Sergio Alcocer Martínez de Castro Vocación a prueba de sismos Pese al grave riesgo que implica, actualmente se siguen construyendo muchas viviendas al margen de las mínimas normas de seguridad atendiendo sólo las recomendaciones de albañiles o el mismo propietario El terremoto ocurrido en México el 19 de septiembre de 1985 cambió muchos destinos. Sergio Alcocer Martínez de Castro estudiaba ingeniería hidráulica, pero al recorrer las calles llenas de escombros de lo que minutos antes fueron edificios, quiso saber qué había pasado con aquellas estructuras y eligió está área como tema de investigación. El ahora director de Investigación del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred), Sergio Alcocer (México DF, 1963) empezó entonces a trabajar como ayudante en estudios experimentales de vibraciones en edificios -parte de los cuales habían resultados dañados en el 85- en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, en el que actualmente realiza parte de su investigación. Más tarde Alcocer realizó sus estudios de posgrado en la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, y enfocó sus proyectos a métodos de reparación y refuerzos en edificios dañados. Más allá de la teoría, el doctor en ingeniería se interesa en ese entonces en las fases experimentales de sus proyectos y trabajó en una mesa vibratoria que existía en el Instituto de Ingeniería para simular movimientos telúricos y probar sus efectos sobre distintas estructuras. "El primer problema al que nos enfrentamos mis colegas y yo, fue que la mesa vibradora existente ya no funcionaba, tenía inconvenientes de control técnico, por lo que con el apoyo del Conacyt pensamos en construir una más sencilla, pero más funcional de la que teníamos". Paralelamente, Alcocer y su equipo de trabajo se enteraron de la posible donación de una mesa por parte de una empresa de construcción japonesa, por la que los investigadores mexicanos compitieron y ganaron, terminando su instalación en 1997. La mesa vibradora es una plataforma rectangular con un peso de ocho y media toneladas que funciona como simulador de sismos. Es accionada por medio de gatos hidráulicos (4 horizontales y 4 verticales) y dos bombas hidráulicas accionadas por cuatro motores. Este instrumento está controlado por un sistema completamente digital, el más avanzado del mundo, en el que se puede programar qué tipo de temblor se quiere aplicar al modelo específico de investigación. Esta es la única que hay en su tipo en México y Latinoamérica. Ajustar y calibrar sus parámetros de funcionamiento requirió el trabajo de un par de años del doctor Alcocer y su equipo, debido al paro de labores provocado por la huelga. El especialista, quien recientemente fue galardonado con el premio de Investigación 2001 de la Academia Mexicana de Ciencias, ahora inicia un proyecto sobre el ensaye en mesa vibradora de estructuras completas (de hasta 5 pisos) utilizados en la vivienda de interés social para verificar que los requerimientos técnicos se cumplan y sean eficientes frente a movimientos sísmicos. Si alguien sabe de reglamentación en el área de construcción es el doctor Alcocer, ya que en base al conocimiento desprendido de la experimentación en modelos de estructuras, tanto a escala natural como reducida, el investigador ha participado en numerosos proyectos de normas oficiales mexicanas como las referentes a la construcción de viviendas y rehabilitación, determinación de resistencia a compresión, paneles para uso estructural en muros, techos y entrepisos, requisitos de seguridad para la construcción de tanques y el uso de cementos hidráulicos entre otras. "Después del sismo del 85 hubo un esfuerzo de revisión muy importante del Reglamento de Construcciones del DF, sobre todo en lo referente a la calidad de los materiales, el nivel de fuerzas que deben resistir los elementos y otros factores de seguridad que eran demasiado bajos; se hizo especial énfasis en estructuras de concreto y metálicas". Sin embargo, explica el investigador, existe todavía mucha vivienda informal que se construye al margen del reglamento bajo la supervisión de un albañil o el mismo propietario, lo que hace que las normas no hayan impactado todavía en las zonas rurales, e incluso, en las urbanas. En este sentido, el doctor Alcocer refiere que su equipo de trabajo, en conjunto con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, han hecho ensayos para el reforzamiento de muros de adobe con mallas de acero para zonas rurales. "Estas recomendaciones se hicieron a la Secretaría de Desarrollo Social, se aplicaron en las viviendas dañadas del sismo de Oaxaca de 1999 y están por aplicarse en Coyuca, a raíz del sismo de octubre del año pasado." No obstante, el investigador apunta que en México
hay muy poco trabajo en el área experimental ya que la mayor parte
del trabajo en el área de estructuras, y del comportamiento sísmico
requiere de laboratorios con los que no se contaba, además de que
demandan muchos insumos y tiempo. Sin embargo, Alcocer insiste en la importancia
de la inversión, "ya que muchos de los daños y vulnerabilidad
de los edificios se pueden disminuir basados en recomendaciones originadas
por experimentos". (Mirna Servín FOTOS Carlos Ramos Mamahua)
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