Lunes 18 de marzo de
2002 |
Semanálisis Hundidos... y sin Kid Azteca n Horacio Reiba |
Es difícil saber si
el Puebla "tocó fondo" el sábado, pero lo que
es Tomás Boy, seguro que sí. Insisto en mi impresión
de que el mal llamado Jefe -aquí no supo serlo en
momento alguno- tenía calculado un final más o menos
abrupto para su relación con la Franja desde que aceptó
contrato durante ese limbo mínimo que separa los
"Inviernos" de los "Veranos" en la
curiosa isla futbolística llamada México. Sin tiempo
para estructurar equipo, aceptó venir porque había
dinero de por medio y por reanudar su interrumpida
carrera de DT. Mal cálculo, en todo caso, pues una cosa
es comprometerse poco y otra muy distinta caer tan bajo
-coleros absolutos, estadio siempre vacío, relaciones
internas en cero, su personal cartel por los suelos...-.
En los crudos hechos, dos meses le bastaron para reducir
a cenizas el equipo precariamente armado que se le
confió. De la defensa en montón que tanto se le
criticó a Carrillo pasó a la desprotección total sin
ofrecer nada a cambio, y la posibilidad de tener a los
jugadores de su lado la mandó al garete mediante el
expeditivo procedimiento de vetar a Gil Jiménez.
Irónicamente, acabaría de hundirlo el otro líder del
grupo, García Aspe, al errar el sábado la repetición
del penal. Deja el irresponsable timonel un cuadro
desintegrado que costará dios y ayuda recuperar. Aires buenos, Buenos Aires. La Libertadores amenaza con convertirse en alegre paseo para los mexicanos Morelia y América, que marchan sin derrota en sus respectivos grupos y han coincidido como vencedores en sus visitas a la capital argentina. Hace una pila de años -marzo del 62, imagínese- la Selección Mexicana, que se alistaba para el Mundial chileno se atrevió a enfrentar a la albiceleste local en cancha de River. La derrota mínima, mediante desafortunado autogol del "Cura" Chaires, no evitó que se nos viniera encima la prepotente crítica bonaerense, que puso al futbol azteca a la altura del subsuelo, declarándolo indigno de volver a poner pie por aquellas tierras. Qué dirían los criticones de entonces ante la indigesta ración de ate que el Morelia hizo tragar el miércoles al popular Vélez Sársfield, que si anotó dos veces fue porque Nanni es muy bueno y la defensa michoacana pecó de confiada. Pero ya habían puesto las cosas en su sitio los goles de Fernández (2) y Noriega, tan señor éste en la dirección de las ofensivas canarias como Darío Franco en su función de líbero. Excelente segundo tiempo del Morelia -que mareó y borró a puro toque a un desconcertado adversario-, y encomiable la actitud la del paraguayo Carlos Torres, que supo cortar de tajo la táctica velezana del "ablande" expulsando a Cubero, y luego dirigió con mano de hierro el correoso encuentro. Mientras eso sucedía en Buenos Aires, el Azteca se confirmaba zona tabú para clubes argentinos, cuyo líder actual, el River Plate, debió conformarse con el 0-0 ante un indolente América, bien instalado al frente de su grupo como también lo están los Monarcas en el suyo. Adiós al Kid. Kid Azteca le pusieron en América del Sur a un gallito mexicano que fue a maravillarlos a pura esgrima allá por los años 40, en mitad de un largo reinado como campeón nacional que empezó en 1932 y no concluyó hasta que decidió abdicar en 1949. En medio de la fama popular de los Lara, Félix, Manolete, Silverio y Casarín de aquel México bravo y dulce a la vez, se abrió paso también el mito de un triángulo apasionante y misterioso -CasanovaCondeAzteca- irresoluble desde la lógica. Luis Villanueva Páramo murió a primera hora del sábado 16 tan pobre como había nacido, en Tepito, el 21 de junio de 1913. |