Persiste impunidad en otros cuatro casos, en Guerrero
Exigen castigo para soldados violadores de dos indígenas
Denuncia ONG "hostigamiento" militar en La Montaña
ROSA ROJAS
Miembros del 41 batallón del Ejército Mexicano perpetraron dos violaciones tumultuarias contra mujeres indígenas guerrerenses en lo que va del año: la primera, el 16 de febrero, contra Valentina Rosendo Cantú; la segunda, el 22 de marzo, en agravio de Inés Hernández Ortega. Además "hostigan" a los indios de la región tlapaneca en La Montaña de Guerrero, denunció el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.
Con estas violaciones son seis los casos denunciados de abuso sexual presuntamente cometidos por soldados en Guerrero. Los otros cuatro continúan impunes pese al tiempo transcurrido: los de Aurelia Méndez Ramírez y Delfina Flores Aguilar, de Zopilotepec, municipio de Atlixtac, en 1997, y los de Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo, de Barrio Nuevo San José, municipio de Tlacoachistlahuaca, en 1999, episodio en el que, además, dos civiles fueron ultimados por militares (La Jornada, enero 27 y 28, 2002).
En su "acción urgente", el centro Tlachinollan subrayó que aunque en los dos casos se presentó la denuncia ante el Ministerio Público del fuero común por violación sexual, ha notado "dilación en la integración de la averiguación previa" por parte de esa instancia en el distrito de Allende.
Llamó a enviar escritos dirigidos al presidente Vicente Fox, al titular de la PGR, Rafael Macedo de la Concha, y al gobernador de Guerrero, René Juárez Cisneros, en demanda de que las investigaciones sean realizadas por autoridades civiles "de una manera rápida y eficaz"; se castigue a los culpables; se indemnice a las víctimas y "se abstenga la autoridad militar de investigar las denuncias de la población civil". Además, pidió la salida del Ejército de los territorios indígenas.
Indicó que el caso más reciente tuvo lugar el pasado 22 de marzo, cuando al filo de las 16 horas, 11 soldados del 41 batallón llegaron a la casa de Inés Hernández Ortega en la comunidad me'phaa (tlapaneca) de Barranca Tecuani, municipio de Ayutla, y después de preguntarle por la procedencia de la carne que se encontraba colgada afuera de la casa para secarse, fue encañonada por tres militares, quienes la violaron mientras el resto robaba la carne.
Detalló que la afectada se asomó al patio para ver por qué ladraban sus perros, cuando tres soldados llegaron a la puerta de su cocina, le apuntaron con sus armas al pecho y le preguntaron por su marido.
Aunque Inés entiende el español, no lo puede hablar, por lo que no contestó las preguntas de los militares. Fue entonces cuando uno de ellos entró a la cocina y después de recargar su arma en la pared, tiró a Inés al suelo y comenzó a violarla, mientras los otros dos soldados observaban. Esta escena se dio dos veces más, sin que Inés pudiera hacer algo o siquiera pedir ayuda: la víctima se encontraba aterrada ante la presencia militar.
Después de que los tres soldados violaron a Inés se retiraron con sus otros ocho compañeros que ya habían robado toda la carne que se secaba, según la denuncia.
El centro Tlachinollan agregó que en la misma comunidad de Barranca Tecuani, municipio de Ayutla, Guerrero, José García Soto denunció que la mañana del sábado 23 de marzo del presente, mientras se encontraba desayunando, observó que unos 20 soldados pasaron junto a su casa y sin pedirle permiso se abastecieron de agua del depósito, y sin decirle nada uno de ellos robó una bomba marca Puma de 15 litros de capacidad que utilizaba para fumigar la milpa. Todos los uniformados portaban armas largas y llevaban la insignia del 41 batallón. No se atrevió a decir nada por temor a que lo agredieran.
El otro caso de violación, mencionó el centro, fue el 16 de febrero pasado, cuando Valentina Rosendo Cantú, de 17 años, de la comunidad me'phaa de Barranca Bejuco, municipio de Acatepec, fue violada por dos miembros del 41 batallón, luego de que dijo no conocer a ninguna de las 11 personas -"encapuchadas"- que se encontraban en la lista de presuntos guerrilleros que llevaban los militares.
La organización, dependiente de la diócesis de Tlapa, indicó que uno de los soldados golpeó a Valentina Rosendo en el vientre con la culata de su arma. Ella cayó y se golpeó con una piedra, perdiendo momentáneamente el conocimiento. Cuando se reincorporaba, uno de los soldados la levantó del cabello y la amenazó con ir a matar a todos los de la lista antes mencionada. Después de contestar que ella no era de esa comunidad, sino de Caxitepec, Valentina Rosendo fue golpeada y después de tirarla al suelo, dos soldados la violaron.
Respecto a esta denuncia, publicada por La Jornada el 5 de marzo, dos días después la Secretaría de la Defensa Nacional negó en un comunicado que personal militar hubiera golpeado y violado a Cantú y dijo que la región "es zona de alta incidencia de producción de enervantes".