ANDANZAS
Lupe Serrano, imagen inolvidable
Colombia Moya
EL FUGAZ SECRETO de la danza, esa instantánea estructura
de resplandores algunas veces insólitos, amalgamados con el fuego
del talento, la voluntad indomable, la magia del genio y esa terrible necesidad
y placer del bien bailar; tal vez, más allá del prodigio
electrónico de nuestros días, permanece en el impacto que
el arte, por conducto de los grandes artistas, produce en nuestra sensibilidad
más profunda, en la impresión inolvidable que tales prodigios
causan en nuestra mente.
CUANDO LUPE SERRANO fue primera figura del American Ballet
Theatre durante casi dos décadas, posiblemente no se daba cuenta
de qué clase de artista era. En aquella época, muy lejos
aún de la comercialización extrema a que hemos llegado, aún
en el arte, la pasión por la danza, la entrega absoluta a su disciplina
y requerimientos, más allá de altas recompensas económicas,
gloria y lujos del jet set, se satisfacía por el placer incomparable
de la danza en sí misma.
EMBAJADAS, DIGNATARIOS, PERSONALIDADES y alabanzas de
la prensa no se comparaban siquiera con la vocación del público.
Porque todos seguramente nos sentimos agradecidos cuando el arte, los artistas,
saben transmitirnos la quimera espléndida del misterio de la creación.
De condiciones naturales privilegiadas, fruto de las iniciales clases de
madame Nelsy Dambré y Sergio Unger en México, de un talento
excepcional, y de ser invitada al Ballet de Alicia Alonso antes de la revolución
cubana, Lupe Serrano se eleva al nivel de las grandes bailarinas del siglo
XX, sólo opacado por su enforme modestia y gran timidez, diría
yo. Crecida en México, de origen chileno, su genio la lleva muy
joven a bailar en grandes compañías, como Les Ballets Russes
de Monte Carlo y el American Ballet Theatre, entre otras, donde su carrera
transcurrió en éxito constante interpretando El lago de
los cisnes, Giselle, La fille mal garde y todas las obras de los grandes
coreógrafos del pasado y de la época.
A UNA PREGUNTA nuestra sobre el sabor de la gloria y del
éxito que logró como primera bailarina, Lupe Serrano constata
suavemente, sin aspavientos ni exageraciones, con la modestia y la sencillez
de los de a deveras, que simplemente queda la satisfacción.
Y con esto se entiende una vez más la brujería, la pasión
incontrolable por la danza, el fuego eterno que consume en su hechizo la
vida entera, solamente por bailar, ni grupos, ni asociaciones ni apoyos...
solamente bailar.
Y ASI, ESTA figura inolvidable de la danza mexicana, aunque
haya hecho su carrera en Estados Unidos ?puesto que entonces no existían
en nuestro país las condiciones para sus aptitudes?, ahora es invitada
por la Compañía Nacional de Danza a impartir un breve curso
a dicha agrupación durante dos semanas. Así que Lupe Serrano
regresa a México a realizar lo que ha estado haciendo, luego que
dejara de bailar en 1971: dar clases a compañías de gran
importancia.
NO DEJAMOS DE celebrar el que por fin se les ocurriera
invitar a la maestra a colaborar en el desarrollo del ballet de nuestro
país. Es sorprendente aun, al menos a mí me parece, en medio
de tanto homenaje, globos inflados y la parafernalia ya tradicional de
nuestra historia de la danza mexicana oficial, que la figura de Lupe Serrano,
como la de Ana Carduz ?que se fue a Alemania a hacer su carrera?, apenas
se recuerden o se conozcan entre quienes hace muchos años las vimos
bailar y sabemos de su calidad.
IMPOSIBLE ENCONTRAR UNA foto de ella como la gran bailarina
que fue. Nadie es culpable, tal vez sólo esa clásica mentalidad
tan nuestra de el que se fue a la Villa perdió su silla,
o si te he visto ni me acuerdo. A mí no me toca hacerlo,
ella se fue. Amén de que tantas personas de fuera han metido mano
en el "altar" de los recuerdos de nuestra historia, o de aquellas que aprovechan
los silencios del tiempo para llenar vacíos entre los que viven
el rejuego cotidiano de la política cultural.
OJALA HUBIESE MAS visión, imparcialidad y conocimientos,
pues sabríamos atesorar y aprovechar mejor lo que hemos tenido,
lo que se fue, lo que hay y lo que está por venir.
LA APERTURA DE la Compañía Nacional de Danza,
que dirige Cuauhtémoc Nájera y sus consejeros, se ensancha
día con día, lo cual es muy prometedor, alentador y merece
todo el apoyo.
MIENTRAS TANTO, LA maestra Lupe Serrano, que es una persona
muy discreta, aseguró en la breve entrevista que sostuvimos con
ella, que "el triunfo es siempre del mejor, el que tiene más carácter,
el más apto y el más fuerte". En ella se percibe en toda
su magnitud la odisea de la danza, como toda pasión por el arte
y que tal vez en otra circunstancia podamos referir a usted.