Entre junio de 1990 y diciembre de 2000 los ombudsman emitieron 475 recomendaciones
La tortura sigue siendo una práctica cotidiana durante el proceso de detención, dice la CNDH
Agentes judiciales y miembros del Ejército, entre los principales responsables de este delito El mayor número de casos ocurrió durante la custodia policiaca de los aprehendidos
VICTOR BALLINAS ENVIADO
Merida, Yuc., 4 de abril. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó aquí el primer Diagnóstico Nacional de Tortura. En el mencionado documento se destaca que entre junio de 1990 y diciembre de 2000 se emitieron 475 recomendaciones por ese delito en el país. El ombudsman nacional emitió 139 recomendaciones -dirigidas a las autoridades federales-, el resto fueron giradas por las comisiones estatales.
De acuerdo con el documento de 110 páginas, de las 139 recomendaciones giradas por la CNDH, la Procuraduría General de la República (PGR) ocupa el primer lugar en el número de quejas recibidas (81) en esos 10 años; asimismo, elementos de la Policía Judicial Federal (PJF) fueron encontrados culpables de torturar a personas detenidas en 72 por ciento de las averiguaciones en las que se comprobó dicho ilícito.
Las procuradurías generales de Justicia Militar (PGJM) y del Distrito Federal (PGJDF) comparten el segundo lugar, con 11 recomendaciones cada una, y el tercer sitio es para el gobierno del estado de México, con 9.
La investigación fue realizada por Ricardo Hernández Forcada, del Centro Nacional de Derechos Humanos de la CNDH, quien presentó el análisis durante el segundo día de sesiones del seminario internacional Estadísticas e indicadores para el diagnóstico nacional en materia de derechos humanos: el caso de la tortura en México.
El investigador resaltó que las 139 recomendaciones no implican que el número de personas torturadas sean necesariamente 139; en realidad son 314, pues algunas querellas refieren hasta cuatro o más afectados.
Hernández Forcada señaló que los agentes de diversas corporaciones policiacas son los que en mayor número han recurrido a este tipo de actos; en particular, dijo, los agentes de la Policía Judicial, tanto en el ámbito federal como en el estatal, quienes en 72 por ciento de los casos fueron señalados culpables.
Desglose de datos
Al desglosar los datos anteriores se tiene que 47 por ciento corresponde a agentes de la Policía Judicial Federal (PJF), con 80 casos, y 25 por ciento a los de procuradurías estatales, con 42; 9 por ciento al personal de procuración de justicia (en los dos ámbitos), con 16 casos; 7 por ciento a los agentes de otras corporaciones policiacas (12); 6 por ciento a elementos del Ejército Mexicano (11); 3 por ciento a directivos y personal de seguridad y custodia en los centros de reclusión y penitenciarios (5); 2 por ciento a los agentes de la Policía Federal de Caminos (3), y uno por ciento a otras autoridades federales.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en 76 por ciento de los casos se comprobó que los quejosos fueron torturados para que confesaran y así relacionarlos con un delito; esto se detectó en 110 ocasiones. A 20 por ciento se le torturó como coacción para que dejaran de realizar una conducta determinada, y 4 por ciento de los afectados fueron torturados como castigo.
El especialista apuntó que de lo anterior se infiere que la tortura se sigue utilizando en 95 por ciento de los casos, ya que de las 170 acciones detectadas durante el seguimiento de las 139 recomendaciones, se ejerció en 160.
La CNDH detectó que el mayor número de los casos de tortura denunciados ocurrieron durante la detención, mientras el agraviado se encontraba bajo la custodia del agente aprehensor. Esto ocurrió en 122 casos y representa 80 por ciento.
Otras acciones de daño físico intencional ocurrieron a los afectados al estar a disposición del agente del Ministerio Público (11 veces en las 139 recomendaciones), y en dos por ciento el aprehendido fue torturado cuando estaba en el centro de reclusión.
