Las ocho coincidencias
En menos de tres años, la relación entre
Vicente Fox y Fidel Castro, políticos que se conocieron apenas en
febrero de 1999, pasó de la admiración mutua a la divergencia
total. Todavía como gobernador de Guanajuato, Fox visitó
La Habana y después de su encuentro con Castro consideró
que el mandatario cubano es un hombre ''entero, con un gran pensamiento
y una formidable palabra''.
El lunes 9 de febrero de 1999, Fox fue recibido por Castro
en el Palacio de la Revolución. Acompañado sólo por
sus hijos Cristina y Rodrigo, Fox anunció a los reporteros que tuvo
''ocho coincidencias'' y sólo ''dos divergencias'' con Castro. El
entonces precandidato presidencial panista explicó así sus
coincidencias: ''Yo, de padre gallego; él, de madre española,
vasca; él fue a la escuela Lasalle con los hermanos lasallistas;
yo también. En el quinto año de primaria, él se cambió
con los jesuitas y en el quinto año yo me cambié con los
jesuitas. El terminó la universidad con los jesuitas, yo terminé
la universidad con los jesuitas. El no se ha recibido en alguna de las
profesiones que estudió, yo tampoco''.
En aquella ocasión, Fox promovió con Castro
la formación de un bloque comercial de América Latina y le
subrayó: ''Comandante, usted y yo tenemos muchas coincidencias,
como el deseo común del bienestar de nuestros pueblos... debería
estar vestido de azul''.
En diciembre de 2000, al asumir la Presidencia, Fox y
Castro se volvieron a encontrar en la ciudad de México. Era apenas
el segundo viaje de Castro al país, desde su visita en 1994. En
aquella ocasión, el primer mandatario mexicano que no provenía
del PRI en 71 años aseguró que no presionaría a La
Habana para que realizara cambios políticos. Las relaciones con
el gobierno saliente de Ernesto Zedillo se enfriaron notablemente a raíz
de la abstención de México a una declaración en Ginebra,
en 1999, sobre la situación de derechos humanos en la isla. El canciller
cubano, Felipe Pérez Roque, consideró que el nombramiento
de Ricardo Pascoe -proveniente del PRD- como embajador mexicano en La Habana
era un ''gesto hacia Cuba'' recibido con ''simpatía y afecto''.
El 3 de febrero de 2002 se realizó el tercer encuentro
entre Fox y Castro. La calidez de 1999 se había transformado en
amable formalidad. Ya no se mencionaban coindicencias. Ambos recorrieron
el Centro Histórico de La Habana y Fox le otorgó la orden
Aguila Azteca al historiador de la capital cubana Eusebio Leal. Los dos
presidentes visitaron el Centro Internacional de Restauración Neurológica
y saludaron a pacientes mexicanos que allí se rehabilitan.,
En aquella ocasión, el periódico Granma
le preguntó a Fox: ¿cómo ve al presidente Fidel Castro?
''Pues, cómo lo veo? Como presidente de Cuba, una nación
con la cual tenemos, como decía, una sólida relación;
nos han invitado a esta visita de Estado y queremos hacerlo con gusto para
seguir creciendo esta relación y añadirle más años
después de los 100 que ya lleva.''
En ese viaje Fox sostuvo un encuentro con disidentes del
régimen cubano, siendo el primer mandatario mexicano en realizar
esto en territorio isleño.
El 27 de febrero de 2002, la relación mutua comienza
su pendiente. Unas declaraciones del canciller Jorge G. Castañeda,
realizadas en Miami el 26 de febrero, provocaron que 21 personas tomaran
la embajada mexicana en La Habana. Fox se comunicó telefónicamente
con Castro para ''intercambiar impresiones, agradecerle su intervención
personal y su apoyo para normalizar la situación que se vive en
nuestra embajada'', según un comunicado de la cancillería.
Este había sido el incidente más espinoso en la relación
bilateral.
El 22 de marzo de 2002, en la cumbre de Monterrey, Castro
asistió a territorio mexicano y abandonó abruptamente el
país, anunciando que ''una situación especial creada'' le
impedía quedarse. El canciller Castañeda y el propio Fox
negaron reiteradamente que existieran presiones para que Castro saliera
de México y no coincidiera con el mandatario estadunidense George
W. Bush. Sin embargo, la prensa cubana ?Juventud Rebelde y Granma?
enfiló sus baterías acusando al canciller de ser el artífice
de este cambio en la relación bilateral.
Hoy, a un mes de distancia y después del voto de
México a favor de una resolución en Ginebra, que implica
una crítica a la situación de los derechos humanos en Cuba,
Castro realizó un hecho inédito: reveló una conversación
privada con Fox para demostrar que el mandatario mexicano respondió
a presiones de Washington.