Rectores de universidades
Proponen a la educación como promotora de la paz
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 12 de abril. Funcionarios de más de 150 escuelas de educación superior de América Latina, Europa y Asia acordaron trabajar conjuntamente para promover la paz en el mundo y apoyar acciones que impidan, o al menos mitiguen, el impacto negativo que los actos terroristas tienen en los programas de movilidad académica y de colaboración interinstitucional.
Al concluir hoy los trabajos de la Reunión Internacional de Universidades y Asociaciones Universitarias se estableció en la denominada Declaración de Monterrey que vivimos actualmente una época en la que, pese a los avances tecnológicos y de otra índole, se mantienen la pobreza; las desigualdades entre los países del norte y el sur, y las brechas económicas al interior de las naciones, así como guerras y actos de violencia en general.
Ante esas circunstancias, señalaron los rectores y funcionarios de universidades públicas y privadas asistentes, las instituciones de educación superior pueden desempeñar un papel importante en los esfuerzos por resolver los problemas y para promover la paz mediante la educación.
Asimismo, se acordó mantener la promoción de "los valores morales y el humanismo para lograr que los avances científicos y tecnológicos, así como el progreso y los desarrollos sociales y culturales, propicien la constante superación del conocimiento y redunden en beneficio de la sociedad".
También se propusieron impulsar el uso intensivo de recursos teleinformáticos para mejorar la comunicación entre las instituciones, desarrollando programas de educación en línea y a distancia, uso de teleconferencias, y otras herramientas que permitan el intercambio de información a bajos costos.
El brasileño Heitor Gurgulino de Souza, vicepresidente de la Asociación Internacional de Universidades, expresó que en América Latina, en el plano declarativo, hay un compromiso por elevar el nivel educativo; sin embargo, en los hechos los gobiernos de la zona no destinan los recursos suficientes, y resulta indudable que la educación es el único camino para alcanzar un desarrollo con mayor justicia y equidad.