Hernández Forcada cita en su estudio que en 104 casos a los detenidos se les golpeó con manos, pies y objetos en presencia de familiares; otros fueron torturados con aplicación de agua simple o gaseosa en nariz, boca y orejas (35 casos); algunos sufrieron descargas eléctricas en testículos, recto, pies, piernas y tórax (30); fueron atados o amarrados de pies en 22 ocasiones, y en seis más amarrados a una tabla.
Desde golpes hasta violación
A 21 se les tuvo esposados; otros 21 recibieron violencia física o moral; también a 21 les pusieron bolsas de plástico en la cabeza; 19 recibieron golpes en los oídos; 17 fueron detenidos con violencia; 15 sumergidos en aguas de río, pozo, pileta o cubetas; 12 recibieron quemaduras de cigarros, encendedor, fierros calientes, escape de motor; finalmente hubo quienes fueron violados.
A tres les taparon la boca para que no gritaran; a tres más les accionaron un arma de fuego en el oído; dos sufrieron simulacro de fusilamiento; hubo dos heridos de bala y dos encajuelados; a otros dos les aplicaron inyecciones (suero de la verdad); en un caso había un médico para que ''reviviera'' al interrogado.
Otros ''métodos''
Existen otras formas de tortura denunciadas y comprobadas por la CNDH: orinar sobre el prisionero; golpearlo con tablas en los glúteos; colgarlo de los pies, de los dedos o del cuello; introducirle estopa con gasolina en la boca; sedar al detenido para que no se queje.
Resalta el investigador que en seis casos las personas torturadas fallecieron: dos por inmersión; uno por inmersión y aplicación de bolsa de plástico en la cabeza; uno por estrangulamiento; otro por lesión abdominal al brincarle en el estómago, y uno más por herida de arma de fuego que le perforó el corazón.
El autor del estudio señala en el diagnóstico que el sistema no jurisdiccional de protección y defensa de los derechos humanos ha emitido, de junio de 1990 a diciembre de 2000, 475 recomendaciones relacionadas con tortura; las cinco autoridades destinatarias de esas recomendaciones han sido, en primer lugar a nivel nacional, las procuradurías estatales (33 instituciones), con 52 por ciento de quejas; el segundo lugar lo detenta la Procuraduría General de la República, con 19 por ciento, y el tercero las presidencias municipales, con 4 por ciento. El cuarto sitio corresponde a la Procuraduría General de Justicia Militar, con 2 por ciento, y al gobierno del estado de México, el mismo porcentaje.
Hace notar el especialista que el cumplimiento de esas 475 recomendaciones es insatisfactorio; 52 por ciento de las quejas están totalmente cumplidas; 24 por ciento, sólo parcialmente; 8 por ciento están en cumplimiento insatisfactorio; 3 por ciento no fueron aceptadas, y 13 por ciento con estado diverso.
En 69 por ciento del total de los casos quienes torturaron fueron elementos de las policías judiciales federal y local; 78 por ciento torturó buscando obtener una confesión que permitiera involucrar a los agraviados en delitos.
''Técnicas'' de involucramiento
En 77 por ciento de las quejas se cometió la tortura durante la detención y mientras el agraviado se encontraba bajo custodia del agente aprehensor; en 32 por ciento la intención fue involucrar a los agraviados en delitos contra la salud; en 21 en homicidio; en 19 en robo, y a 5 por ciento en secuestro.
Finalmente, se informó que los métodos que más se utilizaron para aplicar las torturas -a nivel nacional- fueron: golpes, en 28 por ciento de los casos; aplicación de agua simple o gaseosa en nariz, boca u orejas, 7 por ciento; atados de manos y pies, 7; aplicación de descargas eléctricas, 6; bolsa de plástico colocada en la cabeza, 6; amenazas, 50; vendar los ojos, 33, y desnudarlos, 12 por ciento de las acciones de maltrato físico a los detenidos.