MEXICO-CUBA
Pese al impacto de las revelaciones, los partidos
se concretaron a fijar posturas
Evitaron legisladores el esperado debate en el Congreso
sobre el diálogo entre Fox y Castro
Ante el pleno, senadores de PRD y PVEM expresaron indignación
"al comprobar que el Presidente mintió al pueblo"
ANDREA BECERRIL
El esperado debate en el Senado de la República
a raíz de la difusión que el comandante Fidel Castro hizo
de la conversación privada con Vicente Fox no se dio. Diego Fernández
de Cevallos logró convencer a los priístas de no meter más
ruido a la polémica, a tal grado que las declaraciones de legisladores
como Enrique Jackson, Oscar Cantón o Jesús Ortega contrastaron
con las tibias intervenciones en tribuna de sus compañeros..
Por ello, pese al impacto que causaron las revelaciones
del presidente cubano, los partidos se concretaron a fijar posturas, sólo
dos perredistas trataron de abrir la discusión sin éxito
e incluso los plan-teamientos más fuertes ante el pleno provinieron
de las senadoras del Verde Ecologista, Gloria Lavara y Sara Castellanos,
las que expresaron indignación "al comprobarse que el Presidente
mintió al pueblo de México".
A nombre del PRI, Silvia Hernández resaltó
que Fox tiene la oportunidad de corregir errores y reconocer que el país
"no puede conducirse ocultando la verdad". Expresó también
la "disposición completa" del Revolucionario Institucional de dialogar
con el Presidente para rencauzar la política exterior.
La intervención de Silvia Hernández causó
sorpresa entre buena parte de los integrantes de su bancada, porque su
discurso se alejó en mucho de la postura que la fracción
tricolor había convenido horas antes, durante una reunión
previa, en la que acordó reconvenir a Fox por sus "mentiras", resaltar
la sumisión hacia Estados Unidos y el viraje en la política
exterior que tiene al borde de la ruptura la relación con Cuba.
Sin embargo, Hernández matizó sus planteamientos.
Reiteró, "por el bien de México, la exigencia de que el Congreso
de la Unión cuente con información oportuna y suficiente
en materia de política exterior en un momento tan delicado para
la vida del país".
Exigen reunión urgente
La fracción del PRD, en voz de Armando Chavarría,
consideró urgente una reunión del presidente Fox con los
senadores. Criticó el hecho de que el Fidel Castro hubiera grabado,
sin autorización, la plática con el Presidente mexicano,
pero reconoció que evidencia que "la información vertida
por el mandatario mexicano y su secretario de Relaciones Exteriores ha
faltado a la verdad, al pueblo de México y al Congreso, respecto
de los acontecimientos que en fechas recientes han puesto en conflicto
las relaciones entre México y Cuba".
Chavarría agregó que el problema fundamental
que hoy tiene el país es cómo recuperar la credibilidad internacional,
lo que debe ser una tarea de Estado, porque el haber llegado al borde de
la ruptura con la isla es consecuencia de "una pésima operación
de la coyuntura internacional, de falta de tacto extraordinaria del Ejecutivo
federal respecto a sus tareas diplomáticas".
El perredista expresó luego confianza en que Fox
"responda favorablemente a este exhorto de colaboración entre el
Poder Legislativo y el Ejecutivo", y propuso tres medidas inmediatas: la
convocatoria a una reunión interparlamentaria México-Cuba;
el encuentro del Presidente con los senadores, e iniciar a la brevedad
los trabajos de la mesa de la reforma del Estado, que determinen las bases
de la nueva estructura para el diseño y la conducción de
la política exterior.
Luego vino la coordinadora de los senadores del Partido
Verde Ecologista de México (PVEM), Gloria Lavara Mejía, para
asentar que el debate es por la pérdida de credibilidad del gobierno
de Fox ante la población mexicana y la opinión pública
internacional. "Queda claro que nos mintieron, nos engañaron, traicionaron
nuestra confianza y falsearon la información".
En contraste con lo mesurado de las expresiones en tribuna
del PRI y del PRD, Lavara resaltó la "inmadurez política
que reflejan las acciones del canciller Castañeda, que no es capaz
de manejar los diversos escenarios de la política internacional".
