Todo robo o daño "está prohibido", dice vocero de las fuerzas de Tel Aviv
Denuncian palestinos destrucción y saqueo de sus casas durante la ocupación israelí
Rescatan diez cadáveres entre los escombros de una mezquita en Nablus
AFP Y DPA
Nablus, 10 de abril. A medida que las tropas israelíes van aflojando la ocupación en ciudades palestinas, cientos de pobladores de estas localidades han vuelto a sus casas, destruidas y saqueadas por el ejército israelí, luego de estar ocultos en domicilios de amigos. Sólo pasados los días se logrará un saldo verdadero de muertos en estas ciudades, a medida que cadáveres que no pudieron ser recuperados durante la ocupación vayan siendo descubiertos por los palestinos que tratarán de limpiar sus hogares y sus calles.
Pero los actos vandálicos irresponsables de los soldados israelíes en territorios palestinos también han tenido consecuencias independientes de las acciones de "autodefensa" contra combatientes palestinos. La agencia Dpa refiere que este miércoles a las 12:20 del día, un soldado, de cinco que hacían guardia en una calle del centro de Ramallah, de pronto levantó su fusil, apuntó y disparó contra una casa. La bala entró por una ventana y atinó en el pecho de Manal Sami Sufran, de 27 años, quien murió en el acto delante de su esposo, su madre y sus cinco hijos. La familia respetaba el toque de queda impuesto por los israelíes.
Un vocero israelí, quien no hizo el intento de explicar este incidente, aseguró este miércoles que los soldados recibieron órdenes estrictas de no abrir fuego sin razón.
En Nablus, mujeres, niños y hombres de edad que se mantuvieron ocultos se dirigen en primer lugar a la mezquita de Al Beiq, para saber si los médicos que trabajan ahí saben algo de varones de su familia que emprendieron la resistencia contra Israel. Los cuerpos médicos de dicha mezquita dijeron hoy que este miércoles rescataron diez cadáveres de entre los escombros. Algunos habían muerto hace varios días y los perros hambrientos les habían devorado las extremidades. "Hasta hace una semana yo era experto en salud pública, pero creo que ahora lo soy en muerte pública", comentó el doctor Tarif Abdelhak.
El ejército mantiene ocupado todavía el centro histórico de Nablus, cuyos pobladores fueron desalojados cuando helicópteros Apache y aviones de combate F-16 bombardearon la zona. Los médicos temen que bajo las toneladas de escombros puede haber aún decenas de cadáveres de combatientes palestinos.
Otros se dirigen a sus casas y estallan en llanto al verlas convertidas en ruinas, en muchas de ellas hay rastros de sangre, ropas militares desgarradas, casquillos y granadas sin estallar. Los vidrios de todos los comercios y restaurantes están destrozados. Las mercancías están al alcance de todos, pero al parecer los habitantes sólo tienen interés en apoderarse de la comida, pues no hay agua ni luz. Los niños aprovechan las tuberías rotas para llenar garrafas de plástico.
En varias zonas de Ramallah el panorama es igual de desolador y, al igual que en Nablus, los palestinos se preguntan si será posible que sus barrios vuelvan a ser habitables.
En Ramallah aumentan las acusaciones por robos y saqueos por parte de los miembros del ejército israelí, si bien es imposible verificar estas denuncias, donde el ingreso de la prensa sigue estando prohibido. Los palestinos se quejan de que los objetos de valor que dejaron al salir aterrorizados de sus casas han desaparecido.
La mayoría de las personas que llegaron a sus casas saqueadas, se ríe de las afirmaciones del primer ministro israelí, Ariel Sharon, en el sentido de que las acciones en territorios palestinos tienen el propósito exclusivo de salvaguardar la seguridad de su pueblo, sin deseo de humillar a los palestinos: los soldados no sólo saquearon los hogares, sino que orinaron y defecaron en ellos.
Rita Giacaman, investigadora de salud pública en Palestina, señaló que existen al menos 30 acusaciones perfectamente documentadas de saqueos perpetrados en días recientes que caben en tres categorías: "los robos en casas particulares, de dinero y artículos pequeños de valor; los robos de alimentos en negocios y robos de equipos en establecimientos".
Ante este tipo de denuncias, el vocero del ejército israelí, Jacob Dalal, afirmó: "Hacemos búsquedas, pero sometidas a reglas muy estrictas. Todo robo o daño ocasionado está prohibido y en caso de problema debe ser denunciado por el residente al Estado Mayor. Cada queja será examinada".