El jueves abrirá su muestra Moldes
en la Galería Metropolitana de la UAM
La pintora Silvia H. González halló la
''horma de su zapato'' en un taller de fundición
Se incluyen 28 óleos en los que recrea ''un cementerio
blanco de objetos silenciosos''
Tal vez soy antediluviana en relación con muchos
artistas ultramodernos, expresa
MERRY MAC MASTERS
Hace seis años la pintora Silvia H. González
(Milán, Italia, 1927) acompañó a un escultor a un
taller de fundición y nunca se imaginó que en aquel ''mundo
extrañísimo" de moldes de las esculturas, de donde surgían
formas, personajes, hierros viejos y retorcidos, encontraría ''la
horma de (sus) zapatos".
La
obra pictórica de González, emigrada a Argentina en 1939
y radicada en México desde mediados de los años cincuenta,
siempre se ha caracterizado por sus formas ''sencillas y muy volumétricas".
Aunque nunca ha hecho escultura ?cerámica sí?, le gusta ''la
escultura de la pintura". Es decir, le encanta el estudio de los volúmenes,
los claroscuros y el ritmo de las líneas.
La escena observada en la fundición, la cual hizo
una segunda visita, le recordó ''un enorme cementerio blanco de
objetos silenciosos", pero que cobraban vida ante sus ojos. Así
como aquellas formas invadieron sus sueños, también se trasladaron
a sus telas. Bajo el título de Moldes, una selección
de 28 óleos de Silvia H. González será inaugurada
el jueves 18 a las 19 horas en la Galería Metropolitana de la UAM
(Medellín 28, colonia Roma).
Desorden de huecos
Pero, ¿qué fue lo que tanto impresionó
a Silvia H. González? Primero, todos esos yesos con pedazos de hierro
oxidado apilados o tirados en un ''desorden de huecos". Para la artista
las figuras ''vacías" por dentro, pero con ''un enorme volumen afuera",
entablaban una suerte de juego o baile. Las formas tiradas a modo de basura
tenían entre sí un enlace de ritmos, de claroscuros, que
ya ''no me soltaron".
En Moldes se observa un tratamiento clásico
del tema en cuestión. ''Es cierto -expresa la entrevistada-
siento que soy prehistórica en comparación con los nuevos
movimientos y búsquedas. He sido siempre fiel a mí misma,
pues no se puede tomar una nueva línea de trabajo si realmente no
se está segura o no lo siente. Lo importante es trabajar y punto.
Posiblemente soy antediluviana en comparación con muchísimos
artistas ultramodernos de ahora. Sigo lo que me emociona y trato de buscar
adentro de mi línea, siempre, bueno, no una nueva cosa, pero, por
lo menos, de superarme si es posible."
González estudió teoría del color
con Lucio Fontana en la Escuela Superior de Bellas Artes, de Buenos Aires.
Fontana, dice, le abrió los ojos, aunque lo considera un ''ultramoderno"
en comparación con lo suyo. En cuanto al empleo del color, González
explica que le atrae mucho el colorido, pero no le gusta usar una paleta
muy extensa:
''Busco más bien tonalidades y calidades dentro
del color, pero sobre una misma gama. No es una gran extensión ni
riqueza de color. Ojalá y con pocos colores se pudieran obtener
unas variaciones interesantes sin necesidad de usar toda la paleta. Todavía
me gusta usar bastantes calidades en algunas partes, o sea, a veces la
mezcla de materiales como puede ser polvo de mármol o tierras. Uno
mucho los pigmentos directamente. Hago mis colores muchas veces. Desde
siempre me encantó la cocina del pintor.
''Preparaba mis telas y hacía mis marcos. Ahora
tengo menos fuerza. Me gustaba cómo comerme mis colores, saborearlos.
Es un gran placer todavía hacerlos. Cuando puedo los hago con las
fórmulas antiguas, casi renacentistas. Así se mantienen unos
pigmentos más vibrantes. Es como saborear un plato delicioso."
En días pasados, también a instancias de
la Universidad Autónoma Metropolitana, Silvia H. González
abrió la exposición de dibujo Estructuras en El Agora
de Jalapa, Veracruz.