Pidió incluso que se sancione al titular de Relaciones Exteriores
por mentir, pues negó públicamente que se hubiera presionado
a Castro para abandonar la Cumbre de Monterrey.
El senador blanquiazul, Jorge Zermeño, fue
a tribuna para repetir la postura que la directiva de Acción Nacional
había ya marcado el lunes por la noche. Repitió incluso frases
que Fernández de Cevallos había formulado en una entrevista
previa.
Alberto Anaya, coordinador petista en San Lázaro,
acusó al gobierno del presidente Fox de actuar conforme a los designios
de George Bush. "¡Esa es la verdadera situación de fondo!
Es preocupante, porque nuestro gobierno se presta como instrumento de los
intereses de los estadunidenses. No hay justificación para que la
política deliberada de Fox continúe. No hay motivo justificado
para que el deterioro de las relaciones entre México y Cuba se mantenga,
con la intención de complacer y darle gusto al presidente Bush para
que México rompa relaciones."
Queremos decirle al presidente Fox, dijo Anaya, "que ante
el coloso del norte, en materia de dignidad y soberanía nacional,
siempre de pie, nunca de rodillas".
Por el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), Enrique Herrera y Bruquetas manifestó que la revelación
de la plática entre Fox y Castro "exhibe de manera nítida
el fracaso de la política internacional de este gobierno. Se trata
del mayor desprestigio que haya vivido la política internacional
de nuestro país, antaño motivo de orgullo nacional".
Para el representante del partido del sol azteca, la línea
diplomática que se ha trazado la administración de Vicente
Fox le resta credibilidad y respeto, fuerza, autonomía y capacidad
de negociación. "Vicente Fox debe una explicación y se la
exigimos públicamente, dado que la tibia respuesta de su vocero
es a todas luces insuficiente, porque ni se refiere al asunto central ni
manifiesta claramente una postura. El Presidente debe retractarse y reconocer
que mintió. Todos nos preguntamos: ¿por qué no salió
a dar la cara en cadena nacional, como sí lo hizo para atacar a
la oposición?"
Tocó el turno a Felipe Calderón Hinojosa,
coordinador parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN). Elevando
el tono de su voz, insistió en que fue el presidente de Cuba, Fidel
Castro, quien mintió al no respetar el acuerdo establecido con su
contraparte.
"Aquí se ha de hablar de compromiso y de palabra.
La palabra la cumplió el presidente Vicente Fox, y Fidel Castro
fue incapaz de sostenerla o de tenerla. Este hecho constituye además
una medida perjudicial para Cuba. Castro se ha empeñado en demostrar
que no se puede confiar en él. Aun con aquellos a quienes llama
amigos, Cuba se está aislando más de lo que está ahora.
Si México no puede conversar con el gobierno de Cuba, ¿con
quién hablará ahora Cuba? ¿Con qué gobierno?"
El líder de la bancada panista no bajó el
tono de su voz, y señaló que la actitud del presidente de
México, al llamar por teléfono a Castro, se circunscribió
al ejercicio diplomático y era su deber, como anfitrión,
lograr que el objetivo se cumpliera a cabalidad y sin sobresaltos.
"El gobierno de Castro cometió un error, si no
es que una acción premeditada, al omitir su aviso oportunamente
de asistencia al evento, y ante la coyuntura desatada por esta respuesta
tardía el presidente Fox buscó la solución diplomática,
la solución posible. Si al presidente Castro le resultaba tan ominosa
la petición que le formuló Fox, respecto de su presencia
en la cumbre de Monterrey, por dignidad no debió haberla aceptado",
enfatizó el panista.
Y la réplica a este último planteamiento
correspondió al legislador del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) Samuel Aguilar Solís, quien demandó que el gobierno
de Vicente Fox se conduzca con apego a la verdad.
"Con la verdad se construye una política exterior
de Estado, con base en nuestros principios constitucionales como un principio
irrenunciable. No con mentiras, como las que hoy sabemos que hizo el Presidente
de la República. Vicente Fox mintió, y eso es innegable y
fundamental para los mexicanos."
