más bien, al que le suceden cosas similares a las del caballero andante pero, al contrario que él, no es nada idealista".
Cuando Mutis se acerca a cualquier obra de Cervantes lo hace siempre con ''el mismo acongojado sentimiento de compasión y asombro", ya sea al volver a recorrer las páginas de El Quijote" o las de las Novelas ejemplares, los Entremeses o las de Los trabajos de Persiles y Sigismunda.
''Me intriga, y así será hasta el fin de mis días, que este hombre que he llegado a querer con afecto, que me atrevo a llamar familiar, haya logrado una obra en la que el genio está presente en cada línea para mostrar, con lúcida evidencia, nuestro precario paso sobre la Tierra", afirmó un elocuente Mutis, quien aprovechó el acto solemne para leer un soneto de Borges que en realidad es ''un retrato absoluto" de Cervantes.
Sobre su alter ego literario y compañero de viaje, Mutis explicó que ''Maqroll es un hombre apegado a la realidad, que deja que pase el curso de la vida sin tratar de mejorarlo ni de cambiarlo. Su frase preferida es: Deja las cosas como están y vamos adelante, algo que cumple siempre desde la aceptación, sin esperar recompensas ni paraísos. En parte la forma de estar en el mundo de Maqroll es también la mía."
Buscador del oro de la palabra
El poeta y novelista colombiano también exaltó uno de sus motores literarios, la autocrítica: ''El rigor de una autocrítica implacable y la angustia de no haber alcanzado la plenitud y claridad de lo que he querido decir. Como jamás he vivido de mi vocación literaria y me he ganado el pan en oficios muy distantes de las letras, he tenido siempre la sensación de que mi obra caminaba desamparada por sendas ajenas a mi diaria rutina".
Para finalizar su breve discurso, el Premio Cervantes 2001 evocó su árbol genealógico al señalar que ''los españoles, las letras y las artes, la historia de esta nación, conforman las circunstancias de mi existencia, la materia siempre esencial de mis sueños y el apoyo que me rescata en los días de angustia y desconcierto".
El rey Juan Carlos, acompañado por la ministra de Cultura Pilar del Castillo, dijo que Mutis ''es un humanista siempre dispuesto a romper una lanza por la dignidad y la libertad de los hombres, que son conquistas siempre frágiles a las que hay que defender frente a la sinrazón, la violencia y la ausencia de valores".
Del Castillo exaltó, por su parte, que Mutis ''ha conseguido ser el narrador y el héroe, Ulises y Homero, como un alquimista que busca siempre el oro de la palabra". Por eso y porque ''toda la obra es una gran novela bizantina", se le concedió el Premio Cervantes 2001.