Admite que existe una situación delicada en reclusorios, pero no tortura

Se abrirán penales a medios y ONG para erradicar corrupción: Encinas

Invita a la CDHDF a participar en el programa de modernización de las cárceles de la ciudad

SUSANA GONZALEZ Y ANGEL BOLAÑOS

Además de atender "cabalmente y con investigaciones a fondo" todas las recomendaciones que emita la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) en torno a los reclusorios de la ciudad, el gobierno capitalino invitará al organismo a participar en el programa de modernización de estos centros de readaptación, anunció Alejandro Encinas, subsecretario de Gobierno.

"Queremos que la CDHDF intervenga en el diseño de la política de readaptación social, desde la infraestructura, el equipamiento, servicios, actividades recreativas, de capacitación y laborales"; incluso mencionó que los penales se abrirán a los medios de comunicación, organismos no gubernamentales y altruistas a fin de abatir la corrupción y las acciones discrecionales.

Tras el informe presentado el martes por el ombudsman capitalino, Emilio Alvarez Icaza, donde reiteró que existen 36 denuncias por tortura contra diversas dependencias del gobierno capitalino, Alejandro Encinas reconoció que hay "una situación delicada" en los penales, aunque consideró que más que tortura se trata de casos de "agresiones" contra los reclusos.

Por su parte, el procurador Bernardo Bátiz dijo que aunque la PGJDF ha aceptado las recomendaciones emitidas por la comisión, "algunas han sido difíciles de cumplir porque vienen de años atrás, hay personas que no han sido localizadas o han salido del país", y anunció que en breve concluiá el cumplimiento de una de ellas sobre la adecuación de las agencias del Ministerio Público para delitos sexuales.

Bátiz insistió en que la práctica de la tortura "ha disminuido muchísimo", pero se dijo satisfecho de que la CDHDF "esté atenta para que lo que no veamos nosotros lo puedan ver ellos, porque esa práctica debe quedar definitivamente fuera del trabajo policiaco".

A su vez, Alejandro Encinas dijo que lejos de tener un conflicto con el ombudsman sobre la persistencia o no de casos de tortura, "lo que queremos es sumar esfuerzos", por lo que se tiene un convenio inicial con el organismo a fin de que sus visitadores tengan todas las facilidades para desarrollar su trabajo en las cárceles capitalinas y en breve los invitará a colaborar en los programas de preliberación, reincorporación y readaptación social.

Incluso aseguró que "la comisión pueden estar de manera permanente en los penales. No tenemos ningún problema para erradicar esas cuestiones de agresión, (porque) más que de tortura son agresiones de algunos custodios contra los reclusos que se tienen que evitar". Pero los reclusorios no sólo se abrirán a la CDHDF, porque según Encinas, se permitirá que también ingresen los medios de comunicación, los organismos no gubernamentales de derechos humanos y todas las organizaciones altruistas interesadas en apoyar los procesos de readaptación.

Con estas medidas no se pretende únicamente hacer cumplir el respeto a los derechos humanos de los reos, sino hacer una política "que permita a los jóvenes, que son los principales delincuentes, incorporarse a la vida social", sentenció.

Realizan foro penitenciario

El Colectivo Heberto Castillo organiza el foro Transformación Penitenciaria, el cual fue inaugurado ayer con la exhibición de películas y documentales con el tema Arma contra la impunidad.

Hoy a partir de las nueve de la mañana, en el Instituto Javier Barros Sierra (Casa Frissac), a un costado de la delegación Tlalpan, continuarán los trabajos con la participación de internos, ex presos y algunos dirigentes sociales como Rosario Ibarra, la abogada Bárbara Zamora, el delegado Gilberto López y Rivas y Cristian Rojas, de Amnistía Internacional.

El objetivo del foro es diseñar estrategias que permitan una verdadera readaptación social con pleno respeto de los derechos humanos de los presos, señalo Sabás Cruz Soto, uno de los dirigente del colectivo.

El grupo se creó el año pasado por iniciativa de internos de la Penitenciaría del Distrito Federal de Santa Martha Acatitla.