Y reprobó las acciones voluntaristas con las que
se conduce en materia de política exterior el gobierno foxista.
"La respuesta a los problemas no puede estar vinculada a hechos circunstanciales
o a enfrentamientos entre posturas individuales", dijo. "Es un terreno
que compete a las instituciones mexicanas, y nosotros sabremos dar el ejemplo
y comportarnos a la altura, con la suficiente entereza para velar por los
principios fundacionales de nuestra nación."
Con la intervención del diputado por Durango culminó
la sesión. Y cuando Felipe Calderón se encaminaba a su oficina,
platicó con algunos reporteros, quienes le preguntaron: diputado,
¿defiende lo indefendible? El coordinador panista se sobrepuso y
replicó: "¡No!, esa es su interpretación".
Para el perredista Emilio Ulloa, el rompimiento de relaciones
de Uruguay con Cuba "es una estrategia de muy alto alcance, porque se da
en el marco del aislamiento a Cuba. Espero que no sea un mal presagio y
no seamos cómplices de ese aislamiento. Es una campaña para
que Estados Unidos cree las condiciones para que se den las condiciones
de Bahía de Cochinos y poder invadir".
La credibilidad del régimen, fondo del problema:
diputados
CIRO PEREZ Y ROBERTO GARDUÑO
La negociación en corto que en el salón
de plenos sostuvieron el PAN y el PRI bajó "presión" al tema
de la crisis diplomática entre México y Cuba. Al coordinador
adjunto del blanquiazul, Alejandro Zapata Perogordo, las cosas le
salieron bien. Con la ayuda de los priístas redujo la demanda de
PRD y PT para iniciar un debate abierto que resultara en punto de acuerdo
para condenar al gobierno de Vicente Fox, a un simple posicionamiento por
bancada, sin posibilidad de réplica y con la recomendación
de no convertir la discusión en un "escándalo".
Al inicio de la sesión, el tema recurrente en los
pasillos y en las curules de los diputados fue el contenido de la conversación
telefónica entre Vicente Fox y Fidel Castro, tema que no estaba
considerado en el orden del día, y que se preveía en algún
momento sería llevado a la tribuna parlamentaria. Para los legisladores
perredistas y priístas el fondo del problema fue que la credibilidad
del mandatario mexicano estaba en duda: "Si mintió sobre la expulsión
de Fidel Castro, imaginen en todo lo que lo ha hecho", coincidieron Martí
Batres, del PRD y Víctor Infante del PRI.
Mientras los perredistas Sergio Acosta y Félix
Salgado Macedonio advertían que si no había acuerdo para
debatir el tema de la conversación telefónica entre los dos
jefes de Estado, "tomaremos por asalto la tribuna, porque lo que escuchamos
es el mayor traspiés de la política exterior de México
en la época contemporánea", en las curules Alejandro Zapata
Perogordo se acercó a Martí Batres, del PRD; a Bernardo de
la Garza, del Verde Ecologista; José Narro, del Partido del Trabajo,
y Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, para proponerles que
el debate fuera acotado, para evitar "escándalos como el de la sesión
anterior", donde su correligionario Eduardo Arnal "denostó" a Salgado
Macedonio llamándole "etílico, con moto norteamericana",
aunque al final el joven panista sacó la peor parte.
Batres Guadarrama sugirió en aquel cónclave
que el debate fuera abierto, postura que secundó el petista José
Narro, pero Zapata insistía en que por el bien del Congreso, lo
mejor sería que cada una de las bancadas emitiera un posicionamiento
y no se abriera la participación al debate. Ramírez Marín,
en nombre de su partido, apoyó esa moción, y a pesar de los
esfuerzos del PRD y del PT, se concluyó que las intervenciones se
circunscribieran a un orador por partido.
Y así fue. Se desactivó la intención
de algunos perredistas de asaltar la tribuna y con la anuencia de
la presidenta de la Mesa Directiva, Beatriz Paredes Rangel, comenzó
la ronda de intervenciones.
