Afectarán el gasto social, el sector energético y la política fiscal, sostiene
Se impulsan desde el gobierno nuevas reformas neoliberales, advierte Cárdenas
Buscan generar un clima más favorable para la inversión extranjera, señala en la UAP
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 9 de abril. Desde el gobierno federal se pretende impulsar una segunda generación de reformas neoliberales que afectarán el gasto social, el sector energético y la política fiscal, con la intención de generar un "clima más favorable" para la inversión extranjera y la consolidación de la banca, advirtió el ex candidato a la Presidencia de la República por el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Manifestó que existen "señales preocupantes" de déficit acumulado de cuenta corriente en la balanza de pagos, y recordó que esa fue una de las causas que provocaron el colapso financiero de 1994. Sostuvo que este es uno de los indicadores más claros para ver el movimiento de la economía, y dijo que de seguir con esa tendencia, sin crecimiento económico y con la aplicación de las mismas políticas neoliberales de los cuatro sexenios recientes, se podría presentar un nuevo "error de diciembre", como el de 1994, o la agudización de una crisis como la que ocurrió en Argentina.
Cárdenas Solórzano leyó la ponencia La soberanía amenazada, en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, que forma parte de un ciclo de conferencias con motivo del 12 aniversario de La Jornada de Oriente. Ante más de 650 estudiantes, maestros y dirigentes sindicales de la UAP, el político criticó la postura de "servilismo" que el gobierno foxista ha adoptado ante Estados Unidos.
Indicó que la soberanía nacional está sometida por políticas restrictivas en los ámbitos político y económico, dictadas desde el exterior, a las cuales contribuyen las actitudes entreguistas, sumisas y de colaboracionismo de las máximas autoridades del país.
Dijo que Estados Unidos logró hacerse de los mercados nacionales y ordenó la economía mexicana para que complementara la de ese país; con presiones financieras y políticas impuso la adopción de medidas de estabilización macroeconómica, apertura externa, liberación financiera, desregulación y privatizaciones, que forman parte del Consenso de Washington y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Cuauhtémoc Cárdenas señaló que esas políticas produjeron la desaparición de millones de puestos de trabajo y el establecimiento de un esquema de industrialización basado en las maquiladoras que, con la apertura comercial indiscriminada, contribuyeron a la destrucción de sectores productivos como la agricultura, la ganadería y las pequeñas y medianas empresas de servicios; "la desmexicanización" de la banca, una creciente migración y un deterioro constante del poder adquisitivo de los salarios, crisis y estancamiento de la economía.
El ex dirigente del PRD indicó que a pesar de este panorama, "con la clara finalidad de consolidar la subordinación, sin apartarse de los dictados del Fondo Monetario Internacional", desde el gobierno federal se pretende impulsar "una segunda generación de reformas neoliberales que tienen que ver con la calidad del ajuste fiscal y del gasto social".
Aseveró que esas propuestas están encaminadas a profundizar en reformas estructurales en el ámbito fiscal y el sector energético, y "reorientar" las funciones del Estado para dar prioridad a la creación "de un clima más favorable a los inversionistas y a la consolidación de la banca, principalmente extranjeros".
Afirmó que esas reformas, junto con el Plan Puebla-Panamá, la deuda externa, la concentración de intercambios comerciales en un solo origen y destino, la lucha de empresas trasnacionales para acotar al Estado y la creación de un Area de Libre Comercio para las Américas, siguen constituyendo, en el terreno de la economía, uno de los factores que condicionan y limitan el ejercicio de la soberanía del país.
A esto se suma el alto endeudamiento, principalmente con el exterior, que condiciona y reduce los espacios del ejercicio de la soberanía, al orientar y limitar los recursos utilizables para acelerar el crecimiento de la economía y atender necesidades sociales. Reveló que la deuda pública asciende a 300 mil millones de dólares, repartida entre débito externo e interno, rescates bancario y carretero, y compromisos diferidos de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, así como otros rubros.
En la sesión de preguntas y respuestas, Cárdenas apuntó que si bien es aceptable que haya orden en la finanzas públicas, durante los sexenios neoliberales se ha olvidado dar atención a los problemas de carácter social -empleo, educación, salud, vivienda- y el manejo de las variables macroeconómicas ha sido a costa de provocar que casi 50 por ciento de la fuerza de trabajo esté subocupada o desempleada; que anualmente 300 mil mexicanos emigren a Estados Unidos; que cayera el poder adquisitivo que ahora sólo representa 15 por ciento de lo que representaba en 1982, y permitir la concentración de la riqueza en pocas manos.
También criticó las presiones contra la soberanía en los campos diplomático y militar a raíz de la lucha que Estados Unidos emprendió bajo el pretexto de combatir el terrorismo, que tiene como finalidad controlar las rutas del petróleo, minar las posibilidades de fortalecimiento de potencias secundarias y emprender acciones contra terceros países.
Dijo que de haber una postura diferente de las autoridades mexicanas, las políticas económicas y sociales no privilegiarían los ajustes macroeconómicos, los recortes presupuestales o la protección de productores extranjeros, sino que se daría prioridad a políticas públicas diseñadas para generar empleos y recuperar el poder adquisitivo del salario, y se revisaría el TLC.