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Lunes 18 de marzo de
2002 |
Maestros Cuando el río suena n Gustavo Santin Nieto |
La sustitución de
funcionarios que recientemente realizara Carlos Alberto
Julián y Nacer, secretario de Educación Publica en el
estado de Puebla, alienta la posibilidad de socializar
comentarios sobre acciones, hechos y/o sucesos
(compraventa de plazas en todos los niveles), que aunque
no probados por quienes los realizan, pudiesen, de
corroborarse, constituir al mismo tiempo que acciones
relevantes sujetas a la vigilancia del nuevo titular de
la dependencia, hechos delictivos que deberian ser
perseguidos por las autoridades competentes. Entre ellos
destacan algunos imputados, seguramente por la mala fe de
algunos malquerientes, a Jorge Martínez Osorio, quien
desempeña al mismo tiempo designios divinos atribuibles
al fenómeno conocido como ubicuidad, la jefatura de
recursos humanos de la Dirección de Educación Media
Superior y la dirección del bachillerato general Oficial
Raquel Flores González. Algún amigo mío, de quien prefiero guardar identidad, vinculado de manera personalísima al sector educativo, me confió hace ya más de un año qué compromisos familiares le habrían obligado a recurrir a un conocido suyo, funcionario del anterior secretario, para lograr le asignara a su ahijada, licenciada en alguna materia de educación media superior, una plaza de tiempo completo. El funcionario en cuestión, aunque no recibió personalmente a la solicitante, la envió con el jefe del área de Recursos Humanos ya citado con anterioridad. El envío tuvo efecto, y el titular de Recursos Humanos la recibió y le pidió que cubriera los trámites correspondientes, acción que la solicitante realizo con toda acuciosidad. Pasaron los días, las semanas y algunos meses y la interesada, que prácticamente vivía en las oficinas centrales de la SEP, nunca tuvo respuesta, hecho que confió a su mentor, quien le sugirió preguntara a alguna persona cercana al jefe de Recursos Humanos por el resultado de la gestión del funcionario que había tomado el caso, enterándose que la plaza solicitada se le asignaría mediante el pago de 3 mil pesos por hora sujeta a nombramiento. Otras fuentes, que casualmente prefieren permanecer en el anonimato, refieren el ingreso a plazas de bachillerato formal con nombramientos de cinco horas mediante el pago de 15 mil pesos. A un maestro en funciones y que solicitara al ínclito personaje, a través de su director, permiso para ausentar de su trabajo durante cinco días, que le fueron autorizados a cambio de mil 500 pesos para cubrir el pago de un maestro sustituto, que casualmente nunca llegó. Cuando el río suena... Lo más grave de la compraventa de plazas, acción que no podría tener el carácter de inédito en la anterior administración, sería la pérdida de la vergüenza, ya que aunque existiera en otras gestiones, se realizaba (en ese tiempo, enero del 2002) frente a todos. |