El primero fue el independiente Jaime Martínez
Veloz, quien condenó el "indigno" trato que el mandatario mexicano
brindó a su homólogo de la isla caribeña: "Nadie está
obligado a callar un trato humillante y reprobable. Fox reprocha a Fidel
(Castro) el haber revelado la conversación oprobiosa; sin embargo,
Fox carece de cualquier autoridad moral para criticar cuando él
hizo lo mismo a otros (Francisco Labastida) en su campaña presidencial.
Como buenos fariseos, se exige a los cubanos que dejen de intervenir en
asuntos internos que competen a los mexicanos, antes deberíamos
nosotros dejar de intervenir en asuntos extranjeros que no nos competen".
Llamado para remover a Castañeda
José Antonio Calderón Cardoso, del Partido
Alianza Social (PAS), dijo que es momento de analizar objetivamente la
urgencia de cambiar al responsable de la política exterior, porque
"no hay actualmente ninguna razón para postrarse ante Estados Unidos
si tomamos en cuenta la repetida declaración del presidente Fox
de que la economía del país se encuentra sana. Y por otra
parte, no tiene el mandatario que estar escondiendo su falta de legitimidad
ante otro, que por cierto sí la tiene".
Bernardo de la Garza, coordinador del Verde Ecologista,
llamó a los mexicanos a unirse para resolver los problemas nacionales,
pues "es evidente que las acciones del canciller Jorge Castañeda
se han convertido en un obstáculo. El responsable de la política
exterior es un lastre en esa materia. No estamos de acuerdo en el rumbo
que ha tomado, porque lejos de ser de los mexicanos, ahora es la política
del canciller, un hombre que no era siquiera proyecto de la Alianza para
el Cambio".
El coordinador verde, con dureza, demandó
el juicio político contra Jorge Castañeda, "porque no estamos
de acuerdo en los agravios que ha vertido a la República de Cuba;
los ha llamado ardidos, abrió la embajada de nuestro país
en La Habana, los ha maltratado en Monterrey y les ha votado en contra
(en la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de
Ginebra) a pesar de lo que decidió este Congreso. Fox ha reiterado
su intención de convertirse en un puente entre las naciones desarrolladas
y aquellas en vías en de desarrollo. Sin embargo, la inmadurez política
que reflejan las acciones trazadas por Castañeda ha impedido el
reposicionamiento de nuestra nación en el ámbito internacional".
En ese tenor dijo que no es tolerable que Fidel Castro
hubiera "deshonrado un acuerdo" al dar a conocer una plática entre
jefes de Estado.
Acusó al presidente cubano de aprovecharse de los
acuerdos entre amigos y caballeros, y terminó su breve intervención
con una pregunta: "¿Quién puede tener a partir de ahora,
sea jefe de Estado o no, confianza en un diálogo en el que el interlocutor
sea el comandante Castro?"
De la bancada del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) le chiflaron y el perredista Serafín Ríos le reviró:
"Mejor deberíamos tener cuidado, porque a lo mejor nadie va a querer
hablar con el jefe del Ejecutivo si no lleva una grabadora encima". Otro
senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Elías
Moreno Brizuela, expresó luego ante el pleno solidaridad con el
gobierno y el pueblo de Cuba, y resaltó los logros sociales del
gobierno de Fidel Castro.
Fue todo, ni PRI ni PAN le entraron al debate. De acuerdo
con versiones de legisladores, hubo un fuerte cabildeo de Diego Fernández
de Cevallos, sobre todo hacia los priístas, para que no hubiera
duras críticas hacia el Presidente, a cambio del compromiso de garantizar
el acercamiento de Fox con el Congreso y la respuesta a las siete interrogantes
sobre acciones de política exterior que la bancada tricolor
demandó.
De todas formas, muchos senadores no salieron satisfechos
con el tratamiento del tema, sobre todo los priístas. El tabasqueño
Oscar Cantón Zetina resaltó que la conversación divulgada
por Fidel Castro "demuestra que el presidente Fox está mintiendo
sistemáticamente al pueblo de México, tiene una absoluta
sumisión hacia Estados Unidos y está desmoronando las instituciones
mexicanas".
Sólo Fernández de Cevallos salió
muy contento de la sesión.